Felipe Deslarmes | Desde el lunes 15 de junio hay 8 colegios
tomados en la CABA, ya que la escuela María Claudia Falcone se
sumó a las escuelas artísticas Aída Mastrazzi, Rogelio Yrurtia,
Lola Mora y de Cerámica 1, los colegios Mariano Acosta, la
Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Sofía Esther
Broquen de Spangenberg (apodada Lengüitas) y el Julio Cortázar.
Los ocho colegios fueron tomados en reclamo de mejoras de
infraestructura e higiene y contra los cambios introducidos en la
Nueva Escuela Secundaria (NES), ya que interpretan que al aumentar
la carga horaria se incrementarán las dificultades en la circulación
por las instituciones. Pero, sobre todo, las quejas son por considerar
que no se los tuvo en cuenta como sujetos que integran la
comunidad educativa al momento de decidir los contendidos
curriculares. También reclaman la derogación de un decreto de
1990, según el cual un curso se cierra si no llega al mínimo
de 13 alumnos, y la definitiva eliminación del 0-800 que incentiva
la denuncia de docentes y alumnos.
tomados en la CABA, ya que la escuela María Claudia Falcone se
sumó a las escuelas artísticas Aída Mastrazzi, Rogelio Yrurtia,
Lola Mora y de Cerámica 1, los colegios Mariano Acosta, la
Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Sofía Esther
Broquen de Spangenberg (apodada Lengüitas) y el Julio Cortázar.
Los ocho colegios fueron tomados en reclamo de mejoras de
infraestructura e higiene y contra los cambios introducidos en la
Nueva Escuela Secundaria (NES), ya que interpretan que al aumentar
la carga horaria se incrementarán las dificultades en la circulación
por las instituciones. Pero, sobre todo, las quejas son por considerar
que no se los tuvo en cuenta como sujetos que integran la
comunidad educativa al momento de decidir los contendidos
curriculares. También reclaman la derogación de un decreto de
1990, según el cual un curso se cierra si no llega al mínimo
de 13 alumnos, y la definitiva eliminación del 0-800 que incentiva
la denuncia de docentes y alumnos.
La decisión de cada una de las tomas se definió en asamblea en la
Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), más allá de la presión
ejercida desde el Ministerio de Educación porteño que conduce
Esteban Bullrich, quien rechazó la medida argumentando que la
gestión “mantuvo y sigue manteniendo vocación de diálogo” y
afirmando que no existe ningún motivo para que las escuelas
estén tomadas por alumnos, a los que advirtió que evalúa la
posibilidad de suspender las vacaciones de invierno para recuperar
los días de clase perdidos. La respuesta de los jóvenes no se hizo
esperar. “Estamos dispuestos a recuperar los días de clase necesarios. No tomamos el colegio para perder días de clase sino para poder estudiar en condiciones dignas”, señalaba a Miradas al Sur Christopher Loyola, un joven de 17 años que cursa el quinto año en el colegio Cortázar.
Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), más allá de la presión
ejercida desde el Ministerio de Educación porteño que conduce
Esteban Bullrich, quien rechazó la medida argumentando que la
gestión “mantuvo y sigue manteniendo vocación de diálogo” y
afirmando que no existe ningún motivo para que las escuelas
estén tomadas por alumnos, a los que advirtió que evalúa la
posibilidad de suspender las vacaciones de invierno para recuperar
los días de clase perdidos. La respuesta de los jóvenes no se hizo
esperar. “Estamos dispuestos a recuperar los días de clase necesarios. No tomamos el colegio para perder días de clase sino para poder estudiar en condiciones dignas”, señalaba a Miradas al Sur Christopher Loyola, un joven de 17 años que cursa el quinto año en el colegio Cortázar.
Pedro Núñez es doctor en Ciencias Sociales e investigador del Conicet, de Flacso y de la UBA. Junto con Lucía Litichever acaban de editar el libro Radiografías de la experiencia escolar. Ser joven(es) en la escuela. Núñez sostiene que hay que resaltar que no todos los estudiantes quieren tomar las escuelas y que por eso se llevó el tema a las asambleas. “La toma de colegios secundarios es
algo que se instaló como un modo legítimo de demandar acciones al gobierno de la Ciudad y ya tiene, por lo menos, 10 años de historia. Hay un proceso de aprendizaje de asociación política de los
estudiantes secundarios que tiene esa acción como la principal, pero también es cierto que la toma de escuelas se reproduce más en colegios con mayor tradición política de sus centros de estudiantes.”
