Publicada en Miradas al Sur el 23/08/2015

Andrés Malamud: “Las campañas sucias sólo afectan a los candidatos no peronistas”


Andrés Malamud: “Las campañas sucias sólo afectan a los candidatos no peronistas”
En medio de la intensificación de las campañas “sucias”, presentes permanentemente buscando desgastar al gobierno de turno, pero que se potencian en años electorales, Miradas al Sur dialogó con el politólogo Andrés Malamud, quien interpreta en su blog (http://elestadista.com.ar) que frente a la disputa por los votos cordobeses que necesita el candidato del FpV, Daniel Scioli, para asegurarse ganar en primera vuelta, el diputado y candidato de UNA, Sergio Massa, “rápido y oportuno viajó a Córdoba y provincializó su discurso dirigiéndose a los cordobeses”, con viejos reclamos . Algo aparentemente mucho más efectivo que imitar la tonada cordobesa y preguntarle a cada cordobés si “tajaí”, ya que logró que De la Sota lo retribuyera: “Adoptó el discurso antipolarización que viene ensayando Massa, llamó a votar por él y despejó dudas sobre el futuro de la coalición”.
El currículum de Malamud muestra un doctorado en Ciencia Política por el Instituto Universitario Europeo (Florencia, Italia) y una licenciatura en la Universidad de Buenos Aires. Ha sido investigador visitante en el Instituto Max Planck (Heidelberg, Alemania) y profesor en varias universidades de Argentina, Brasil, España, Italia, México y Portugal. Sus intereses de investigación incluyen instituciones políticas comparadas, procesos de integración regional, partidos políticos, teorías de la democracia y política europea y latinoamericana.
–¿De qué manera, las encuestas en general y las que se hacen por encargo, en particular, junto a las denominadas “campañas sucias” afectan a un candidato?
–Las campañas sucias sólo afectan a candidatos no peronistas, por lo que sólo podrían perjudicar a Macri. Lo que se usa para manipular a la opinión pública no son las campañas sucias sino las encuestas por encargo. Y éstas, algún efecto tuvieron; pero no tanto sobre el votante sino sobre la dirigencia política. El éxodo de dirigentes del Frente Renovador (pero no tanto de votantes) es una manifestación de esto.
–¿Por qué afirmó que “el votante peronista no es influenciable por el escándalo”?
–El voto peronista es mayormente identitario. No expresa una elección sino una condición, que permanece inalterable en el corto plazo. Hablo de un votante que se identifica con la clase trabajadora y con los sectores populares, con niveles bajos o medio bajos de educación formal.
–¿Cree que puede influir en las elecciones de octubre el problema de las inundaciones?
–Los antecedentes como los de Santa Fe o La Plata sugieren que no. Y esto se debe a que el voto es identitario. Uno no cambia de equipo cuando pierde o juega mal: putea al técnico y a los jugadores pero sigue apoyando.
–¿De qué forma las PASO anticiparon las elecciones de octubre?
–Las PASO, al incluir a todo el padrón electoral, terminan funcionando como encuesta gigante más que como mecanismo de selección de candidatos. El resultado de las PASO funciona como una fuente de información para el elector. Indican, sobre todo, cuáles partidos o candidatos tienen chances y cuáles no. Por eso suelen generar un efecto refuerzo para el primero y para los que se desempeñan por encima de sus expectativas, y un efecto castigo para el segundo y los que sacan menos de lo esperado. Para que resulte una herramienta democratizadora como se la presentó debería tenerse en cuenta que obligar a participar no es democratizar. Buena o mala, la calidad de la democracia argentina no fue alterada por las PASO.
–¿Cree que en octubre ganará el FpV?
–Dado el resultado y las proyecciones, sólo dos factores pueden revertir el resultado: una crisis económica o que el oficialismo cometa errores groseros. Y entre ellos identifico tres tipos de errores groseros: crímenes, bloopers y peleas internas. Ejemplo de lo primero sería asesinar a un militante de otro partido; ejemplo de lo segundo, que un candidato insulte a su electorado pensando que está el micrófono apagado; ejemplo de lo tercero, que dentro de un partido se realicen operaciones de prensa y judiciales contra candidatos del mismo partido.
