Pino: “Creo que la mitad del electorado se definió en estos últimos 3 días”
Acompañamos al candidato a Jefe de Gobierno porteño Fernando “Pino” Solanas que generó más expectativas y que más sorprendió por la baja aceptación de su propuesta.

Acompañamos al candidato a Jefe de Gobierno porteño Fernando “Pino” Solanas que generó más expectativas y que más sorprendió por la baja aceptación de su propuesta.
La noche anterior al día de las elecciones porteñas, había ido a ver jazz en La Trastienda. Tocaba Zora Young y la había escuchado por primera vez unos días antes, en un programa de radio de la Rock & Pop, al que concurrió luego del cierre de campaña.
“Una noche tranquila”, diría a la mañana a los medios que habíamos sido invitados, en el living de su casa sobre Bernardo de Irigoyen al 200. “¿Qué fue lo primero que pensé? Que todo esto termine pronto”, dijo el cineasta, un poco en broma un poco en serio, por la expectativa que genera una elección que lo proponía como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires luego de haberse bajado de las presidenciales. Vestía una camisa celeste, un pantalón de corderoy marrón y un sweater de hilo a tono que su mujer, la actriz brasilera Ángela Correa señaló como su amuleto; aunque él negó tener cábalas. “Dependiendo de los resultados, sumaré de 4 a 8 legisladores”, arriesgó.
Mientras Fernando Solanas habla con los periodistas en su departamento, en un rincón, pegados al balcón, cuatro pinitos esperan ser trasplantados y prometen “Se planta” en letras blancas sobre un sticker verde.
Después de unos minutos, en los que contó que lo primero que hizo fue chequear mails, se mostró disconforme con la falta de debate de ideas o de explicación de lo importante que era la incorporación inédita de las comunas. Luego, entre risas, dio por terminada la entrevista para dirigirse a votar a la sede de la UCES de Paraguay 1338.
Llegó a las 11.15 manejando su camioneta Tucson, de Hyundai. Lo esperaba una marea de medios. Era candidato a disputar el segundo puesto en un posible ballotage.
Una parejita de ancianos que llegó antes que él a su mesa, preguntó a un camarógrafo si era el último en la fila de la mesa 142. Tanta ternura generó gracia. “No abuela, pase directamente que no hay nadie”, le respondió.
Por la cantidad de medios que pedían su palabra, a Pino le tomó 20 minutos llegar a su mesa. Cuando los abuelitos votaron, se lo cruzaron en el camino y lo saludaron. Ahí entendieron. Sonrieron al cronista y uno de ellos se animó al chiste: “Hoy tiene más cámaras que cuando hacía películas”.
La emisión del voto de un Solanas con sonrisa Hollywood parecía verse en cámara lenta. Cientos de destellos obligaban a ver cada movimiento entrecortado. Luego de eso, las cámaras se esfumaron.
En la puerta estaba Juan Carr, fundador de Red Solidaria que, aunque no votaba, había ido allí sabiendo que concurrirían los medios para anticipar su campaña en las presidenciales de Octubre: pide que cada uno de los votantes ingrese a la web www.personasperdidas.org.ar e imprima la foto de una de las más de 400 personas que están buscando y la pegue en el colegio en que vota.
Pino pasó delante de él pero no pudo verlo porque estaban entrevistándolo. Terminó su nota, subió a su Hyundai con su esposa y su gente de prensa y se dirigió a la sede central de su partido antes de ir a almorzar con su hija y su nieta. Luego, tendría una habitual siesta en su departamento.
-Lo de la siesta es impostergable ¿aunque sea en estas situaciones?
- (sonríe) Yo me duermo parado. Después de semejante campaña, te serenás. Es como un post parto donde la campaña se instaló entre los porteños recién hace 10 días. No se ha hablado del corte de boleta en una elección donde se incorporan por primera vez los comuneros. Creo que la mitad del electorado se definió en estos últimos 3 días.