La primera de estas tomas comenzó a fines de mayo pasado en la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia, a la que se fueron sumando las otras. Hoy se sigue debatiendo la posibilidad de que se plieguen más colegios a la medida de fuerza.
algo que se instaló como un modo legítimo de demandar acciones al gobierno de la Ciudad y ya tiene, por lo menos, 10 años de historia. Hay un proceso de aprendizaje de asociación política de los
estudiantes secundarios que tiene esa acción como la principal, pero también es cierto que la toma de escuelas se reproduce más en colegios con mayor tradición política de sus centros de estudiantes.”
La primera de estas tomas comenzó a fines de mayo pasado en la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia, a la que se fueron sumando las otras. Hoy se sigue debatiendo la posibilidad de que se plieguen más colegios a la medida de fuerza.
Aunque Bullrich lo niega, en estos 8 años de gestión macrista, las tomas de colegios fueron frecuentes. Tanto que en 2010 y en 2012 se dieron las de mayor acatamiento (más de 50 colegios) con marchas en las calles enfrentando al gobierno porteño.
Comunidad organizada
Luego de seguir este tipo de medidas de fuerza durante varios años,
el doctor Núñez las califica como de “buena organización”, tanto
en CABA como en Córdoba o Neuquén. “La toma es un hecho de
compromiso político que también adquiere la dimensión de socializar
en un contexto diferente, disruptivo. En 2008, en Neuquén,
encontramos una especie de reglamento de convivencia para la
toma donde tenían pensadas comisiones de cocina, de prensa,
de seguridad para cuidar del establecimiento. En contraste con los
que sostienen que los jóvenes hacen destrozos.”
Juan Rubín es estudiante secundario, tiene 17 años y está en la
toma del Lengüitas. Una de las noches que pasó allí, entre los
pasillos, habló por teléfono con Miradas al Sur. “Nos sumamos
a las tomas por solidaridad con los otros colegios y por reclamos
puntuales propios”, dijo. Y detalló que desde la CEB se llegó a
las tomas por la decisión del gobierno porteño de negarse a reiniciar
las obras planificadas en varios colegios donde la aplicación del plan
NES de ampliar la carga horaria de 36 a 42 horas sin la incorporación
de, al menos, 6 aulas más. Una falta de proyección que generaría
un cruce y amontonamiento de alumnos ya que cursan en el mismo
edificio: un primario, un secundario y un terciario, además de una
escuela comercial a la noche.
Luego de seguir este tipo de medidas de fuerza durante varios años,
el doctor Núñez las califica como de “buena organización”, tanto
en CABA como en Córdoba o Neuquén. “La toma es un hecho de
compromiso político que también adquiere la dimensión de socializar
en un contexto diferente, disruptivo. En 2008, en Neuquén,
encontramos una especie de reglamento de convivencia para la
toma donde tenían pensadas comisiones de cocina, de prensa,
de seguridad para cuidar del establecimiento. En contraste con los
que sostienen que los jóvenes hacen destrozos.”
Juan Rubín es estudiante secundario, tiene 17 años y está en la
toma del Lengüitas. Una de las noches que pasó allí, entre los
pasillos, habló por teléfono con Miradas al Sur. “Nos sumamos
a las tomas por solidaridad con los otros colegios y por reclamos
puntuales propios”, dijo. Y detalló que desde la CEB se llegó a
las tomas por la decisión del gobierno porteño de negarse a reiniciar
las obras planificadas en varios colegios donde la aplicación del plan
NES de ampliar la carga horaria de 36 a 42 horas sin la incorporación
de, al menos, 6 aulas más. Una falta de proyección que generaría
un cruce y amontonamiento de alumnos ya que cursan en el mismo
edificio: un primario, un secundario y un terciario, además de una
escuela comercial a la noche.