–En una entrevista televisiva usted aseguró que “no cree viable un arreglo Macri-Massa porque exigiría una imposible complicidad con el votante”. ¿A qué lo atribuye? ¿Cree que un arreglo así sería el final político de Massa?
–No dije “imposible”. El argumento es que la ley no permite que se modifiquen las boletas, por lo que ese acuerdo obligaría al votante a meter en el sobre dos boletas cortas. Pero no sería el fin de nadie. Si Massa arregla pierde y si no, también. El problema de la ancha avenida del medio es que por ahí circulan camiones.
–¿No cree que mantenerse intransigente con sus competidores en una supuesta tercera posición es lo que puede permitirle que sus candidatos territoriales obtengan mejores resultados y que ése, en definitiva, será el capital político que no puede poner en juego?
–No. El balotaje argentino incentiva la concentración del voto en primera vuelta. Al tornar incierta la segunda vuelta, arrastre mata ambigüedad: no conviene jugar al medio.
–¿Por qué afirma que “Scioli fue adoctrinado para ganar las elecciones y, al mismo tiempo, que es él quien usa al FpV para ser Presidente”?
–Cualquier político quiere ganar las elecciones, salvo los de izquierda. Dije que fue disciplinado, no adoctrinado. Siempre se sometió al liderazgo partidario, sea Menem, Duhalde, Néstor o Cristina. Un partido necesita candidatos votables para sumar cargos y recursos y, eventualmente, implementar políticas públicas. Y un candidato necesita una estructura electoral que torne su candidatura viable. Surgió así una complementación “natural” entre Scioli y el PJ.
–¿Cómo evalúa la performance de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires?
–Como la de todos los demás candidatos a gobernador: recibió la suma de votos de sus presidenciables. Consultados a posteriori, la mayoría de los votantes no recuerda a quién votó para gobernador. La candidata es irrelevante para explicar el resultado: fue todo arrastre de la boleta presidencial.
–¿A qué atribuye que el gran derrotado en la interna de Cambiemos sea el radicalismo?
–A un candidato que no penetró en la opinión pública y a deficientes acuerdos electorales en algunas provincias, como Córdoba y Entre Ríos.
–¿Por qué critica que “Durán Barba sacó una radiografía de la CABA y cree que eso es la Argentina”?
–Porque el PRO no consiguió ganar ninguna gobernación, lo que sugiere que su diagnóstico político se aplica sólo a la CABA. No culpo a Durán Barba, pero el fracaso del PRO en expandirse por el territorio es evidente. Y la razón, sugiero, es que no entienden el territorio: no saben medir el peso de los gobiernos locales en el empleo público ni su influencia sobre la circulación de la información.
–¿No cree que el PRO no consiguió ninguna gobernación porque le faltó una estructura partidaria que ahora le facilitó (casi sin costo) el radicalismo?
–Claro. Eso prueba que hace falta un partido y no sólo un candidato con una estrategia de comunicación.
–¿Por qué cree que se desplazó a ciertos barones bonaerenses cuando la máxima siempre fue que “gana el intendente”?
–Gana el intendente casi siempre. La mayoría ganó también esta vez. El más capo de todos, Manuel Quindimil, perdió la reelección hace ocho años, lo que muestra que las derrotas ocasionales no son de ahora. Nada de nuevo: siempre que alguien pierde es porque otro gana. Y donde el peronismo es hegemónico, el que decapita es tan peronista como el decapitado. No cambió nada ni en los votantes y en el manejo del territorio. El porcentaje de continuidad y cambio permanece estable.

http://www.miradasalsur.com.ar/2015/08/23/revista/entrevista-las-campanas-sucias-solo-afectan-a-los-candidatos-no-peronistas/

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