-¿Y el debate en la universidad?
- El debate del otro día en la Universidad no fue debate. Qué se yo… Peor es nada… pero que 10 candidatos tengan que debatir toda la problemática de la ciudad en una hora y media…
-¿Qué expectativas tienen en las elecciones que terminarán esta tarde?
- Suponemos que ganaremos de 4 a 8 bancas, y si nos va muy bien, de 8 a 10. Tengo confianza de que va a haber un voto que siempre estuvo con nosotros y que no figura por ahí. Hasta las 9 de la noche, en el 2009, nos daban 15%. Y recién a esa hora empezaron a llegar nuestros votos. Llegamos a 24%. Hay mucha manipulación.
-¿Cómo ve la ciudad hoy?
- Es lamentable. Macri ejecutó el 30% de los presupuestos en Educación, Salud, Vivienda… eso es un desastre. En subterráneos iba a hacer 10 km de subte por año y no hizo ni 10 en toda su gestión. Lo de Macri se entiende por el clientelismo, y por el marketing. A tenido una política de tercerizar por la que se perdieron recursos. Ahí están los sobreprecios por las bicisendas; o los 2,6 millones de pesos que cuesta una parada de Metrobus. Si vas a los hospitales son un desastre, Macri es un hombre que puede sostener enormes falsedades...
-¿Y a qué atribuye que tenga una intención de voto tan alta?
- Mirá, hay que ver cómo sale el resultado. Pero por supuesto que cada uno de los candidatos tiene un nicho de gente que lo sigue. Pero desconfío de las encuestas.
-¿Cuáles serían las prioridades en caso de que ganara?
- Transparencia pública. La lucha contra las tercerizaciones, los sobreprecios y todo aquello en la web. Ayudar al pleno funcionamiento de los foros municipales y concejos vecinales. Si no se organizan los vecinos es muy difícil controlar la obra pública. Hace falta nombrar 1.000 enfermeras ya. Hoy, si faltan enfermeras, cierran salas. Si falta un repuesto del quirófano, se cierra el quirófano. Macri ha embarrado mucho la cancha. Sacó a los otros punteros sólo para poner los propios. Macri es menemismo porteño, modernizado. Es la Patria contratista con una estética de Barrio Norte.
-En caso de no llegar al ballotage ¿Qué sugerirían a sus votantes?
- Nada. Siempre hemos dicho que vamos a dar libertad de acción a los votantes, porque además, no somos dueños de sus votos. Tienen que elegir con su conciencia. De ninguna manera vamos a decir a quién deben votar.
-¿Por qué?
- Porque hemos hecho campaña enfrentando a los dos gobiernos. El kirchnerismo combina un discurso de izquierda con las políticas neoliberales de siempre. Le votó el 70% de los acuerdos a Macri. Si los subterráneos se harán con los chinos, es con el ok del Gobierno Nacional. La ley de entidades bancarias y financieras que te come y no te permite comprar un departamento obligándote a alquilar, viene de José Martínez de Hoz y la dictadura, y el Kirchnerismo con mayoría absoluta no la cambió. Sólo ha habido algunas cosméticas sociales. Han hecho dos o tres cosas de tipo reformista que no están mal, pero no alcanza.
Un poco antes del cierre de las votaciones, llegó al bunker. Pasó por una puerta negada a la prensa que lo esperaba para que anuncie sus resultados parciales.
La sala de prensa tenía dos paredes rojas y dos blancas, enfrentadas. Colgaban de una de ellas, 100 propuestas que prometían mejoras. Dos televisores plasma de 42” repetían en un sinfín, diez fotos de Pino en la Recoleta. Entre tanto rojiblanco, resaltaba el verde de tres afiches que, a esta altura, extraoficialmente lamentaban: “Hacé correr la bola. Sólo Pino le puede ganar a Macri”. Y en otros dos, la sonrisa picarona del líder y conductor aseguraba: “Entre todos podemos transformar la ciudad”.
