Qué se dijo en las mesas del encuentro protagonizado por algunas figuras neoliberales en Buenos Aires.

Entre el miércoles y el viernes pasado, en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se reunieron integrantes de la derecha internacional en el marco del autodenominado Campus Faes Argentina 2010, organizado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), la Fundación Pensar y la Fundación Libertad. Esta última, en 2008 había congregado en Rosario a ex presidentes –Vicente Fox, de México; Francisco Flores, de El Salvador; Jorge Quiroga, de Bolivia; Luis Alberto Lacalle, de Uruguay– y otros personajes como Roger Noriega (responsable del financiamiento y asesoría a los contras nicaragüenses), Francisco De Narváez, Patricia Bullrich, Ricardo López Murphy, Marcos Aguinis y Bernardo Neustadt. Una reunión que fue presidida por el ahora premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. En aquella oportunidad, algunas de las charlas colmaban salas con más de 700 personas dispuestas a aplaudir declaraciones de guerra.
Esta vez, no fueron tan importantes los invitados ni tanta la concurrencia. Pero las embestidas no faltaron, muy a pesar de que el convocante fuera debatir ideas y el slogan “Una agenda de libertad, propuestas para el futuro”.
Los distintos paneles se alternaban entre el Salón Dorado del primer piso y el Salón Montevideo de la planta baja. Algunos de los títulos de las mesas fueron: Desafíos económicos de América latina, La agenda política del futuro, Relaciones internacionales, Seguridad ciudadana y calidad de vida, La libertad de prensa bajo amenaza, Un país para todos: el desafío federal y Las ideas en la política. La diputada Gabriela Michetti fue la encargada de la apertura: “Discutir ideas y prepararse para gobernar es lo mínimo que uno debe hacer si es responsable”. Y agregó: “Los países que van en un buen camino en América latina son Chile, Brasil, Uruguay, Colombia y Perú (…). Estamos en un mundo que nos cambió la cancha y nos obliga a salir de las estructuras que teníamos y a pensar por el costado”.
Entre los disertantes, estuvieron el ex presidente español José María Aznar, el empresario Gustavo Grobocopatel, el diputado Jorge Triaca, el periodista Antonio Laje, Vicente Massot (director del diario bahiense La Nueva Provincia y titular de la empresa de seguridad Megatrans S.A.), el diputado Francisco de Narváez, los ex presidentes Eduardo Duhalde y Ramón Puerta, Francisco de Santibáñes, el ex embajador menemista Diego Ramiro Guelar, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el diputado Federico Pinedo.
Las reuniones principales se hacían en el salón dorado con cerca de 80 jóvenes (el 90 por ciento, varones) con sus teléfonos blackberry sobre la mesa. Teléfonos a los que se les prestó más atención que a los expositores. A medida que pasaba el tiempo, los jóvenes disminuían su presencia: en la última charla, apenas eran 30.
Algunas de las palabras que más resonaron en estas jornadas fueron: ideas, think tank (tanques de pensamiento), PRO, Peronismo Disidente, Cónclave, Open Mind (mente abierta) y encrucijada. “Nos tiene inquietos el discurso –señaló el diputado uruguayo por el Partido Blanco Jaime Trobo, que es la única forma de que nuestras ideas sean reconocidas como buenas”. Trobo criticó fuertemente que en un mismo día tanto Michetti como Duhalde hubieran mencionado al presidente de la República Oriental del Uruguay, Pepe Mugica, como un caso paradigmático de la libertad. “Yo digo que es un caso de travestismo político –remarcó Trobo– y es que ellos están adaptando su discurso a nuestra visión (…). Nos tiene que preocupar, porque nos ganaron las elecciones (…). Debemos aprender de la izquierda que tiene un discurso que enamora. Que parece ser la defensora de los Derechos Humanos.” Cuestionó también que los liberales hablen sólo de derechos de los contribuyentes, en tiempos en los que la gente no cree ser contribuyente.
La conferencia central contó con la presencia de Aznar, quien no dudó en afirmar que “los países necesitan estabilidad y continuidad; vea cómo Chile, Brasil, Colombia y Perú han avanzado. Ojalá la Argentina pueda sumarse a ese grupo”. El ex mandatario español se refirió a Eduardo Duhalde, Mauricio Macri y Francisco de Narváez como “amigos” y criticó la Unasur.
Entre las perlitas discursivas se pudo oír a Cristian Ritondo hablar sobre Duhalde con “orgullo” por tratarse de un “compañero”. A Macri sosteniendo que “tenemos que aprender de nuestros errores. Tenemos que recuperar la movilidad social ascendente”. A Rocío Guijarro (directora de Cedice, de Venezuela), que deslizó que la función de los tanques de pensamiento es lograr incidencia pública a través de los medios, sugirió utilizar las “redes sociales y youtube” como difusores de ideas y la necesidad de ser más creativos. Reconoció recibir fondos de empresarios y estar gestando una red de aliados para “propagar ideas”, incluso en los medios, a través de programas de formación a periodistas.
Uno de los expositores con discurso más combativo fue Iván Petrella, director académico de la fundación Pensar, que no dejaba de mirar su notebook y se refirió al momento político actual como de “marco populista pseudoprogresista reinante”. Petrella también cuestionó la gratuidad de la UBA argumentando que no son los pobres los que llegan a recibirse y propuso el arancelamiento y la generación de un fondo solidario para que algunos pocos pobres pudieran estudiar; criticó que desde los medios, “principalmente Clarín y La Nación, se refieran al accionar legal policial como ‘represión’ ” y hasta citó a Lenin para señalar que un gobierno no puede tolerar que se lo ataque con armas de fuego y por ello incitó a la batalla de ideas. Pero, se sinceró: “Estamos perdiendo esa batalla”. Y proclamó cuatro metas de la Fundación Pensar: el desarrollo de los planes del gobierno del PRO para las próximas elecciones; la capacitación de los dirigentes “de los que gobiernan hoy y de los que van a gobernar en 10, 15 ó 20 años”; la consolidación del PRO como un partido de centroderecha, y llevar los debates a la opinión pública, las universidades, los medios. “Queremos poner el marco desde donde se piense la coyuntura.”
El último de los disertantes fue el diputado Federico Pinedo: “La inflación es un acto criminal, reaccionario y derechista”. Criticó al Gobierno argumentando que no se preocupa por la economía en negro y que debería presionar a los empresarios impidiendo que los deudores no paguen. “Pensemos en cuáles son los valores que defendemos, la importancia de la igualdad, defendamos la libertad y hagamos una acción política que forme a mayorías buscando consensos razonables para no perdernos hacia los extremos”.
Después de cada mesa, se sugerían libros para descargar de internet que podrían aportar “armas discursivas” en la confrontación con la izquierda. Y como para entender que de alguna manera sí calan algunos de estos conceptos, sobre el cierre, uno de los jóvenes se animó a preguntar, con cierto rencor, ¿cuál era la responsabilidad de la universidad cuando hoy tenemos a un ministro de Economía preparado en el Cema que aplica políticas totalmente opuestas a su formación ideológica? La respuesta fue una evasiva respecto de lo que cada profesional hace con las herramientas con las que se forma.
Después de 40 “charlistas”, 90 alumnos, 60 invitados internacionales, 26 horas de trabajo durante 3 días, lo que quedó claro es que la derecha, como ellos mismos dicen, se rearma para contraatacar el crecimiento del socialismo del siglo XXI en un nuevo terreno, pensando en el largo plazo.