La Salud porteña, en coma (publicado en Miradas a SUR el 12/10/08)

((Título)) Por falta de insumos básicos, la Salud porteña está en coma
((bajada)) Miradas al SUR recorrió los guardias de los principales hospitales.
Daniel Fernández López, fue el viernes pasado a visitar a su madre que vive en las cercanías del Parque Centenario. Al llegar, se encontró con que la empleada que la atiende tenía un ataque de alergia y decidió llevarla al Hospital Durand. Llegaron a las 10.30 pero no fue hasta las 14.30 que la atendieron en la guardia donde no se entregaban numeritos para turnos. “Estás acá y te apena ver a los pocos médicos de la guardia, desesperados, colapsados por el laburo. Necesitan más personal” señaló Fernández López.
Ayelen Guevara, de 20 años, había optado por llevarse un apunte de facultad y estudiaba mientras esperaba que le ayudaran a sacarse la tuerca de un arito que se le había encarnado en el lóbulo izquierdo. “Ahora hace poco que estoy, algo más de una hora, pero sí he necesitado hacer una consulta ginecológica, pedí un turno y me lo daban para un mes después. Desistí y me hice atender en una clínica privada”.
Ya fuera de la guardia, María de Marco había ido a visitar a su padre, Lito, de 76 años, recuperándose de un infarto. “La calidad humana que hay aquí es buenísima. Ni se compara con el (Hospital de) Clínicas. Sin embargo, me asombró de la semana pasada que las salas de internación estaban casi vacías, y consulté a un enfermero que me dijo que por falta de insumos los estaban derivando”.
Todas las fuentes de estos hospitales consultados confiaron información de lo que viven a diario sólo con el compromiso del anonimato, por temor a represalias. Así, un enfermero de cirugía cardiovascular reveló que al menos en esa área del Durand están faltando: suturas, tubos de hemograma, y que como no les llegan toallas descartables, tuvieron que poner una sábana donde todos se secan. “Tenemos un paciente diabético internado en un post operatorio de by-pass al que anoche no pudimos ponerle un goteo de glucosa, porque no hay”.
En Depósito de Farmacia, reconocieron la falta de sueros, electros, toallitas de papel para las manos. “Acá todos los insumos son insuficientes, pero qué querés, si no hay ni anestesista en la guardia por lo cual no se puede operar”, se quejan indignados.
Elvira Koszak, delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y que está en el Durand desde hace 2 años reveló: “Tenemos empleados que están en lugares de riesgo como Hematología -es decir, que manipulan objetos con sangre- que tienen que traer su propia lavandina, porque no hay ni eso”.
Una doctora que estaba esperando en la ambulancia para salir, también anonimato de por medio, contó: “Ahora me estoy llevando a una paciente a rastrear por todo Buenos Aires dónde hay un tomógrafo que funcione”.

La Boca
El Dr Donato Spaccavento ex director del Hospital Argerich, y ex ministro de Salud porteño durante la gestión de Jorge Telerman, denunció el vaciamiento de los Hospitales por parte la gestión Macri, según dice, con intenciones de privatizarlo. “La ley 2808 propuesta por el Ejecutivo, privatiza la gestión administrativa, la facturación y la cobranza de todos los pacientes que tengan obras sociales o prepagas”. El ex director del Argerich señaló a Miradas al SUR que en todos los casos alrededor del mundo donde se hizo esta maniobra, “los hospitales terminan siendo privados o destruidos” y puso como ejemplo locales el Hospital de Clínicas, o el Hospital de Ezeiza, donde se tercerizó la parte de facturación y “terminó siendo prácticamente un hospital privado”. Aseguró que allí, quien no tenía obra social, no lograba que lo atiendan, argumentando falta de espacio.

Once
El Hospital Ramos Mejía, recibía el viernes pasado a los visitantes desde la puerta principal con un olor nauseabundo que provenía de la Guardia y donde el piso delataba falta de aseo por varias gotas de sangre que ya se habían coagulado. En uno de los pasillos, Celia Rubinstein que visitaba a su hija, una paciente celíaca crónica, internada en Clínica Médica con un virus hospitalario que asegura incorporó en el Alvear por falta de higiene, dijo a Miradas al SUR: “el cuerpo médico pone el alma, el cuerpo y a veces, hasta el bolsillo” para indicar que muchas veces son los profesionales los que aportan dinero para que sus pacientes puedan comprarse hasta los analgésicos. “Nunca antes pasó esto –asegura Celia- Ahora mismo estoy saliendo a la calle a comprar unos antibióticos que me salen $41 porque en el hospital no hay nada, ni barbijos”, consideró Celia.
Alertados de la falta de gasas, Miradas al SUR consultó al personal de Esterilización y la respuesta fue escalofriante: “tenemos órdenes de no hablar sobre eso”. ¿Al menos puedo saber si están conformes con el nivel de aprovisionamiento del hospital? Y la empleada sólo atinó a negar con la cabeza, como con miedo a ser escuchada y repitió: “tenemos órdenes de no hablar”.
La falta de insumos en los hospitales públicos está quitando las pocas posibilidades de atención sanitaria a los vecinos de la Ciudad, sobre todo a los más pobres.
Un informe reciente del Centro de Estudios Porteños (CEP), advirtió que del presupuesto anual de más de $2.500 millones, el ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a mitad de año, había utilizado apenas un 6%.