Los datos tardaban más que nunca y ya era de noche cuando, de apoco, empezaron a desfilar los integrantes de Proyecto Sur: Vilma Ripoll, Julio Raffo, Mario Cafiero, Jorge Selser, Alcira Argumedo y Pablo Bergel que explicaban que todavía no tenían datos oficiales y que desconfiaban de los “boca de urna” como de las encuestas. Cada uno tuvo sus cinco minutos de cámara frente a una sala colmada de periodistas que esperaban hambrientos poder transmitir información.
Los datos que desde Proyecto Sur negaban, indicaban que quedaban terceros cómodos, con un porcentaje que rondaba el 12 por ciento. Un golpe durísimo para una agrupación que en la elección anterior había pasado los 24 puntos.
Curiosamente, no estuvieron ni Claudio Lozano ni los líderes de Libres del Sur, agrupación que acompañaba dentro del Proyecto Sur, tal vez anticipando una potencial ruptura.
Recién cerca de las 22, el candidato a jefe de gobierno porteño atravesó un pasillo humano armado por sus seguidores para que llegara, sin ser interrumpido, hasta una mesa donde hablaría rodeado por toda su tropa. Se había cambiado el sweater amuleto por uno beige. Tampoco la sonrisa era la misma. “Las primeras palabras son de reconocimiento a los dos candidatos que están encabezando esta contienda por la jefatura de gobierno”. Luego, criticó que se hubieran utilizado fondos públicos, “tanto en la Ciudad como en el Gobierno Nacional para polarizar esta campaña”. Intentó mostrarse conforme con el tercer lugar y no quiso cerrar su exposición sin agradecer a toda la “juventud estupenda” que había estado participando de la promoción de su fórmula “ganando las calles”, según sus palabras.
Amontonados en la salida, cientos de miles de boletas esperarán ser recicladas junto con los afiches que aseguran: “Pino se planta”.
Ya fuera del bunker, un acoplado con un grupo de reggae intentaba levantar el ánimo mientras cuatro banderas rojas y una verde, eran agitadas alegremente en medio de la soledad.
Todo terminó pronto. El voto porteño le dio un 12.48 % y por ello, desde diciembre, tendrá un total de 11 legisladores, renovando 3 y agregando 1.
“Una noche tranquila”, diría a la mañana a los medios que habíamos sido invitados, en el living de su casa sobre Bernardo de Irigoyen al 200. “¿Qué fue lo primero que pensé? Que todo esto termine pronto”, dijo el cineasta, un poco en broma un poco en serio, por la expectativa que genera una elección que lo proponía como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires luego de haberse bajado de las presidenciales. Vestía una camisa celeste, un pantalón de corderoy marrón y un sweater de hilo a tono que su mujer, la actriz brasilera Ángela Correa señaló como su amuleto; aunque él negó tener cábalas. “Dependiendo de los resultados, sumaré de 4 a 8 legisladores”, arriesgó.
Mientras Fernando Solanas habla con los periodistas en su departamento, en un rincón, pegados al balcón, cuatro pinitos esperan ser trasplantados y prometen “Se planta” en letras blancas sobre un sticker verde.
Después de unos minutos, en los que contó que lo primero que hizo fue chequear mails, se mostró disconforme con la falta de debate de ideas o de explicación de lo importante que era la incorporación inédita de las comunas. Luego, entre risas, dio por terminada la entrevista para dirigirse a votar a la sede de la UCES de Paraguay 1338.
Llegó a las 11.15 manejando su camioneta Tucson, de Hyundai. Lo esperaba una marea de medios. Era candidato a disputar el segundo puesto en un posible ballotage.
Una parejita de ancianos que llegó antes que él a su mesa, preguntó a un camarógrafo si era el último en la fila de la mesa 142. Tanta ternura generó gracia. “No abuela, pase directamente que no hay nadie”, le respondió.
