07 de Noviembre de 2014
El FpV en territorio adverso
El FpV en territorio adverso

crece desde el pie,
Crece desde el pueblo el futuro,
crece desde el pie
No hay revoluciones tempranas,
crecen desde el pie
Después de la noche la aurora,
crece desde el pie.
(R. Zitarrosa)
Con la incorporación del municipio Merlo en 2014, son 22 los distritos bonaerenses alineados detrás de Sergio Massa en el Frente Renovador. Varios de ellos llegaron al poder dentro del Frente para la Victoria, o acomodaron su silla esperando que aclare. Una de las viejas cualidades del los denominados “Barones del Conurbano” ha sido cambiar algo para que nada cambie, principalmente ellos. Y aunque hoy dicen estar en contra de más de una reelección en las intendencias, muchos de sus integrantes son quienes más tiempo llevan al frente de sus municipios.
Con la rebelión popular del 2001 bajo aquel reclamo “Que se vayan todos” muy presente, las nuevas generaciones de militantes promueven el desafío de nuevas formas de hacer política, independientemente de quienes los gobiernan. Se animan a plantearse objetivos y hasta generar internas en caso de que sus reclamos se desalineen. Reclaman el fin de las políticas donde los intendentes hacen y deshacen a piaccere como si se tratara de patrones de estancia. Requieren una mayor cercanía con los problemas cotidianos de sus pueblos, exigen un debate profundo que incluya soluciones a problemas estructurales y, fundamentalmente, mayor transparencia. Tal vez porque se sienten ellos mismos parte de ese pueblo demandante, tal vez porque recuperaron la política como herramienta de transformación.
Tal vez, resulte interesante revisar cómo con todos estos antecedentes históricos el Frente para la Victoria (FpV) hace política de base buscando reconquistar espacios que alguna vez tuvo en sus filas, o que nunca fueron suyos y sólo se encontraron con propuestas acomodaticias para mantenerse en el poder. En definitiva, lo que se pone hoy en discusión es para qué (y para quién) se quiere la política y cómo se logra tropa propia que sostenga las banderas y un estilo de gestión en territorio adverso.
Subsecretario de Comercialización de Economía Social del ministerio de Acción Social de la Nación, Sujarchuk llegó a la política desde el periodismo. Una entrevista con Alicia Kirchner preparó el terreno. Ella le explicó que no traía un plan sino una política social, que no se podía resumir en un título, que era difícil de explicar, pero que con el correr de los años se comprendería. “Hubo un click –reconoce–. Fui periodista porque siempre me gustó decir las cosas. En los ’90 ser periodista era una bandera de lucha, de prestigio. La política estaba cartelizada, mercantilizada, vaciada de contenido respecto de la acción política y del rol del Estado”. Comenzó a trabajar en la Universidad de Buenos Aires, desde donde fue fortaleciendo su relación con el Gobierno y desde donde comenzó a entender a qué se refería Alicia. Se incorporó a Kolina y se interiorizó de las acciones. Ya como subsecretario, pidió trabajar territorialmente en el distrito donde vive con su familia. Y Alicia le dio esa posibilidad. “Dicen que los periodistas hablamos mucho sin saber mucho de nada y pensé que podría ser más interesante participar de un proyecto de transformación. Desde la universidad, vi como un Estado presente transforma la realidad y la calidad de vida de la gente. Desde la gestión, vi que un conjunto de acciones transformaban ciudades, personas, lugares… y me dije que era hora de dejar de ver el partido para jugarlo”. Para Ariel, Escobar está totalmente abandonado. “Es muy diferente el municipio que se ve desde la Panamericana que el existente tres cuadras adentro. Tiene los índices más bajos de inclusión social de toda la zona (cloacas, pavimento, trabajo, salud, educación, seguridad social)”. Hace una autocrítica por “haber sumado a nuestras filas alguna vez a jugadores que nunca incorporaron las bases del proyecto nacional y popular”, en referencia a que el intendente ocupa el cargo hoy llegó votado desde el FpV. “La década ganada no pasó por el distrito. Y se nota muy claramente” sentencia. E identifica como principales obstáculos al crecimiento del distrito la desidia, la hipocresía y la falta de ideas en un territorio que tiene 250 mil personas. “Hay una suerte de política de ir birlando las políticas nacionales en torno de empoderar a los mismos sectores de siempre, en desmedro de los sectores humildes. Mientras ellos aplican el dividir para reinar, nosotros proponemos unidos y organizados para gobernar”.
