Se rindió homenaje a Eduardo Luis Duhalde
El Archivo Nacional de la Memoria (ANM), dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, realizó, en la ex ESMA, un coloquio sobre el libro: El Estado Terrorista Argentino, en homenaje a su autor, Eduardo Luis Duhalde, al cumplirse 2 años de su fallecimiento.
Entre los participantes reunidos en círculo, participaron amigos, familiares y personalidades de la talla del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; Luis Alén; los fiscales Jorge Auat y Horacio Azzolin; el constitucionalista Eduardo Barcesat, la militante Olga Hammar, Rodolfo Mattarollo, Ramón Torres Molina y Alejandro Vanoli, entre otros.
Inició la presentación el director de prensa de ANM, Marcelo Duhalde, hermano de quien fuera secretario de Derechos Humanos de la Nación, y calificó su libro como “fundamental para comprender la magnitud del golpe de 1976”.
El primero de los disertantes en hablar fue Mattarollo quien destacó la capacidad que tuvo de establecer una diferenciación cualitativa entre “terrorismo de Estado” y “Estado terrorista”, remarcando que hubo terrorismo de Estado antes del ’76, pero que se convirtió en un Estado terrorista a partir de esa fecha al convertirse en su totalidad en un Estado cívico-militar estructurado en función de una organización terrorista de minorías privilegiadas que trataron de impedir las formaciones necesarias en la sociedad, economía y cultura, incluso en un marco internacional. Evocó el gran cambio que significó la figura de Néstor Kirchner sobre quien Eduardo Luis Duhalde solía referirse como “nuestra segunda oportunidad”. Y destacó la audacia de Duhalde para embarcarse en objetivos insuperables que lo llevaban a aquella frase gramsciana que invitaba a unir el pesimismo del intelecto, al optimismo de la voluntad.
A su turno, Barcesat, en referencia al libro destacó el primero de los capítulos “donde aborda el tema de el otro y de los distintos modos de violencia institucional frente al disidente, al diferente; característica fundamental para comprender la posterior aparición del Estado terrorista”. Remarcó que fue “gracias a ese trabajo previo que se pudo llegar a los juicios por Memoria, Verdad y Justicia” de estos años. Finalmente, advirtió sobre esta nueva forma de fascismo rústico que se está instalando como huevo de la serpiente “para instalar que una violencia estatal es necesaria”.
Para Auat, un homenaje a Eduardo es importante por su aporte a la historia de los DDHH y enfatizó que “el mejor lugar para hacerle un homenaje a Eduardo era sin dudas este espacio que ya no es más la ESMA”. Se detuvo en la importancia de su estrategia poniendo foco en la memoria: “La memoria abre expedientes que el derecho consideraba olvidados”.
Fresneda recordó a Eduardo Luis Duhalde como a alguien irreemplazable y sostuvo: “Ojalá, cuando a uno le toque irse, llene auditorios como éste para recordarlo”. Y los homenajes se fueron sucediendo entre colegas, militantes, amigos y familiares que lo descubrían en sus distintos matices. Entre ellos, Luis Alen puntualizó: “A Eduardo, lo seguimos homenajeando en cada juicio ganado por los DDHH; en cada nieto que recupera su identidad; en cada victoria contra la impunidad”.
Luego de dos horas de exposiciones variadas, Marcelo Duhalde cerró el coloquio con una frase de Eduardo Luis: “Patria, vamos a caminar; ¡yo te acompaño!”.
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