Por la cantidad de medios que pedían su palabra, a Pino le tomó 20 minutos llegar a su mesa. Cuando los abuelitos votaron, se lo cruzaron en el camino y lo saludaron. Ahí entendieron. Sonrieron al cronista y uno de ellos se animó al chiste: “Hoy tiene más cámaras que cuando hacía películas”.
La emisión del voto de un Solanas con sonrisa Hollywood parecía verse en cámara lenta. Cientos de destellos obligaban a ver cada movimiento entrecortado. Luego de eso, las cámaras se esfumaron.
En la puerta estaba Juan Carr, fundador de Red Solidaria que, aunque no votaba, había ido allí sabiendo que concurrirían los medios para anticipar su campaña en las presidenciales de Octubre: pide que cada uno de los votantes ingrese a la web www.personasperdidas.org.ar e imprima la foto de una de las más de 400 personas que están buscando y la pegue en el colegio en que vota.
Pino pasó delante de él pero no pudo verlo porque estaban entrevistándolo. Terminó su nota, subió a su Hyundai con su esposa y su gente de prensa y se dirigió a la sede central de su partido antes de ir a almorzar con su hija y su nieta. Luego, tendría una habitual siesta en su departamento.
-Lo de la siesta es impostergable ¿aunque sea en estas situaciones?
- (sonríe) Yo me duermo parado. Después de semejante campaña, te serenás. Es como un post parto donde la campaña se instaló entre los porteños recién hace 10 días. No se ha hablado del corte de boleta en una elección donde se incorporan por primera vez los comuneros. Creo que la mitad del electorado se definió en estos últimos 3 días.
-¿Y el debate en la universidad?
- El debate del otro día en la Universidad no fue debate. Qué se yo… Peor es nada… pero que 10 candidatos tengan que debatir toda la problemática de la ciudad en una hora y media…
-¿Qué expectativas tienen en las elecciones que terminarán esta tarde?
- Suponemos que ganaremos de 4 a 8 bancas, y si nos va muy bien, de 8 a 10. Tengo confianza de que va a haber un voto que siempre estuvo con nosotros y que no figura por ahí. Hasta las 9 de la noche, en el 2009, nos daban 15%. Y recién a esa hora empezaron a llegar nuestros votos. Llegamos a 24%. Hay mucha manipulación.
-¿Cómo ve la ciudad hoy?
- Es lamentable. Macri ejecutó el 30% de los presupuestos en Educación, Salud, Vivienda… eso es un desastre. En subterráneos iba a hacer 10 km de subte por año y no hizo ni 10 en toda su gestión. Lo de Macri se entiende por el clientelismo, y por el marketing. A tenido una política de tercerizar por la que se perdieron recursos. Ahí están los sobreprecios por las bicisendas; o los 2,6 millones de pesos que cuesta una parada de Metrobus. Si vas a los hospitales son un desastre, Macri es un hombre que puede sostener enormes falsedades...
-¿Y a qué atribuye que tenga una intención de voto tan alta?
- Mirá, hay que ver cómo sale el resultado. Pero por supuesto que cada uno de los candidatos tiene un nicho de gente que lo sigue. Pero desconfío de las encuestas.
-¿Cuáles serían las prioridades en caso de que ganara?
- Transparencia pública. La lucha contra las tercerizaciones, los sobreprecios y todo aquello en la web. Ayudar al pleno funcionamiento de los foros municipales y concejos vecinales. Si no se organizan los vecinos es muy difícil controlar la obra pública. Hace falta nombrar 1.000 enfermeras ya. Hoy, si faltan enfermeras, cierran salas. Si falta un repuesto del quirófano, se cierra el quirófano. Macri ha embarrado mucho la cancha. Sacó a los otros punteros sólo para poner los propios. Macri es menemismo porteño, modernizado. Es la Patria contratista con una estética de Barrio Norte.
-En caso de no llegar al ballotage ¿Qué sugerirían a sus votantes?