Pero desde el plano físico, Rubín señaló que están “en una
situación bastante crítica porque se están dando clases en los
pasillos y en el patio; faltan bancos y sillas y algunos alumnos
estudiamos en el piso. De hecho, tuve que dar un examen en el
piso”. Denuncia también que los pisos tienen baldosas sueltas
y rotas, que recientemente se cayó un ventilador encima de una
alumna y que hay ratas y alacranes, algo que se ocuparon de
fotografiar y postear en las redes sociales para que se tome
conciencia. Señala indignado que cuando hicieron el planteo a
Esteban Bullrich recibieron como respuesta que “hay más ratas
que ciudadanos”, como si por eso debieran aceptarlo sumisos.
“Tampoco hay ascensor preparado y habilitado para que los
compañeros discapacitados puedan subir y bajar; en el que hay,
no entra la silla de ruedas, el ocupante y un asistente. Y estos
son problemas que parecen nada frente a reclamos de otros
colegios”. Critican también que, según el NES, se quiten horas
a materias como Historia, Geografía, Filosofía y Biología e
impongan materias como la que lleva por nombre Estructura
del universo, con mayor carga horaria semanal que las señaladas.
Incluso denuncian que, en el Lengüitas, pretenden reducir horas
de Inglés.
situación bastante crítica porque se están dando clases en los
pasillos y en el patio; faltan bancos y sillas y algunos alumnos
estudiamos en el piso. De hecho, tuve que dar un examen en el
piso”. Denuncia también que los pisos tienen baldosas sueltas
y rotas, que recientemente se cayó un ventilador encima de una
alumna y que hay ratas y alacranes, algo que se ocuparon de
fotografiar y postear en las redes sociales para que se tome
conciencia. Señala indignado que cuando hicieron el planteo a
Esteban Bullrich recibieron como respuesta que “hay más ratas
que ciudadanos”, como si por eso debieran aceptarlo sumisos.
“Tampoco hay ascensor preparado y habilitado para que los
compañeros discapacitados puedan subir y bajar; en el que hay,
no entra la silla de ruedas, el ocupante y un asistente. Y estos
son problemas que parecen nada frente a reclamos de otros
colegios”. Critican también que, según el NES, se quiten horas
a materias como Historia, Geografía, Filosofía y Biología e
impongan materias como la que lleva por nombre Estructura
del universo, con mayor carga horaria semanal que las señaladas.
Incluso denuncian que, en el Lengüitas, pretenden reducir horas
de Inglés.
La mano pesada
Un hecho distintivo y terrible fue que el 15, luego de que la
asamblea del Mariano Acosta definiera en ambos turnos plegarse
al reclamo, y una vez puesta en marcha la toma, ingresaron a la
institución policías armados, habilitados por la rectora. No
conformes con todo lo que esta violencia simbólica significa,
comenzaron a insultar a los alumnos hasta que reconocieron a
uno mayor de edad al que pidieron sus datos. Éste, que además
es delegado del Centro de Estudiantes del Mariano Acosta (Cesma),
en principio se los negó, pero terminó cediendo frente a la presión
policial y a la presencia inquisidora de la rectora. Fue entonces
cuando le abrieron una causa contravencional.
Un hecho distintivo y terrible fue que el 15, luego de que la
asamblea del Mariano Acosta definiera en ambos turnos plegarse
al reclamo, y una vez puesta en marcha la toma, ingresaron a la
institución policías armados, habilitados por la rectora. No
conformes con todo lo que esta violencia simbólica significa,
comenzaron a insultar a los alumnos hasta que reconocieron a
uno mayor de edad al que pidieron sus datos. Éste, que además
es delegado del Centro de Estudiantes del Mariano Acosta (Cesma),
en principio se los negó, pero terminó cediendo frente a la presión
policial y a la presencia inquisidora de la rectora. Fue entonces
cuando le abrieron una causa contravencional.
Mailén Nicanoff, presidenta del Cesma reveló que ya cuando
fueron a informar la medida de fuerza a la rectora, ésta respondió
que haría una denuncia policial y le pidió que entregase una lista
con todos los nombres de los alumnos que efectuaban la medida.
