Publicada en Miradas al Sur del 13/12/2015


Mirar a los ojos

Nunca en la Historia de la Argentina, la democracia pasó a 
un cuarto gobierno constitucional ininterrumpidamente. No 
pudo Irigoyen, tampoco Perón; las salidas abruptas de 
Alfonsín y De la Rúa también lo impidieron. El kirchnerismo 
lo logró, a pesar de los permanentes ataques económicos, 
mediáticos y judiciales contra la institucionalidad, y frente 
a más de 500 mil personas.

Ya era de noche cuando Cristina sentenció que “El lugar natural
de un militante no tiene que ser el gobierno, el lugar natural de
un militante siempre es junto al pueblo, junto a la gente”. El
pueblo se apretujaba para verla y estalló en su milésimo aplauso.
La congregación estuvo compuesta en su gran mayoría por
autoconvocados, silvestres, empoderados, junto a las
organizaciones sociales y políticas que le pusieron el cuerpo,
el músculo y la calle a la etapa.
La primera columna de la agrupación Túpac Amaru ingresó
por Avenida de Mayo a las 16.30. Ya estaba instalada la cabeza
de las columnas del Movimiento Evita, Peronismo Militante,
Corriente Martín Fierro, Kolina, Miles, La Cámpora, Nuevo
Encuentro, Partido Comunista, Frente Transversal, PCCR y
hasta un globo aerostático con forma de Zeppelín del Radicalismo
Popular. Un estandarte del Iunma, el Instituto Universitario
Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo,
arrimaba el apoyo de la institución universitaria nacional
creada por Ley N° 26.995.
Las calles que rodean a Plaza de Mayo colapsaron, Avenida
de Mayo y las diagonales Sur y Norte rebalsaban cuando
poco después de las 19, la Presidenta descubrió el busto
del ex presidente Néstor Carlos Kirchner en la Casa Rosada
y tuvo el primero de los discursos, una alocución que fue
un diálogo cercano con el presidente del Estado Plurinacional
de Bolivia, Evo Morales.
Cristina recordó a Kirchner, a Hugo Chávez y a Lula, “los
tres mosqueteros” que impulsaron en Mar del Plata el “No
al ALCA”. Con la certeza que da el reloj cuando marca un
final, instó a defender derechos y señaló que “la Historia
no se escribe con regla, escuadra y compás; es una línea
que muchas veces ondula, va en distintas direcciones, y otras
veces pareciera retroceder”, como en esta etapa.
Agradeció la presencia y gestión de gobernadores, intendentes
y funcionarios y se detuvo en particular en Daniel Scioli. El
nombre del candidato que obtuvo más de 12 millones de
votos fue rebotando hasta convertirse en el más aplaudido en
la tarde noche de la plaza.
Desde la calle
Cristina Fernández salió al encuentro de la multitud y repasó
algunos de los logros de los años de kirchnerismo, desde un
2003 en el que se hablaba de “dolarizar” y hasta de una
eventual ruptura regional del país. Apuntó que “hemos
construido esta Argentina de mayores derechos; esta Argentina
que dejamos desendeudada como nadie nunca antes la había
desendeudado; esta Argentina que dejamos con 119 nietos
recuperados; con el ejemplo al mundo de que no hay impunidad
y que no necesitamos ningún tribunal extranjero para hacernos
cargo de nuestra historia y de nuestra tragedia, único caso en
el mundo”.
Transformó en eje de su discurso el recuento de los acciones
que le permiten a su gobierno “mirar a los ojos” a los distintos
sectores de la sociedad argentina. “Podemos mirar a los ojos a
las Madres de Plaza de Mayo, a las Abuelas de Plazo de Mayo,
Hijos, porque hemos dado respuesta al reclamo histórico de
Memoria, Verdad y Justicia”.
“Podemos mirar a los ojos de los trabajadores, para decirles que
nunca los traicionamos, que siempre tuvieron paritarias libres,
que nunca les reclamamos ningún pacto social de salarios.
Podemos mirar a los ojos de los científicos, a los que volvieron
y a los que se quedaron para hacer el aguante, y decirles que
les hemos reconocido sus derechos, sus haberes, sus conocimientos
como nunca nadie lo había hecho antes”, avanzó con la compañía
de los vítores de reconocimiento.
También pudo ironizar con un “podemos mirar a los ojos de 
los trabajadores de prensa para decirles que nunca tuvieron la 
libertad que tuvieron durante nuestro gobierno… hasta para 
difamar algunos, calumniar otros y también muchos para decir 
lo que piensan. Pero también ellos tienen una inmensa responsabilidad.
Y les pido que también actúen de la misma manera a partir de ahora”.
Siguieron los comerciantes, empresarios y productores“ que 
estaban fundidos en el año 2003 o que no existían ni como 
empresarios ni como comerciantes y que hoy tienen empresa 
y comercio”; los docentes argentinos “para decirles que la 
primera medida de gobierno que tomó Néstor Kirchner fue ir a 
Entre Ríos a levantar la huelga docente, no habían empezado las 
clases al 25 de mayo del año 2003” y decirles que “estamos 
destinando más del 6% del PBI para financiar la educación 
pública nacional y gratuita” y los jóvenes universitarios, de los 
profesores universitarios.
Cuando llegó el turno de los jubilados “que ganaban apenas
150 pesos o 200 cuando Néstor se hizo cargo del gobierno y
que hoy, luego de recuperar la administración de los recursos
de los trabajadores que habían sido privatizados, hemos dado
cobertura previsional al 97% de la población argentina con
una Ley de Movilidad Jubilatoria ejemplar en el mundo”,
también llegó una de las máximas ovaciones de una jornada
que ya era noche en la Ciudad.
Y dejó el párrafo final de este recorrido para “los que aún
no tienen trabajo o tienen un trabajo no registrado, porque
les hemos asegurado el derecho, y no el plan, sino el
derecho de la Asignación Universal por Hijo que les permite
educación y salud a nuestros niños”.
Cuando desde la multitud le recordaron que también podía
mirar a los ojos a los jóvenes, hizo una pausa y dijo: “En
los ojos de los jóvenes me miro yo”, para deleite y emoción
de todos.
 
