Publicada en Miradas al Sur el 04/08/2013

Cultura y memoria

III Congreso Internacional Artes en Cruce . Ricardo Manetti, director de la Carrera de Artes que organiza el encuentro, y Jorge Dubatti, especialista en teatro y docente universitario, anticipan los objetivos del encuentro bienal que esta semana reunirá a intelectuales y artistas nacionales e internacionales.
Para Ricardo Manetti, director de la carrera de Artes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), “es un buen momento para la carrera de Artes y para los debates que se están dando en el campo cultural, político y social en general, pero fundamental en el campo artístico que tanto tiene que ver con la intervención de sujetos sociales, sujetos que problematizan, desde un presente, una experiencia histórica con la posibilidad de construir un porvenir”. Su evaluación ante Miradas al Sur hace referencia al III Congreso Internacional de Artes en Cruce (CIAC) que se realiza esta semana. Se trata de un espacio de diálogo crítico y reflexivo en la intersección entre los saberes del campo académico, la investigación y la enseñanza de las artes, en los niveles de grado y posgrado.
Organizado por la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires cada dos años, esta tercera edición del CIAC coincide con el festejo de los cincuenta años de la creación de la Licenciatura en Artes y sus tres orientaciones: Música, Artes Combinadas y Plásticas.
Ambos eventos se desarrollarán en conjunto entre el martes 6 y el sábado 10 de agosto en tres sedes simultáneamente: el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini; el Centro Cultural Francisco Paco Urondo, y la sede principal, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (ex-ESMA).
Bajo el lema Los espacios de la memoria, memorias del porvenir, en esta ocasión el CIAC revisa la historia de las diversas disciplinas del arte: cine, teatro, plástica, música y literatura, así como también de las transformaciones sociopolíticas y culturales de los últimos cincuenta años.
La apertura inaugural del congreso se realizará el lunes a las 19 hs., en aula 108 de la Facultad de Filosofía y Letras (Puán 480, CABA) y dialogarán sobre la creación estética nada menos que Eduardo Tato Pavlovsky y Luis Felipe Noé. Pero a lo largo del congreso también participarán varias importantes personalidades del arte argentino: Federico Luppi, Norman Briski, Raúl Serrano, Graciela Borges y el equipo teatral Timbre 4.
Para Jorge Dubatti –quien da clases en Artes desde 1987, integra el Comité Científico vinculado al teatro y es profesor concursado de la Carrera en la Materia Historia del Teatro Universal con la orientación en Artes Combinadas–: “El teatro, el arte en general, contribuye a construir sentido, justamente el sentido que la realidad mediática se empeña en disolver. Vamos al arte a construir subjetividad, formas de estar en el mundo. El arte es el espacio donde fundamos territorios de subjetividad alternativa. Identidad y subjetividad van de la mano, siempre en un sentido de multiplicidad, diversidad, metamorfosis y deseo en permanente cambio”.
Minetti considera importante identificar el contexto en el que se dará este encuentro: “Es interesante repasar las memorias y las experiencias vividas, pero sobre todo, resulta imperioso debatir el espacio que el campo artístico ocupa hoy. Hace falta repensar y reformular uno de los aspectos que más nos interesan: la transformación de los planes de estudio”. Considera también que gestionar para transformar, trabajando desde el concepto de transferencia y la vinculación con la comunidad, “se hace cada vez más necesario”.
–¿Qué papel le otorga a la cultura en la construcción de identidad, individual y colectiva?
–Es uno de los aspectos clave. Como sujetos, nos vamos formando con la experiencia cotidiana. En los primeros acercamientos a esta idea de la construcción de la identidad de un sujeto, la cultura nos atraviesa de manera permanente. Y el arte, como una manifestación en el campo cultural, tiene que ver con las narraciones, con los relatos, con el sistema de representación, con las imágenes, con lo imaginario, con lo simbólico; es el lugar desde donde nos identificamos con una propia realidad… Y allí también aparece nuestra propia historia: cómo nos insertamos en relación al lugar donde habitamos, la historia que tenemos, a las tragedias y a las felicidades que llevamos encima tiene que ver con la inserción en el campo cultural pero, sobre todo, con la conformación de sujetos pensantes desde un lugar del arte como transformador social.
–¿Estamos ante un cambio de paradigma?
–Creo que todo congreso debe plantearse qué paradigmas están presentes, qué es lo que ha caducado y pensar en los nuevos paradigmas… Para eso sirven. Muchas veces el arte pudo haber sido un lugar de refugio… pienso en las disciplinas artísticas que se atrevieron a hablar en tiempos que era imposible, como Teatro Abierto en el año 1981, mucho antes de que atravesáramos la tragedia de Malvinas, o el regreso de Mercedes Sosa en 1982… Esto nos obliga a todos a repensar el lugar que tuvo la propia carrera en la década de 1970, cuando se modificaron los planes de estudio; tiempos en los que se pensó una nueva realidad que podía ser distinta y transformadora. Y es algo similar a los tiempos que estamos viendo.
