Publicada en Miradas al Sur el 19/05/2013

Más de 2 millones de trabajadores ya alcanzaron aumentos salariales
Paritarias al 24%. El diputado Héctor Recalde, el abogado laboralista Alberto Pepe Robles y el dirigente Hugo Yasky analizan los 10 años de paritarias consecutivas.
Que hayan pasado diez años con paritarias anuales todos los años significa que los trabajadores son una parte importante de la economía con poder decisor”, indicó a Miradas al Sur el abogado laboralista Alberto Pepe Robles, director del Instituto Mundo del Trabajo.
El miércoles pasado se reunieron con la Presidenta y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, los dirigentes sindicales de varios de los gremios más importantes y representantes de varias cámaras empresariales para anunciar los acuerdos salariales cerrados en paritarias.
Estuvieron en la reunión con el Ejecutivo en Casa Rosada, los dirigentes Caló, de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM); Andrés Rodríguez, de Unión Personal Civil de la Nación (Upcn); Sergio Palazzo, de la Asociación Bancaria; José Luis Lingeri, de Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA); Armando Cavalieri, titular del Sindicato de Comercio; y Víctor Santa María, del Sindicato de Unión de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh); gremios que resguardan los intereses de más de dos millones de trabajadores y los acuerdos rondan el 24 por ciento.
Y en representación de las cámaras: Carlos Ben, por AySA; Osvaldo Cornide, por la Confederación de Argentina de la Mediana Empresa (CAME); y Juan Carlos Lascurain, de la Asociación de Industrias Metalúrgicas de la Argentina.
Según indicó Tomada, estos acuerdos cubren a cerca del 40% de los trabajadores registrados. Destacó el valor de la negociación colectiva anual que lleva 10 años en el país, algo verdaderamente inédito. Y observó que demuestran la confianza y responsabilidad de sindicatos y empresarios. Tomada, señaló además que los seis acuerdos confirman "la plena vigencia del sistema más democrático para preservar los salarios de los trabajadores y otorgar previsibilidad a los costos empresarios" y concluyó que la firma se realizó en la casa Rosada por responder a un número tan importante de negociaciones cerradas.
Junto a la Presidenta y a Tomada, estuvieron presentes el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; la secretaria de Trabajo, Noemí Rial, el secretario de Política Económica, Axel Kicillof; la ministra de Industria, Débora Giorgi; y el presidente del Banco de la Nación Argentina (BNA), Juan Carlos Fábrega.
Histórico. Los primeros convenios colectivos aparecieron en la Argentina con la democracia, en tiempos de Yrigoyen, un gobierno que planteaba que ante las huelgas había que negociar, cambiando radicalmente la represión con la que los conservadores trataban los reclamos gremiales. Por entonces no existían paritarias anuales ni una ley de paritarias, ya que el radicalismo no tenía una política sindical. La dictadura de 1930 borró esa intención negociadora y estableció una metodología: en ningún período dictatorial habría paritarias.
“Será Perón quien tomaría contacto con los trabajadores (previo al peronismo), principalmente socialistas y comunistas, y es quien logra sentar a los duros de la cámara de la carne consiguiendo así el primer convenio del sector”, rememora Robles. A fines del primer gobierno de Perón se dictaría la Ley de Paritarias, que ordenaría la negociación colectiva. Luego, habría una paritaria con Frondizi, otra con Isabelita y una con Alfonsín.
“¡Ahora tuvimos la décima en 10 años! Algo absolutamente impresionante –reflexiona Robles–. Cada paritaria es un milagro por lo logrado a nivel salarial y por el efecto cultural que naturaliza la revisión de las condiciones laborales.” Algo que identifica que la Argentina tiene una de las cinco culturas de negociación colectiva más poderosas del mundo.
Sin acuerdo. La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) es uno de los gremios con sus paritarias trabadas y que este año por primera vez en su historia reúne a todos los medios escritos, incluidos diarios, agencias de noticias nacionales e internacionales, revistas y webs. Sus trabajadores realizaron esta semana paros parciales en todas las empresas periodísticas. Lejos de una pronta resolución, reclaman un anticipo de $ 1.800, un aumento del 35 por ciento, un mínimo salarial de $ 7.000, elevar el mínimo para las colaboraciones, la finalización de la precarización laboral, y el pase a planta de colaboradores.