–¿Cómo hacen política de base en esa situación?
–Con acciones concretas. Todas las semanas tenemos una acción concreta planificada. Si para muestra basta un botón decidimos llenar de botones todo el distrito. No somos el gobierno local, pero podemos hacer a través de organizaciones, de la militancia y a través del Estado nacional. Hay políticas públicas que se aplican desde hace 10 años pero que al distrito no llegaron. Cuando un militante está en el barrio, camina para ver qué cosas puede conseguir para el vecino. Cuando camina por despachos públicos, busca qué puede llevar para su distrito. Nadie viene a golpearte la puerta para ver qué necesitás. Es uno el que tiene que militar, ir, gestionar, insistir y trabajar para conseguirlo. Como todo en la vida. El programa Cirugías Patria Solidaria está hace 10 años, se hicieron 6.500 operaciones; recién esta semana pudimos hacer las primeras en Escobar. No se hizo antes porque nadie se ocupó. Desde el municipio, estaba parado el trabajo con las cooperativas. Las organizamos y reparamos veredas, pintamos escuelas, estamos arreglando instituciones que van desde centros de jubilados a comedores o instituciones intermedias. Y todo con las mismas cooperativas que antes criticaban porque decían que no trabajaban. En materia deportiva hay escuelitas de tenis y fútbol en los barrios, todos los fines de semana. En salud, hoy las salas no tienen nada. No hay vendas, ni aspirinas, ni médicos; hay mala atención, hay destrato. Estamos trayendo trailers sanitarios tanto de Nación como de Provincia. Y también los trailers de documentación. Pero desde el gobierno municipal, hay una dejadez atroz respecto de la relación con la comunidad.
–¿Cómo se aprovechan al máximo las posibilidades del territorio?
–Hay que respetar la diversidad en la manera de militar. Hemos abierto cuatro centros culturales que tienen el objetivo de lograr una transformación. Lanzamos Escobar en vivo, la primera muestra importante que hicimos donde bandas de rock emergentes se juntaron con bandas más conocidas y lograron visibilidad mejorando sustancialmente las relaciones de la comunidad. Cuando verdaderamente llenás las plazas con propuestas culturales y de educación, pasan las cosas más lindas que tienen que pasar, que es la comunidad encontrándose. Si se las deja a su suerte, aparecen los riesgos del abandono. También integramos a todos los feriantes que hay en el distrito, y entonces, generamos proyectos culturales junto con los artesanos, los productores locales. Hablamos de un distrito que no tiene cine. Y eso no es un error, es una consecuencia del desinterés. Al teatro sólo llega alguna propuesta de tipo comercial. No hay fomento de participación genuino de las expresiones culturales locales.
–¿Existe una modalidad particular que distinga al FpV?
–Más allá de que puede haber diversidad de estilo, la metodología militante que caracteriza al kirchnerismo tiene que ver con la cercanía en relación directa con el vecino, con el conjunto de factores sociales que integran el distrito. Pero la obligación del militante es generar representatividad, porque ésa es la manera de aportar al proyecto nacional. Cuando los militantes territoriales generamos representatividad al conjunto de la población, aportamos al proyecto nacional en lugar de colgarnos de él. No se viene con un conjunto de soluciones, sino que al contrario, debemos escuchar las necesidades y trabajar en ese sentido para generar transformaciones.
–¿Se puede convencer a una persona descreída para que se involucre con la comunidad?