–¿Cómo identificaría las influencias del arte de hoy?
–Vivimos tiempos de acercamiento entre varias disciplinas. El arte recibe el aporte de áreas que van desde la sociología o las nuevas tecnologías hasta los medios de comunicación. Se están dado nuevas perspectivas para pensar la cultura popular en el campo nacional. No es inocente que estemos otorgando un doctorado honoris causa de la UBA a Leonardo Favio, más allá de haberlo solicitado mucho antes de que falleciera, porque creemos que tenemos que reivindicar muchas de estas figuras.
–Y lo harán nada menos que en la ex-ESMA…
–Exactamente, también eso. Y así lo pensamos. Estos son los lugares que tienen que ver con nuestra historia trágica, pero también es la que nos permite entender que hay nuevos momentos. Cambios de paradigmas en términos sociales, políticos, económicos… porque también la economía nos atraviesa de forma permanente. Elegimos tres espacios que son claramente simbólicos: la ex-ESMA, donde uno de sus espacios lleva el nombre Centro Cultural Haroldo Conti, un intelectual que cayó bajo un sistema de asesinatos, muerte y desaparición… y así, su pensamiento pervive para las generaciones posteriores. Otra sede será el Centro Cultural Francisco Paco Urondo, también otro intelectual que se acerca a Conti y vinculado al arte desde el mundo de los títeres hasta la literatura, pasando por el teatro, el cine, el guión, la televisión y hasta fue director del Departamento de Letras en 1973. Y la tercera sede, el Centro Cultural de la Cooperación, un lugar que recupera el valor del cooperativismo. En la elección de las sedes existe una clara intención ideológica.
–¿Dónde estará el aporte del congreso en ese sentido?
–Justamente, en la posibilidad de sentarnos a debatir a confrontar ideas. La última modificación de nuestro plan de estudios se dio en 1985, a partir de un debate del año anterior, con la vuelta a la democracia. Hoy, veintiocho años después, debemos transformarlo y construir un paradigma para las nuevas generaciones, pensando el arte también desde las problemáticas de la producción artística en América latina y recuperando nuestros intelectuales latinoamericanos, muchas veces olvidados, que nos constituyen y ofrecen la posibilidad de un diálogo de la diversidad y de políticas de género. Muchas veces necesitamos legitimarnos desde la palabra de los otros; en el congreso, buscamos legitimarnos desde nuestra propia palabra.
En ése sentido, Jorge Dubatti, en diálogo con Miradas al Sur se revela entusiasmado con poder celebrar los cincuenta años de la carrera y que se pueda mirar para atrás, calibrar el presente y ver cómo se han multiplicado las relaciones entre arte y universidad. “Creo que hay un gran futuro en el reconocimiento de los artistas como intelectuales, dueños de saberes singulares. El desafío está en el encuentro de los artistas y los científicos y en ir tendiendo puentes entre arte y ciencia”. Dubatti identifica también un objetivo tangencial de desarrollo que considera importante remarcar: “El arte, hablemos de cine, música, teatro, danza, plástica, fotografía, etc.; es hoy generador de un producto bruto interno nacional de dimensiones insospechadas. Basta con ver lo que pasa en la calle Corrientes con el teatro comercial hoy y cómo esto beneficia a todos los locales: restaurantes y bares, librerías y disquerías, estacionamientos, vendedores ambulantes. El arte genera divisas y multiplica otras áreas”.
–¿Cómo evalúa el momento actual de la cultura?
–La cultura está atravesando una época excepcional, sin duda favorecida por las mejoras de la Argentina en los últimos diez años. Creo que el cambio se produjo en los primeros años de la post-dictadura, a partir de 1983-1984, y se ha ido acentuando: vivimos un canon de la multiplicidad, de la diversidad. La producción es de una riqueza apabullante.
–Si el mayor desafío de América latina es la batalla cultural, ¿cómo ayuda a construir, en esa línea, este congreso?
–La UBA es y ha sido un espacio de referencia para toda Latinoamérica; justamente porque la UBA piensa a Latinoamérica como campo político, social, cultural, artístico. Esa es una de las grandes cosas de este congreso: la reunión de latinoamericanos y la proyección latinoamericanista. Puro futuro de trabajo, de acuerdos, de proyectos compartidos.
El CIAC contará también con la participación de importantes invitados internacionales en el área de teoría e historia del cine, teoría e investigación teatral, danza, música y artes visuales.
“Amo esta Carrera y conmigo han estudiado la mayoría de los investigadores, críticos y gestores culturales jóvenes que hoy trabajan en Buenos Aires. La carrera de Artes es un semillero de inteligencia y talento hacia el futuro”, observó Dubatti.
“Más que un hecho concreto –concluyó Manetti– lo que más me entusiasma es la altísima participación de los jóvenes en este congreso donde tendrán un peso especial el ímpetu y las ganas de los estudiantes de veinte años; jóvenes que ya han atravesado una infancia y adolescencia desde otro lugar que serán clave para mirarse, para mirar su país y el mundo”.
La programación completa puede verse en: http://tercercongresoartesencruce.filo.uba.ar y en http://artes.filo.uba.ar.

http://sur.infonews.com/notas/cultura-y-memoria