- Nada. Siempre hemos dicho que vamos a dar libertad de acción a los votantes, porque además, no somos dueños de sus votos. Tienen que elegir con su conciencia. De ninguna manera vamos a decir a quién deben votar.
-¿Por qué?
- Porque hemos hecho campaña enfrentando a los dos gobiernos. El kirchnerismo combina un discurso de izquierda con las políticas neoliberales de siempre. Le votó el 70% de los acuerdos a Macri. Si los subterráneos se harán con los chinos, es con el ok del Gobierno Nacional. La ley de entidades bancarias y financieras que te come y no te permite comprar un departamento obligándote a alquilar, viene de José Martínez de Hoz y la dictadura, y el Kirchnerismo con mayoría absoluta no la cambió. Sólo ha habido algunas cosméticas sociales. Han hecho dos o tres cosas de tipo reformista que no están mal, pero no alcanza.
Un poco antes del cierre de las votaciones, llegó al bunker. Pasó por una puerta negada a la prensa que lo esperaba para que anuncie sus resultados parciales.
La sala de prensa tenía dos paredes rojas y dos blancas, enfrentadas. Colgaban de una de ellas, 100 propuestas que prometían mejoras. Dos televisores plasma de 42” repetían en un sinfín, diez fotos de Pino en la Recoleta. Entre tanto rojiblanco, resaltaba el verde de tres afiches que, a esta altura, extraoficialmente lamentaban: “Hacé correr la bola. Sólo Pino le puede ganar a Macri”. Y en otros dos, la sonrisa picarona del líder y conductor aseguraba: “Entre todos podemos transformar la ciudad”.
Los datos tardaban más que nunca y ya era de noche cuando, de apoco, empezaron a desfilar los integrantes de Proyecto Sur: Vilma Ripoll, Julio Raffo, Mario Cafiero, Jorge Selser, Alcira Argumedo y Pablo Bergel que explicaban que todavía no tenían datos oficiales y que desconfiaban de los “boca de urna” como de las encuestas. Cada uno tuvo sus cinco minutos de cámara frente a una sala colmada de periodistas que esperaban hambrientos poder transmitir información.
Los datos que desde Proyecto Sur negaban, indicaban que quedaban terceros cómodos, con un porcentaje que rondaba el 12 por ciento. Un golpe durísimo para una agrupación que en la elección anterior había pasado los 24 puntos.
Curiosamente, no estuvieron ni Claudio Lozano ni los líderes de Libres del Sur, agrupación que acompañaba dentro del Proyecto Sur, tal vez anticipando una potencial ruptura.
Recién cerca de las 22, el candidato a jefe de gobierno porteño atravesó un pasillo humano armado por sus seguidores para que llegara, sin ser interrumpido, hasta una mesa donde hablaría rodeado por toda su tropa. Se había cambiado el sweater amuleto por uno beige. Tampoco la sonrisa era la misma. “Las primeras palabras son de reconocimiento a los dos candidatos que están encabezando esta contienda por la jefatura de gobierno”. Luego, criticó que se hubieran utilizado fondos públicos, “tanto en la Ciudad como en el Gobierno Nacional para polarizar esta campaña”. Intentó mostrarse conforme con el tercer lugar y no quiso cerrar su exposición sin agradecer a toda la “juventud estupenda” que había estado participando de la promoción de su fórmula “ganando las calles”, según sus palabras.
Amontonados en la salida, cientos de miles de boletas esperarán ser recicladas junto con los afiches que aseguran: “Pino se planta”.
Ya fuera del bunker, un acoplado con un grupo de reggae intentaba levantar el ánimo mientras cuatro banderas rojas y una verde, eran agitadas alegremente en medio de la soledad.
Todo terminó pronto. El voto porteño le dio un 12.48 % y por ello, desde diciembre, tendrá un total de 11 legisladores, renovando 3 y agregando 1.