–Yo hablo con los vecinos en términos muy concretos y fácticos sobre qué significa participar o no. Todos entendemos que la democracia no es solamente el acto electoral. Sentado en tu casa difícilmente puedas participar de la toma de decisiones. Puedo decir a alguien que descree de la política que yo también descreo de los que me vienen a puentear, o de los que aparecen a 90 días de las elecciones a prometer lo que nunca van a cumplir. Pero lo que nos diferencia, es que cuando falten 90 días para las elecciones, nos van a encontrar haciendo las mismas cosas que hacemos siempre, porque estamos desde antes. A ese vecino, prefiero mostrarle lo que estamos haciendo en materia de Salud, Educación, Vivienda y preguntarle en cuál área puede o quiere aportar. Y, después, asegurar que haya un marco receptivo en el cual se elaboren las ideas. Le propongo que no se partidice, sino que participe. Por que no se transforma sólo desde el discurso. El discurso tiene que ver con la conciencia, pero la transformación necesita de un Estado presente. Y el Estado es el pueblo organizado. Desde nuestra organización, cuando armamos un festival de música, no preguntamos si están con nosotros o no. Lo único que pedimos es que sepan tocar música. Cuando se hacen cosas para la comunidad no puede aparecer la mezquindad partidaria que tienen los saltimbanquis que van de un lado para el otro. Es ahí cuando la gente se da cuenta de que esto es en serio. Lo que sí es bueno que sepan es que nosotros tenemos políticas deportivas de inclusión, y no una propuesta deportiva para pobres y otra para ricos; que tenemos una propuesta de salud integral y no una salud para pobres y otra para ricos. “Donde hay una necesidad, hay un derecho”, y es el gobierno que nosotros queremos.
http://sur.infonews.com/nota/9944/entrevista-ariel-sujarchuk-escobar–¿Cómo hacen política de base en esa situación?
–Con acciones concretas. Todas las semanas tenemos una acción concreta planificada. Si para muestra basta un botón decidimos llenar de botones todo el distrito. No somos el gobierno local, pero podemos hacer a través de organizaciones, de la militancia y a través del Estado nacional. Hay políticas públicas que se aplican desde hace 10 años pero que al distrito no llegaron. Cuando un militante está en el barrio, camina para ver qué cosas puede conseguir para el vecino. Cuando camina por despachos públicos, busca qué puede llevar para su distrito. Nadie viene a golpearte la puerta para ver qué necesitás. Es uno el que tiene que militar, ir, gestionar, insistir y trabajar para conseguirlo. Como todo en la vida. El programa Cirugías Patria Solidaria está hace 10 años, se hicieron 6.500 operaciones; recién esta semana pudimos hacer las primeras en Escobar. No se hizo antes porque nadie se ocupó. Desde el municipio, estaba parado el trabajo con las cooperativas. Las organizamos y reparamos veredas, pintamos escuelas, estamos arreglando instituciones que van desde centros de jubilados a comedores o instituciones intermedias. Y todo con las mismas cooperativas que antes criticaban porque decían que no trabajaban. En materia deportiva hay escuelitas de tenis y fútbol en los barrios, todos los fines de semana. En salud, hoy las salas no tienen nada. No hay vendas, ni aspirinas, ni médicos; hay mala atención, hay destrato. Estamos trayendo trailers sanitarios tanto de Nación como de Provincia. Y también los trailers de documentación. Pero desde el gobierno municipal, hay una dejadez atroz respecto de la relación con la comunidad.
–¿Cómo se aprovechan al máximo las posibilidades del territorio?
–Hay que respetar la diversidad en la manera de militar. Hemos abierto cuatro centros culturales que tienen el objetivo de lograr una transformación. Lanzamos Escobar en vivo, la primera muestra importante que hicimos donde bandas de rock emergentes se juntaron con bandas más conocidas y lograron visibilidad mejorando sustancialmente las relaciones de la comunidad. Cuando verdaderamente llenás las plazas con propuestas culturales y de educación, pasan las cosas más lindas que tienen que pasar, que es la comunidad encontrándose. Si se las deja a su suerte, aparecen los riesgos del abandono. También integramos a todos los feriantes que hay en el distrito, y entonces, generamos proyectos culturales junto con los artesanos, los productores locales. Hablamos de un distrito que no tiene cine. Y eso no es un error, es una consecuencia del desinterés. Al teatro sólo llega alguna propuesta de tipo comercial. No hay fomento de participación genuino de las expresiones culturales locales.
–¿Existe una modalidad particular que distinga al FpV?
–Más allá de que puede haber diversidad de estilo, la metodología militante que caracteriza al kirchnerismo tiene que ver con la cercanía en relación directa con el vecino, con el conjunto de factores sociales que integran el distrito. Pero la obligación del militante es generar representatividad, porque ésa es la manera de aportar al proyecto nacional. Cuando los militantes territoriales generamos representatividad al conjunto de la población, aportamos al proyecto nacional en lugar de colgarnos de él. No se viene con un conjunto de soluciones, sino que al contrario, debemos escuchar las necesidades y trabajar en ese sentido para generar transformaciones.