¡Procesado!
CFK no iba a dejar pasar el momento para referirse a la
Justicia que, a pedida del entonces presidente electo Mauricio
Macri, acababa de resolver una medida cautelar que
recortaba los tiempos constitucionales de su mandato y lo
hacía expirar a las 23.59 de ese mismo día, lo que le impidió
pasar el mando al nuevo mandatario y creó un vacío rellenado
de apuro por lo que la mandatario definió como “Presidente
cautelar”; “Me hubiera gustado poder entregar el mando en el
Congreso”, señaló dolida.
Desde un rincón de la plaza surgió una de las consignas más
espontáneas, menos musical y voceada con más fuerza durante
la jornada: “Pro-ce-sa-do, Pro-ce-sa-do Pro-ce-sa-do”. Alguien
se acordó de que el candidato de Cambiemos había sido el único
aspirante presidencial procesado y que Mauricio Macri es el
único presidente de la Nación procesado hasta que algún
funcionario judicial apure la medida que disimule el escarnio.
Al referirse a quienes gobiernan después de ella, lo hacen por
“imperio de la voluntad popular”; marcó que “tenemos que
aprender a respetar y además, cada uno también tiene que
aprender a hacerse cargo de haber ejercitado esa voluntad
popular”. Le deseó al próximo gobierno que “dentro de cuatro
años, pueda frente a una plaza como ésta, decirles a todos los
argentinos que también puede mirarlos a los ojos”.
Finalizando el acto y volviendo a jugar con la cautelar macrista,
dijo que tenía que apurar el discurso para evitar “convertirse en
calabaza”; reclamó que cada uno de los argentinos entienda que
“cuando aquellos en los que confió y depositó su voto, lo
traicionaron, tome su bandera y sepa que él es el dirigente de su
destino y el constructor de su vida”. Subrayó que ése es su
mayor legado al pueblo argentino, el empoderamiento popular.
A las 20.40, Cristina cerró su discurso diciendo que “los llevo
siempre en mi corazón y sepan que siempre voy a estar junto
a ustedes. Gracias a todos”.
La desconcentración se extendió por horas, la multitud y
las ganas de que el momento no terminara nunca y que el
mañana del 10 de diciembre tardase más en llegar, hizo
que la desconcentración tardase mucho.
En las calles y los bares, en los subtes y los trenes, en los
barrios, la efervescencia siguió. No hubo un solo vidrio roto,
un solo sillazo, apenas el sonar de una canción popular
que afirmaba “Vamos a volver, a volver a volver, vamos
a volver”.