Nota publicada en Miradas al Sur el 14/02/2010

Hasta que la muerte nos una para siempre

Hasta que la muerte nos separe: Jueves, Viernes y Sábados a las 20.30 en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960)

La obra Hasta que la muerte nos separe, desde el límite entre lo cómico y lo dramático, plantea temas fuertes como el miedo a la muerte, a la soledad, el abandono y el amor.
Los actores que llevan adelante su reposición (estuvo en cartel el año pasado) son Mirta Busnelli, Javier Lorenzo y la francesa Céline Bodis.
Escrita y dirigida respectivamente por Rémi de Vos y Paul Desveaux (también franceses), presenta a un joven que regresa a su casa materna a raíz de la muerte de su abuela. Se reencuentra con una madre demandante de afecto a la que no ve desde hace muchos años. Esa vuelta al barrio, además lo reconecta con un amor de la adolescencia, casi intacto. Un incidente desencadenará acciones y reacciones y cada uno jugará sus cartas.
¿Qué los motiva a hacer teatro independiente?
Mirta Busnelli:- A mí me gusta mucho hacer cine y televisión, pero donde siento más placer es en el teatro. La obra se hace independiente del éxito, de la crítica, de que tenga un costo y de que tenga que rendir económicamente; incluso hasta de una presencia masiva de gente. Afortunadamente, estamos a sala llena, pero no nos supeditamos a eso.
Javier Lorenzo:- En general, lo que yo más hago es teatro independiente, donde siempre tiene mucho peso la búsqueda de lo placentero. Pero particularmente con esta obra, me gusta venir, hacerla… y después quedarme a comer. La relación que tenemos entre todos es muy importante.
Céline Bodis:- Yo tengo una doble satisfacción: por un lado como actriz pero también como productora, porque todo salió muy bien: conseguimos el espacio y ellos aceptaron.
No la conocían y tampoco al director ni al autor ¿cómo fue para ustedes tomar la propuesta de Céline?
Javier:- Por un lado siempre me atrae algo de lo desconocido… tanto francés me llamaba la atención. Céline me cayó muy bien, pero cuando apareció el nombre de Mirta, me terminó de cerrar, porque es una actriz con la que deseaba trabajar desde hacía mucho tiempo.
Mirta:- Yo al principio dudé, pero conocí al director. Fue sincero y estuvo abierto a todo lo que nosotros proponíamos, incluso, con las dificultades de tener sólo un mes para prepararla. Si no me caía bien o no me gustaba su forma de trabajar yo no me sumaba.
¿Cómo proponés cambios en las obras?
Mirta:- Hace unos años, yo creía que había un texto y una forma de hacerlo; que estaba en algún lado, que era muy perfecta y que alguna persona sabía esa fórmula. Me preguntaba cómo lo harían mis maestros en lugar de ver qué me pasaba a mí con eso. A veces, actuando, algo que desconocés irrumpe y hace que te sorprendas. Sólo lo dejo salir. Es algo más allá del cuerpo, algo de la intuición… y es que uno es rebelde a pesar de uno mismo.
Javier:- Es una gran ventaja tener un director que plantea reglas claras y que a su vez permita jugar. Eso te ayuda a soltarte con más seguridad, porque uno confía en el límite que va a ponerle el otro.
Céline:- Una de las grandes cualidades de Paul, es que le tiene mucha paciencia al borrador que está haciendo el actor. Tal vez por haberlo sido, no se asusta cuando presiente que se está buscando algo, y lo deja. Esos borradores nos permiten sentir que estamos construyendo todos juntos. Y la obra se fortalece.
¿Cuál fue el mayor desafío?
Céline:- Yo nunca había hecho comedia, venía siendo siempre la joven romántica que muere al final. Y debutar en comedia con este nivel de actuación era poner un mínimo muy alto, y todo mi esfuerzo como actriz estuvo en estar a tono. Mirta es de hierro. No sé como hace.
Javier:- Con Mirta pasa algo que no pasa con todas las figuras: trabaja como si fuera una más. Te das cuenta de que tiene amor por la actuación. Es alguien que no está atravesada por el marketing sino por el arte. Para mí es como recibir clases de actuación permanentemente.
¿Cómo viven la presencia del espectador?
Javier:- lo de la cuarta pared, es un mito. Siempre tenés en cuenta al espectador. Aunque sea un público silencioso, y aunque no fuera un espectáculo para reírse, arriba del escenario sabes si están atentos o si están aburridos.
Céline:- Un día antes del estreno, ensayamos sin el cuarto compañero que es el público, y nos costó un montón volver a darle sentido a lo que estábamos haciendo.
Mirta:- Lo que yo quiero es que esa noche sea única. Que ese encuentro entre la gente que nos viene a ver y nosotros sea cautivante. Nosotros empezamos a jugar, y la gente está mirando… y en un momento, entre todos, estamos creando vida allí mismo.