–¿Se puede convencer a una persona descreída para que se involucre con la comunidad?
–Yo hablo con los vecinos en términos muy concretos y fácticos sobre qué significa participar o no. Todos entendemos que la democracia no es solamente el acto electoral. Sentado en tu casa difícilmente puedas participar de la toma de decisiones. Puedo decir a alguien que descree de la política que yo también descreo de los que me vienen a puentear, o de los que aparecen a 90 días de las elecciones a prometer lo que nunca van a cumplir. Pero lo que nos diferencia, es que cuando falten 90 días para las elecciones, nos van a encontrar haciendo las mismas cosas que hacemos siempre, porque estamos desde antes. A ese vecino, prefiero mostrarle lo que estamos haciendo en materia de Salud, Educación, Vivienda y preguntarle en cuál área puede o quiere aportar. Y, después, asegurar que haya un marco receptivo en el cual se elaboren las ideas. Le propongo que no se partidice, sino que participe. Por que no se transforma sólo desde el discurso. El discurso tiene que ver con la conciencia, pero la transformación necesita de un Estado presente. Y el Estado es el pueblo organizado. Desde nuestra organización, cuando armamos un festival de música, no preguntamos si están con nosotros o no. Lo único que pedimos es que sepan tocar música. Cuando se hacen cosas para la comunidad no puede aparecer la mezquindad partidaria que tienen los saltimbanquis que van de un lado para el otro. Es ahí cuando la gente se da cuenta de que esto es en serio. Lo que sí es bueno que sepan es que nosotros tenemos políticas deportivas de inclusión, y no una propuesta deportiva para pobres y otra para ricos; que tenemos una propuesta de salud integral y no una salud para pobres y otra para ricos. “Donde hay una necesidad, hay un derecho”, y es el gobierno que nosotros queremos.
07 de Noviembre de 2014
Entrevista. Joaquin Noya. Vicente López
Entrevista. Joaquin Noya. Vicente López

–¿Cómo está el municipio?
–Vicente López está hoy muy venido a menos. Falta abordar problemas como la falta de espacios verdes; conexión entre la zona oeste y este donde se evidencian las diferencias de entrega de recursos del Estado municipal; crecientes problemas en el área de salud pública (su secretaría dejó de llamarse así para llamarse sólo secretaría de salud, muy simbólico cambio) con un decaimiento de la ex maternidad Santa Rosa y el hospital Houssay que vienen siendo mantenidos por el esfuerzo de su personal médico y no médico a lo que se le suma subejecución presupuestaria del 30% en el 2013; abandono de las instituciones intermedias, a principios de su gestión cancelo los subsidios a bibliotecas populares y tiene una constante política de clausura de centros culturales y clubes que no le son afines; inexistencia de políticas de vivienda e infraestructura social que dada la característica del distrito podría ser uno de los primeros del conurbano en urbanizar sus villas miseria; mal uso de los 20 millones de pesos anuales que recibe del fondo educativo nacional con el cual en dos años, dedicándole el 40% a infraestructura de escuelas públicas provinciales, se resolvería su déficit edilicio; falta absoluta de un perfil productivo para el distrito que viene atrayendo distintas empresas vinculadas a la tecnología pero que crecen y se instalan de forma silvestre en el distrito por la falta de una secretaría de producción municipal. Tenemos un ejecutivo municipal experto en marketing y venta de humo, donde dedica la parte más importante de su presupuesto a su caballito de batalla que es la inseguridad, a la cual piensa “combatir” con afiches de anuncios pomposos sin resultados o cerrando barrios.
–¿Cómo hacen política de base en ese contexto?
–Venimos planteando, por un lado, la necesidad en que el estado municipal coordine con los estados provinciales y nacional, sobran ejemplos de municipios opositores que lo hacen. Pero Jorge Macri sólo sabe patear la pelota afuera y, terminando su tercer año de gobierno, sólo acusa al Estado nacional o provincial de lo que anda mal en el distrito. Nosotros venimos realizando experiencias locales de gestión de políticas nacionales a las cuales cualquier estamento estatal, fuerza política, ONG u organización libre del pueblo puede acceder a gestionar, si demuestra idoneidad. Así, en educación secundaria de adultos, en las distintas organizaciones del FpV tenemos más del 80% de la matrícula y el municipio no llega ni al 5%. Como también reactivando políticas de promotores de salud que estaban abandonadas por la nueva gestión. O proponiendo la utilización de fondos existentes como el Fondo nacional educativo para resolver los problemas edilicios de las escuelas provinciales, aunque no sea su jurisdicción.