Entrevista
1. ¿Considera que los aumentos paritarios otorgados responden a lo perdido por inflación, que generan transferencia a favor de los asalariados o que generan pérdida del salario real? 2. ¿Creció el empleo formal en el sector público o en el privado?, ¿y en la construcción? 3. Con las leyes de empleo en casas particulares y de trabajo rural, ¿cuál es el nivel de informalidad en esos sectores? ¿Y en las pymes? 4. ¿Cómo ve a la dirigencia sindical con esta cantidad de centrales? 5. ¿Nota una nueva dirigencia surgida de la base de sectores juveniles?


Alberto Robles. Director de Investigaciones del Instituto de Trabajo.
1. Estas paritarias generan transferencia a favor de los asalariados, porque este modelo se para sobre el comercio interno y se sostiene con el poder adquisitivo de la población. El Gobierno necesita que el salario no se retrase respecto de la inflación, pero creo que también los trabajadores y los empresarios lo necesitan. Después, estos últimos verán cómo trasladarla, pero hoy la inflación es posterior a los aumentos salariales. Esto ocurre porque a las empresas les sale más barato subir los precios que pelearse con los sindicatos. Sobran ejemplos históricos en los que la puja distributiva se resolvía con inflación. El empresario podría ponerse duro y decir: “No, vayan a la huelga”, pero eso tendría un costo en la producción que cuando hacen números notan que no les conviene. Creo que es importante entender que la inflación no es negativa per se; genera desequilibrios, pero a la larga vuelven a su lugar.
2. No. El empleo está estancado. Hay un muy leve aumento del trabajo informal. Pero hay que subrayar que ha habido un cambio cultural en las empresas y no está habiendo despidos. En la misma situación de hoy, hace poco más de diez años, se ponían a despedir gente estableciendo un pico que pasaba del 8 al 18% en seis meses, como pasó en 1994; o del 12 al 30% en tres años, como ocurrió en 2002. Calamidades que arrasaban a la mayoría de la población. Creo que ése es otro de los saltos cualitativos: Estado, sindicatos y empresas cuidando el empleo. Por supuesto que no es la panacea, pero no hizo falta aplicar ninguna de las protecciones al empleo. En cuanto a la construcción, está atravesando un momento difícil por el tema del dólar, pero es muy probable que se resuelva con estas nuevas medidas… es curioso, pero en Santa Fe, donde el sector se maneja con pesos, funciona bien.
3. Eso recién empieza, pero tiene una importancia similar al de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Hablamos de casi 2 millones de trabajadores donde la informalidad en el primer grupo es de un 90 y del 75 % en los rurales. Es una reivindicación histórica. Perón quiso cambiarlo con el Estatuto del Peón de Campo, pero la dictadura siguiente lo derogó y volvió a la estancia patriarcal. Y el servicio doméstico nunca lo tuvo. ¿Sabías que en angolés mucama significa esclava que es amante de su señor? Hay que revisar que en muchos casos, donde hay una mujer y hay abuso laboral, también hay abuso sexual.
4 La Argentina tiene esta multiplicidad de centrales, algo que no es bueno, pero tiene sindicato único. No hay sindicatos paralelos. Son los sindicatos en bloque los que se van a una central o a otra. Entonces la negociación económica salarial se sigue realizando de manera organizada. El sistema argentino está basado en sindicato único por rama, sub-rama, etc.; pero no es un sistema cerrado y también están los sindicatos por oficio. Pero con un grupo muy fuerte de unos 20 sindicatos o federaciones nacionales que le dan un alto poder de negociación. Tal vez, quienes más sufren la desunión sean los docentes, con tres centrales y en cada provincia un sindicato distinto.