Por amor a la Hipócrates
Los “residentes” son estudiantes de medicina muy avanzados y con muy buenas calificaciones que se hacen cargo de los pacientes siempre con supervisión. De alguna manera, completan su estudio con casos concretos de trabajo de campo, al tiempo que devuelven en servicio a la sociedad la posibilidad que esta les brindó al formarlos. Desde otro punto de vista, también, son asistentes que están todo el tiempo en contacto con pacientes que al Gobierno le salen muy baratos (aproximadamente $7 la hora). Aunque sea peor el caso de los “concurrentes” que realizan el mismo trabajo (aunqiue debería ser con menor carga horaria) pero ad honorem y a quienes se les exige ART y no se les paga ni viáticos ni comida. Es decir, que pagan para trabajar. Dos residentes que están desde hace 4 meses en el hospital, una proveniente de la UBA y otra de una universidad privada confiaron que “el Hospital Ramos Mejía está en pésimas condiciones. Este fin de semana no hubo sábanas limpias. Pero tampoco hay pañales, ¿Qué cómo nos arreglamos? Se le pide a los familiares, o se sale a ver su algún otro paciente en todo el hospital tiene… y se los robamos para poder cubrirlos porque la opción es dejarlo que se hagan encima y esperar a cambiarles las sábanas pero claro tampoco hay, o están rotas”, señala como quien ha perdido la capacidad de sorpresa. Y agregó la otra: “lo peor es el día a día; un día te falta el suero, o te falta la medicación, siempre tenés que estar buscando medicación alternativa, no podés hacer los estudios complementarios que se merece el paciente, tenés que estar derivándolo para hacer una ecografía, que es algo muy sencillo que se puede hacer en cualquier lugar pero no en un hospital público de esta magnitud, que no haya médicos de guardia para ecografía. Se gasta el doble de lo que se debería gastar si las cosas estuvieran a disposición”.

107
Las ambulancias del SAME suelen estar bastante deterioradas. Miradas al sur constató en una al azar una silla de ruedas con una reparación hecha con alambre, desprovisto de todo medicamento o equipamiento y el oxígeno central roto, con el riesgo de que si un paciente se descompensa en el camino, no pueden asistirlo. “El estado general de las ambulancias es deplorable: no funciona bien el embrague, o los frenos. Yo no sé cuántas de la ambulancias que están dando vueltas pasarían una verificación vehicular”, confesó el chofer “Salvo las que tiene guardadas para las cámaras”. También confirmó que muchos de los traslados se deben a la falta de insumos, camas o personal.
Un empleado del sector Insumos sostuvo que “la gestión Macri está haciendo un doble juego para argumentar lo que dicen. Es decir, con la excusa de la centralización, que está demostrado que no sirve porque han comprado mucho más caro que los precios que conseguían los departamentos de compras de cada hospital y encima no llegan los insumos; han tercerizado la facturación y los que trabajábamos en esas áreas ahora realmente no tenemos funciones. Como si quisieran confirmar que hay ñoquis, creándolos”.

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((recuadro)) Estudiantes de Medicina
Por Yamila Aparicio
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quiere privatizar los espacios que históricamente fueron de la Universidad de Buenos Aires. Se firmó un convenio entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y varias Universidades Privadas mediante el cual se le otorga al Gobierno por cada alumno de una privada que curse en un Hospital de la Ciudad de Buenos Aires (actividades académicas de grado y no las residencias) el 10% del sueldo de un residente, o sea, con 10 de sus alumnos consiguen el sueldo de un residente. Esta forma de avasallamiento hace que sea muchísimo más redituable tener alumnos de una universidad privada cursando en sus instalaciones que tener un alumno de la UBA. Vendría a ser una especie de subsidio encubierto ya que el gobierno tendría más dinero para destinarle al Hospital. Por más que muchos docentes y directores de hospitales prediquen la Educación Pública de cierto modo las plazas de los alumnos de la UBA irán en detrimento