–¿Cómo se organiza el FpV para atender estas dificultades?
–Venimos desarrollando un proceso de construcción colectiva desde el 2011. El sábado 1 de noviembre, por ejemplo, realizamos un plenario con más de 400 militantes y vecinos donde participó la diputada nacional Diana Conti, y donde se discutieron problemáticas del distrito como educación, salud, obras públicas, economía popular, producción, seguridad democrática y cultura, entre otras. Esta participación muestra sus frutos cuando vemos que estamos creciendo en cantidad de militantes y en construcción territorial. Llegamos al diálogo con los vecinos por medio de mesas de difusión, jornadas solidarias, charlas, plenarios, reuniones con vecinos, caminatas barriales o acercándonos casa por casa escuchando qué problemas tienen en su barrio y acercando soluciones.
–¿Dónde pondrá el foco en caso de ser el próximo intendente?
–Nuestros objetivos serán equilibrar el desequilibrio que hace varias gestiones tiene la zona oeste; poder pensar obras de infraestructura que resuelvan la conexión entre el este y el oeste del distrito, las inundaciones constantes y la urbanización de los barrios más precarios para que todos vivamos dignamente; diseñar un perfil productivo del distrito junto con las cámaras empresarias y sindicatos que contemple mano de obra local y un crecimiento regulado, qué tipo de industrias nos favorecen junto con la creación de una secretaría de producción; eliminar subsidios inconstitucionales como el que se paga actualmente a la nafta; tener presupuesto participativo real y que se ejecute –no como ahora que sólo se ejecutó el 10%–; municipalizar la recolección de residuos y tener una política efectiva de reciclaje que genere trabajo genuino; recuperar hospitales que fueron ejemplo en la región como el Houssay y la maternidad Santa Rosa de la mano de un sistema comunitario de salud pública que permita que cada familia tenga un médico de cabecera; abordar la problemática de la inseguridad a partir de una fuerte participación ciudadana que se involucre en la gestión y el control de la nueva policía comunal; acompañar a clubes, sociedades de fomento, bibliotecas populares y centros culturales a tener una vida fuerte con su comunidad y sean un lugar de encuentro. Hace falta un Estado activo que dé respuestas concretas. Y si podemos construir sin ser gobierno, puede imaginarse lo que haremos cuando asumamos.
07 de Noviembre de 2014
Entrevista. Santiago Cafiero. San Isidro

–¿Cómo describiría el estado actual del municipio de San Isidro?
–El estado actual del municipio es claramente desigual. Tenemos sectores de altos ingresos económicos y por otra parte otros sectores de muy bajos recursos. Sin lugar a dudas, la gran falencia del intendente Gustavo Posse radica en que no ha desarrollado un plan de inclusión social para toda la comunidad, donde todos los ciudadanos puedan tener acceso a los mismos servicios públicos. El intendente tiene una estrategia de comunicación y marketing que apunta a determinados sectores de la población sanisidrense, donde sus declaraciones apuntan a un posicionamiento netamente mediático sobre cualquier tema de actualidad, con el sólo fin de lograr un crecimiento intrapartidario. San Isidro necesita de una gestión social y humanamente presente, y no de expulsión para los sectores vulnerables como ocurrió con las mentiras vertidas en relación al barrio Uspallata, donde Posse no permite siquiera que sus actuales habitantes puedan ingresar materiales de construcción para mejorar su calidad de vida. Su política de resolución del conflicto fue comprar el terreno donde se asienta el barrio y ofrecerles dinero a los vecinos para que se vayan a otro distrito, liberando la zona y haciendo un negocio inmobiliario. Este elenco de gobierno, primero el padre y luego él, gobierna San Isidro desde el año 1983. Su relación con las voces diferentes, con el debate de ideas, está vedado. En San Isidro se calla y se reprime con campañas difamatorias y hasta físicamente a los que se oponen a su régimen. Golpes en el Concejo Deliberante, aprietes a vecinos, persecución. Un ejemplo fue el tratamiento de la tala de una reserva en el bajo de San Isidro, Bosque Alegre, donde se reprimió una protesta pacífica de vecinos. De todas formas el cerrojo mediático que tiene montado hace que estas noticias tengan que ser brutales para que aparezcan.