5. Si bien los cambios en el sindicalismo llevan más tiempo, por sus elecciones de forma más indirecta, la composición de los delegados está cambiando sustancialmente. Debe haberse triplicado la cantidad de delegados. Y hay casos, como Comercio, donde se han multiplicado por diez. Estos nuevos trabajadores salieron de la exclusión por el Estado y en otro contexto estarían en negro; tienen amistades todavía excluidas y se da un fuerte proceso de solidaridad con los otros trabajadores. Muchísimas son mujeres y todos entraron a los sindicatos. Está lleno de nuevos chiquitos que entraron ahora, con un corte al estilo de los Wachiturros, con piercings por todos lados… una maravilla. Y ya se hacen sentir. No están en las conducciones, pero los delegados tienen hoy más peso que hace diez años. La democracia sindical hoy es el delegado. El juicio de Pedraza sería imposible si no fuera en este contexto, porque ése es un juicio a la vieja patota.

Hugo Yasky. Secretario General de la Central de Trabajadores Argentinos (cta)
1 y 2. Creo que la tendencia es mantener el poder adquisitivo de los salarios acompañando el crecimiento de los precios. Es fundamental en el modelo que se está aplicando mantener el poder adquisitivo de los salarios, porque de no ser así podría prender un esquema recesivo, habida cuenta de la crisis internacional. Los países de Europa son el ejemplo de cómo se puede retroceder rápidamente si no hay políticas públicas que apuntalen el poder adquisitivo de los salarios como motor de la economía. Hasta ahora el sector privado viene 2 o 3 puntos arriba y el sector público es el que se está quedando rezagado. Hay que subrayar el hecho de que las paritarias demostraron su eficacia como un elemento para fortalecer la democracia económica y evitar un desenganche del poder de compra respecto de la evolución de los precios. Está claro que en la puja distributiva los empresarios tienen en sus manos un ancho de espadas que es la posibilidad de remarcar precios. El hecho inédito para la Argentina es la cantidad de paritarias que se vienen dando, marca un ciclo de recuperación salarial que es mérito de este Gobierno. Porque cuando el empleo cae, pedir aumento es un mero voluntarismo, y no hay política pública, ni decreto, ni ley que sostenga el poder de los salarios o la capacidad de negociación de los gremios. El dato más claro se vio el año pasado cuando la economía dejó de crecer al mismo nivel y el empleo se mantuvo. Se perdieron algunos empleos en la construcción pero servicios pudo absorberlos. Esto se suma a la política de control de las importaciones, a la política que trató de poner un cerco a la fuga de divisas, a la defensa del nivel de empleo, etc… entendamos que negociar paritarias en la década del 90 además de imposible habría sido entrar a la cancha perdiendo 6 a 0. Cuando hay una fila de desocupados esperando para conseguir un puesto de trabajo, no hay negociación salarial que se sostenga. Estamos en un escenario en el que a pesar de las crisis, la fortaleza de las políticas públicas han logrado sostener las fuentes de trabajo. En ese plano, creo que el Gobierno está bien parado y ahí es donde, desde el movimiento sindical, somos aliados.
3. En el caso del empleo rural, hay provincias donde directamente el 80% de los empleados rurales está en negro, sobre todo en el NEA y en el NOA, con excepción de los que están con convenio. Otro nicho grande de informalidad es de las empleadas de casas particulares y creo que la ley va a atacar un flanco donde hay más de un millón de trabajadoras y trabajadores en condición de informalidad. Aunque para algunos sea una medida populista, para el que padece la explotación no lo es. Será un gran avance contra la informalidad. Respecto de las pymes, haría falta definir algunas políticas para discutir el tema de las tercerizadas, del subempleo y distintas formas de fraude laboral; pero creo que debería avanzarse desde dos perspectivas: una de cómo tomar medidas punitivas que permitan reducir ese abuso patronal y otras que permitan también, a través del estímulo, hacer que las pymes mejoren sus condiciones.
4. El mapa de la sindicalización en Argentina es muy particular, porque es horizontal y no vertical. En Brasil, por ejemplo, la fragmentación de las centrales implica también la fragmentación en la base; va de arriba abajo y compromete al sindicato. En la Argentina la fragmentación es un fenómeno de las cúpulas sindicales, pero abajo se han mantenido unidas. Hoy estamos cerrando acuerdos con un buen nivel salarial general sin conflictividad.
5. La creación de más de 5 millones de puestos de trabajo, en su mayoría sindicalizados, ha generado una clase trabajadora sub-30 que está generando cambios. Creo que se están produciendo proceso de renovación que en el mediano plazo vamos a empezar a ver. Soy optimista respecto de ese cambio.