“Me negué por la historia que carga nuestro país con las listas
negras”, subraya Nicanoff, y recuerda que “por la presión de los
compañeros y de un abogado del sindicato Ademys y del terciario
que comparte la institución con nosotros, pudimos echar la Policía
del colegio; pero la rectora se quedó intentando llamar a los padres
para avisar de la toma pero no de la contravención contra el
compañero”. Esa noche terminó con la presencia de varios padres
apoyando la decisión de sus hijos y colaborando con la seguridad.
“A la mañana siguiente descubrimos que nos habían cortado la luz
y que por eso tampoco había agua. Comenzamos a preguntar y
supimos que curiosamente era el único edificio de la única manzana
de todo el barrio con ese problema”. Solicitaron a la rectora que
contactara a la empresa de mantenimiento para restituir la luz y el
agua; algo que no hizo hasta las 19. La luz volvió recién a las 22.
Ese día y el siguiente, cada tres horas, un patrullero se acercó
para preguntar a qué hora se irían del edificio. Un grupo de padres
juntó dinero que les facilitó a los chicos para que pudieran mantener
la toma en condiciones más amigables y acompañados por adultos.
fueron a informar la medida de fuerza a la rectora, ésta respondió
que haría una denuncia policial y le pidió que entregase una lista
con todos los nombres de los alumnos que efectuaban la medida.
“Me negué por la historia que carga nuestro país con las listas
negras”, subraya Nicanoff, y recuerda que “por la presión de los
compañeros y de un abogado del sindicato Ademys y del terciario
que comparte la institución con nosotros, pudimos echar la Policía
del colegio; pero la rectora se quedó intentando llamar a los padres
para avisar de la toma pero no de la contravención contra el
compañero”. Esa noche terminó con la presencia de varios padres
apoyando la decisión de sus hijos y colaborando con la seguridad.
“A la mañana siguiente descubrimos que nos habían cortado la luz
y que por eso tampoco había agua. Comenzamos a preguntar y
supimos que curiosamente era el único edificio de la única manzana
de todo el barrio con ese problema”. Solicitaron a la rectora que
contactara a la empresa de mantenimiento para restituir la luz y el
agua; algo que no hizo hasta las 19. La luz volvió recién a las 22.
Ese día y el siguiente, cada tres horas, un patrullero se acercó
para preguntar a qué hora se irían del edificio. Un grupo de padres
juntó dinero que les facilitó a los chicos para que pudieran mantener
la toma en condiciones más amigables y acompañados por adultos.
Amenaza
Pero la violencia aplicada contra los jóvenes no terminó allí. La
presidenta del centro de estudiantes del Acosta recibió una
llamada en su celular desde un teléfono que ocultó el número de
procedencia: “¿Dónde estás chiquita?”, sonó. A lo que respondió
preguntando “¿quién habla?”. Pasó casi un minuto en silencio y,
antes de cortarle, le dijeron “no te metás donde no tenés que
meterte”. Un abogado ya tomó el caso, hicieron la denuncia y
están esperando el rastreo del llamado.
Pero la violencia aplicada contra los jóvenes no terminó allí. La
presidenta del centro de estudiantes del Acosta recibió una
llamada en su celular desde un teléfono que ocultó el número de
procedencia: “¿Dónde estás chiquita?”, sonó. A lo que respondió
preguntando “¿quién habla?”. Pasó casi un minuto en silencio y,
antes de cortarle, le dijeron “no te metás donde no tenés que
meterte”. Un abogado ya tomó el caso, hicieron la denuncia y
están esperando el rastreo del llamado.
En este contexto, los alumnos planifican endurecer su postura.
Rubín sintetizó el ánimo de los estudiantes: “Queremos que sepan
que los estudiantes vamos a levantarnos cada vez que haga
falta para reclamar por nuestros derechos, porque la educación
pública no se vende, tiene que ser de calidad y no tiene que ser
privilegio de nadie, debe estar primera en la agenda de todos los
representantes de todos los partidos políticos”.
Rubín sintetizó el ánimo de los estudiantes: “Queremos que sepan
que los estudiantes vamos a levantarnos cada vez que haga
falta para reclamar por nuestros derechos, porque la educación
pública no se vende, tiene que ser de calidad y no tiene que ser
privilegio de nadie, debe estar primera en la agenda de todos los
representantes de todos los partidos políticos”.