–¿Cómo aborda el FpV las dificultades de la actual gestión?
–El peronismo siempre tuvo como base el trabajo con las masas, la presencia en cada barrio, donde cada uno de los que formamos parte de este histórico movimiento, apuntalamos resolver las necesidades sociales existentes y el trabajo conjunto con cada uno de los vecinos. El movimiento de crítica constante a la gestión que encabeza Cristina Fernández en Nación y Daniel Scioli en la Provincia demuestra la falta de proyectos que hay en la oposición que no proponen planes de gobierno o proyectos legislativos, sino que sólo vierten opiniones mediáticas para mantener un perfil determinado. Nuestro proyecto tiene una riqueza fundamental que es que siempre estamos presente en cada barrio y con cada vecino que nos necesita. En La Cava o en el Bajo Boulogne, el oficialismo nunca está presente y nuestro espacio sin embargo lucha con todas las trabas existentes, para que estos barrios puedan lograr un desarrollo acorde, muy a pesar de Posse. La articulación con distintos programas Nacionales y Provinciales son primordiales para atender demandas insatisfechas que el possismo desoye. El trabajo con organizaciones de base y la capilaridad propia del peronismo es lo que hacen que lleguen soluciones a los más desprotegidos.
–¿Cuál es la importancia que el FpV da a la participación?
–Ya lo dijo Perón: “Los dos brazos del Peronismo son la Justicia Social y la Ayuda Social. Con ellos damos al pueblo un abrazo de justicia y amor”. Esta frase resume la importancia que para nosotros tiene la participación de toda la sociedad dentro de nuestro espacio político, ya que cada militante sabe de las necesidades de su barrio. En nuestro distrito contamos con numerosos centros culturales y espacios de desarrollo profesional, para brindar herramientas que permitan conseguir opciones laborales. Además, trabajamos activamente con los niños y adolescentes de San Isidro. Cuando masivamente se vuelcan a participar del movimiento, sin importar la tarea a realizar, es donde vemos el resultado de los 10 años del FpV. Nuestro mayor desafío estará en integrar San Isidro. Sortear esta suerte de muros invisibles que dividen el este del oeste, que genera ciudadanos de primera y segunda categorías. Resaltar el valor solidario que tiene nuestra gente y construir una comunidad de valores. Que sufra y se movilice cuando un vecino tiene problemas, se inunda, lo asaltan o lo matan. Cuando en diciembre de 2015 asumamos al frente del municipio, el principal foco va a estar puesto en generar mecanismos de participación ciudadana, escuchar al vecino, generar planificación sustentable del uso del suelo, transparencia en las cuentas públicas, un fuerte programa de prevención social del delito, mecanismos de desarrollo económico y cultural que generen empleo, y principalmente resolver asimetrías estructurales en las localidades más postergadas.
07 de Noviembre de 2014
Entrevista. Bruno Baschetti. San Miguel
Entrevista. Bruno Baschetti. San Miguel

–¿Cuál es el estado de San Miguel?
–Este es un gobierno con administración, pero sin gestión. Un gobierno constituido por amigos, familia y entorno social de los countries de Bella Vista y del club de rugby local. Hoy, en materia de salud, se esta muy atrasado; en materia de industria no ha crecido e incluso algunas ya radicadas se han ido. En materia económica, sigue siendo un distrito rico, con un presupuesto anual de 1.500 millones de pesos, pero que tiene problemas estructurales por la falta de obras y de mantenimiento. Así, tenemos zonas que viven sin agua como Muñiz y San Miguel Centro, y otras que viven bajo el agua, como Santamaría o Bella Vista Oeste. Fruto de privilegiar los negocios para pocos, se permitió la construcción ilimitada de torres en Muñiz y San Miguel Centro, donde creció la concentración demográfica sin el correspondiente respaldo de obra hidráulica. Y hoy el 75% de los vecinos no tienen nada de agua, y no sólo en verano, sino todo el año. Y eso en la clase media; los sectores periféricos y postergados son los que viven bajo el agua. Un distrito con más de 400 mil habitantes que no tiene ni siquiera una terminal de ómnibus, en el que el Concejo Deliberante funciona dentro del departamento del Ejecutivo que maneja ilegalmente cuestiones del ámbito legislativo. El intendente maneja San Miguel como si fuera su estancia. Desde el Honorable Concejo Deliberante hemos presentado 58 proyectos que refieren a acciones puntuales, como la instalación de una garita, pero también propuestas de transparencia, como exigir la declaración jurada patrimonial y financiera obligatoria de todos los funcionarios de San Miguel. Se negaron rotundamente y fue un escándalo.
