Entrevista. Darío Giustozzi. Intendente de Almirante Brown
“No creo que debamos aliarnos a los Gordos”.La interna entre el gobernador y su vice. La CGT y el paro. Recolección de la basura a menor precio, sin Covelia. El candidato autoproclamado a gobernador afirma que desde Capital Federal se arroja ilegalmente basura en su municipio.
Con una población de 582 mil habitantes en 133 km2, el partido de Almirante Brown se ubica al sudoeste del GBA. Como la municipalidad está en reparaciones, la entrevista con el intendente Darío Giustozzi se realizó en la Casa de la Cultura, un espacio creado en los ’90 para ser shopping, pero que como tal duró apenas ocho meses. La charla transcurrió mate mediante, con el fondo de una fotografía compartida con Néstor y Cristina Kirchner, más otra con su esposa –la que lo “peronizó” en sus épocas de universitario, que falleció en 2008. Con ella tuvo una hija. Giustozzi es oriundo de Saladillo, hijo de un corredor de TC. Se mudó a Almirante Brown para estudiar y allí se quedó. Fue jefe de gabinete del ministerio de Gobierno de la provincia hasta 2005, cuando asumió como diputado. En 2007 desbancó de la intendencia a Jorge Villaverde mediante un 30% de los sufragios con el Frente para la Victoria. Cuatro años después fue reelecto con el 72% de los votos, con más de 65 puntos sobre el segundo.
–¿Cómo ve la interna Scioli-Mariotto?
–Cuando un equipo asume un rol de conducción para gobernar, debe funcionar como tal. Aun con diferencias, esperamos que se trabaje con esa condición y sin mezquindades. Mientras que las diferencias que he advertido entre ellos sean para aportar a la eficacia del Gobierno y sea positivo para la población, no habría de qué preocuparse. Pero si respondieran a proyectos de poder personales, creo que entran en un límite riesgoso. Revisando nuestra propia historia, cuando yo estaba al frente de la Juventud Peronista de la provincia de Buenos Aires y decidimos acompañar a Germán Abdala y ATE contra la privatización de YPF, no los vi ni al gobernador ni al vice. Lo mismo pasó con el indulto. Así que, a la luz de la historia real, no son tantas las diferencias.
–¿Qué piensa del paro convocado por Hugo Moyano? ¿Lo liga al encuentro con Scioli luego del anuncio de las aspiraciones presidenciales del gobernador?
–Tendrán que decirlo ellos. Pero de ser así, sería grave. Era lógico que el reclamo salarial de Camioneros estuviera en el mismo nivel que plantearon otros sindicatos fuertes de la Argentina. Creo que se debe apelar al diálogo entre la patronal y el movimiento obrero organizado, donde el Gobierno debe cuidar que el derecho de unos no vulnere los de la mayoría. No se puede poner en riesgo lo que se ha conseguido en estos nueve años. Eso no lo vamos a permitir. Acompañaremos a la Presidenta, hasta el último día, en cada medida.
–¿Cree que los trabajadores deberían pagar Ganancias?
–No encuentro a nadie que esté de acuerdo con gravar al trabajo con el impuesto a las Ganancias, una medida de De la Rúa que inauguró un período en que las cuentas fiscales se fueron equilibrando con las reformas que se tomaron en distintos períodos. El límite de imponibilidad deberá irse modificando cuando las condiciones lo permitan. Pero este gobierno se ha hecho cargo de este tema así como de otros derivados de crisis anteriores.
–¿Cómo analiza la interna dentro de la CGT?
–La verdad es que el sindicalismo tiene una lógica de internas bastante indescifrable. Deberíamos dejar que el movimiento obrero organizado defina libremente sus autoridades. No creo que por estar en contra de Moyano debamos aliarnos a los Gordos o generar lazos difíciles de explicar con nuestra historia política.
–¿Qué evaluación hace del revalúo inmobiliario del campo?
–Es una medida correcta, había un gran atraso de las valuaciones. Era profundamente ilógico que un trabajador urbano debiera pagar por una propiedad valuada en US$ 100 mil, diez veces más de lo que pagaba un productor con un campo de un millón de dólares. El revalúo garantiza equidad.
–¿Cómo se compone su presupuesto municipal?
–Manejamos 630 millones anuales, de los cuales, gracias a la reforma económica que hicimos, 140 millones son masa salarial (23%), incluyendo a los contratados, pero sin contar ni horas extras ni los nuevos aumentos. La recolección de basura nos insume un 18%. Ahí tenemos contratado a Hesurmet. Somos de los pocos municipios que no estamos con Covelia (N. de R.: presuntamente vinculada con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano). ¿Por qué? Covelia había comprado el pliego, pero dados los valores y el tipo de servicio que pretendíamos, no presentó oferta. Habíamos hecho un estudio de costos y sobre eso cargamos la rentabilidad, un número que no les debe haber servido. Después, destinamos un 30% en Salud y Desarrollo Social; un 2% en Cultura, y el resto es obra pública.