Héctor Recalde. Diputado nacional (fpv)
1. Ha habido distintos porcentajes pero podemos promediar el 24%. Y cabe aclarar dos cosas: primero que no hay ninguna consultora privada que pueda hacer seriamente un relevamiento como el que hace el Indec, que lo que mide son las subas y bajas de los precios. Por otro lado, que los Convenios Colectivos de Trabajo son tanto para los que están en blanco como a los que están en negro, sea de la rama que fuera. Las pautas que persigue el Convenio Colectivo de Trabajo tienen que ver con la canasta alimentaria, fundamentalmente, y esas pautas difieren de actividad en actividad, por las modalidades de consumo de los distintos sectores. Desde el 2003 a la fecha se vienen firmando cada vez más convenios y llegamos al 2012 con un récord de 1.800. Cito esto porque no hay mejor instrumento para la defensa de las condiciones de trabajo que el Convenio Colectivo de Trabajo. Cualquier trabajador sabe que desde entonces mejora su poder adquisitivo. Pero hay que recordar que un fuerte disciplinador social es el desempleo y si se logra un 24% es porque no está condicionado por el desempleo.
2. No hubo un crecimiento notable del empleo como tampoco hubo pérdida. En la construcción pasan por un momento difícil por el descenso de la venta de inmuebles y que trajo como consecuencia un retraimiento del sector. Pero es algo coyuntural y creo que con estos CEDIM, los propios protagonistas aplaudieron la medida. En la Organización Internacional de Trabajo, el comentario es “¿cómo hacen en Argentina?”. Recordemos que tuvimos una tasa de desempleo del 26% y ahora está en el 7,3%.
3. El nivel de informalidad en los dos sectores es tremendo. El trabajo en casas particulares, y por favor dejemos de llamarlo “empleo doméstico” porque los animales son los domésticos. Llamarlo como corresponde es una manera de empezar a recuperar dignidad. Quisiera remarcar algo porque soy un militante y están diciendo a las trabajadoras de casas particulares que si las blanquean van a perder la Asignación Universal por Hijo (AUH), y no es cierto. Algo que en dice el artículo 72 de la ley explicita que siempre van a tener la AUH. Son maniobras que están utilizando para sembrar el terror y para evitar que las blanqueen. En la actividad rural, la informalidad ronda el 70%. Respecto de las pymes, recordemos que venimos de una década infame de flexibilización, donde se les sacaba derechos a los trabajadores como forma de colaboración con las empresas, y eso cambió. Hay que apoyar a las pymes, pero no hay diferencia entre trabajadores de empresas grandes, medianas o pequeñas. No hay ninguna razón para que ningún trabajador sea menos que otro, incluidas las trabajadoras de casas particulares.
4. En este momento, tener cinco centrales sindicales es una debilidad de la clase dirigente y que tiene alguna repercusión sobre los trabajadores. Digo alguna porque esto es en el concierto de las centrales, pero en el sindicato para enfrentar las negociaciones colectivas no se experimenta. Ahora, para tener una posición unívoca y enfrentar, por ejemplo, a los formadores de precios, a los oligopolios y participar en el control del trabajo en negro, en fin, todas las cosas macro, hace falta una representación unificada; dos a los sumo como ocurría con CGT y CTA. Que sean cinco no ayuda a esta construcción. Creo que fue afortunado cuando existió una alianza estratégica entre CGT y el gobierno nacional.
5. La nueva participación juvenil empezó fundamentalmente en la política. Y en esto no es ajena la actitud de Néstor Kirchner y la continuidad con Cristina. No es casualidad que la participación política y laboral de los jóvenes se haya dado en paralelo. Y diría que los jóvenes están avanzando en su participación sindical. Hoy no es la discusión principal pero, desde hace tiempo sostengo que hay libertad sindical y donde hay que trabajar fuerte es para profundizar la democratización sindical interna. Así como hemos pedido que se abran las puertas de la Justicia para que entre el pueblo, también es fundamental que se abran los sindicatos para que participen todos los trabajadores y principalmente los jóvenes.
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