–¿Cómo resuelven el tema de la recolección de la basura?
–Estamos asociados al Ceamse y tenemos una planta de transferencia en el parque industrial donde se hace un achique y una incipiente separación, y se envía a Bancalari. Sin embargo, nos encontramos con que, clandestinamente, desde otros distritos vienen a arrojarnos basura.
–¿Cómo es eso?
–Sabemos que de noche han venido camiones con todo tipo de basura y la arrojan en la zona rural. Una noche nos tiraron 10 camiones. Han venido camiones desde Capital direccionados por su Gobierno y nos han arrojado residuos de espacio público. Al principio hasta tenían el logo del Gobierno porteño…
Giustozzi dice que el suyo es el municipio más perjudicado por el Coeficiente de Coparticipación y por la ley de financiamiento educativo. Por eso, este año tendrán $76 millones menos. Por lo que decidió reprogramar obras en tiempos más largos. Respecto de las obras de infraestructura, el intendente señaló que sólo el 15% de su población tiene cloacas: “Lamentablemente, en ese punto, el Estado Nacional aún tiene una gran deuda con Almirante Brown”.
–¿Cuál es el déficit habitacional del municipio?
–Hoy estamos en el orden de las 15 mil viviendas, entre las que habría que discriminar la necesidad de unas 5 mil viviendas y unas 10 mil soluciones habitacionales. Me refiero a casas que necesitan complementar viviendas existentes. Para eso, tenemos un plan propio con un sistema de módulos. También, con el Gobierno Nacional estamos construyendo tres barrios que totalizan 795 viviendas.
–En los últimos tiempos usted viene cuestionando los piquetes como práctica de protesta. ¿Diferencia entre quienes reclaman comida, dólares o participan de un lockout?
–Por supuesto. El abandono del pueblo por parte del Estado en 2001, como fruto de la política de los ’90, justificaba las manifestaciones masivas. Pero otra cosa bien distinta es insistir con esa forma luego de todo lo conseguido, algo que termina distorsionando los reclamos y generando más perjuicios para quienes originan la protesta. Aun cuando existan motivaciones genuinas, el Estado en sus distintos niveles tiene programas para absorber esa emergencia, no de manera mágica, como tampoco lo resuelve el piquete. Hoy el piquete busca repercusión mediática.
Respecto de los temas vinculados con la seguridad, el intendente lo ubica como de los primeros problemas que preocupan a la población. Giustozzi remarca que maneja “el distrito con menor cantidad de policías por habitante del GBA y uno de los que tiene menores índices de violencia”. Y dice que en su concepción la inseguridad es “algo más amplio que la represión del delito”.
–Acompañando políticas sociales, hemos armado un dispositivo de Salud Mental donde buscamos la detección temprana de entornos violentos que podrían ser el germen de conductas delictivas: abuso de menores, violencia de género, etc. Y trabajando con chicos, con familiares o con alguien que pueda contenerlos, buscamos dar una oportunidad, una alternativa al entorno de violencia en que han crecido. Así y todo, también incorporamos tecnología y estrategias de prevención.
–¿Qué opina de la municipalización de la policía?
–No puede ser una medida espasmódica ni la consecuencia de un debate distorsionado por disputas políticas. Debe existir una policía predelictual, contravencional, de prevención, pero hay que tener cuidado porque podría ser riesgoso y tentador para perseguir o amedrentar a opositores políticos.
–Ya adelantó sus deseos de ser gobernador en 2015. ¿Cómo se diferenciaría de la gestión actual?
–Este espacio político necesita sostener en el tiempo un modelo que ha sido exitoso, renovar las expectativas, proponer una nueva agenda, y conjugar liderazgos naturales con el surgimiento de una nueva camada de gobernantes con coherencia histórica y de perspectiva en términos político-electorales. Creo que haría falta profundizar en políticas sociales, infraestructura y seguridad. Habrá que tener una policía bien remunerada y eficiente y separar a aquellos de los que se dude sobre su honorabilidad. Habrá que sumar observatorios, seguimientos, integración con la comunidad y articularlo con políticas sociales. Lo que hace falta es una nueva era de respeto de los derechos de los demás, basado en valores y en la ley. Para darles una mejor calidad de vida a los bonaerenses, habrá que dar premios a los que hacen bien las cosas y castigos reales a quienes corresponda.