–¿Cómo es hacer política de base ahí?
–En el encuentro con el vecino se recibe mucha más línea de la que baja. El vecino tiene muy claro cuáles son sus intereses. Las reuniones vecinales son fundamentales para entender sus problemas y para solucionarlos. Siempre decimos que San Miguel tiene recursos humanos muy capacitados, desde científicos de gran nivel hasta obreros mano de obra muy calificada. Hemos organizado foros sobre salud, obras públicas, economía, empleo, adonde convocamos a profesionales, incluso algunos que no son militantes, o que tal vez ni adscriben a Cristina pero que conocen la realidad del distrito y tienen capacidad como para sentarse a una mesa y programar soluciones. Así, hemos ido conformando un plan de soluciones consensuadas con la comunidad. Queremos estar a la altura de lo que la Historia nos demanda. Hoy tenemos muchísimo más conocimiento que en 2006, cuando abrí mi primera unidad básica en San Miguel, un bulín donde hablábamos con los vecinos para resolver un problema de una zanja en un barrio. Hoy, gracias a Cristina, pudimos arreglar 12 establecimientos educativos. Algo que demandó más de 58 millones de pesos. En San Miguel hoy gobierna el desinterés detrás del latiguillo del “no se puede”, echando la culpa a los gobiernos provincial y nacional. Si barrio Mitre se inunda porque tiene un problema hidráulico histórico, argumentan que esto no se puede cambiar. Quizá sea una cuestión generacional, quizá de formación política. Creemos que la política es la herramienta de transformación por naturaleza. Si tenés una obra que necesita unos 56 millones de pesos para resolverles la vida a más de 86.000 habitantes que viven bajo el agua, teniendo 1.500 millones de pesos de presupuesto y me dicen que no se puede... me parece que lo que no se puede es seguir mintiéndole a la gente. Acá lo que hay que hacer es arremangarse, ponerse el overol y destinar los fondos donde hay que destinarlos. El fondo de fortalecimiento educativo es de más de 10 millones de pesos mensuales y no se sabe dónde está la plata... porque no está en las escuelas. Esto nos duele como vecinos y como militantes, pero como cuadros políticos estamos obligados a cambiarlo.
07 de Noviembre de 2014
Entrevista . Federico Ugo. Tigre
Entrevista . Federico Ugo. Tigre
Comenzó a militar en 1999, en el barrio Las Tunas, en Tigre, junto a un grupo de militantes universitarios, desarrollando trabajo social aislado, en la peor época del menemismo neoliberal. “El 2001 fue un punto inflexión para nuestra militancia y comenzamos a discutir la necesidad de construir un proyecto político colectivo juntándonos con otros sectores militantes”. Así nació el MP20, que luego se incorporó al Movimiento Evita, donde hoy sigue. Fue asesor de Emilio Pérsico en la vicejefatura de gabinete de la provincia. Cuando Massa ganó la intendencia de la mano de Néstor Kirchner fue nombrado Director general de capacitación e inclusión laboral y luego como Subsecretario a cargo del área de cooperativas. En 2010, asumió como Subsecretario de acción cooperativa en la provincia. Pero cuando en 2013 Massa decide enfrentar el proyecto nacional, renuncia junto con varios compañeros, arma y encabeza la lista local del FpV para enfrentarlo en Tigre. Así lograron tres concejales.
–¿Cómo ve la gestión de Julio Zamora en el municipio de Tigre?
–Tiene dos grandes problemas: primero, que el intendente no tiene autoridad política porque es un títere de Massa que no puede decidir nada… no tiene el respeto de sus secretarios y hasta la mujer de Massa está en el gabinete. Lo segundo, es que el municipio gobierna pretendiendo quedar bien con los sectores sociales altos de Tigre, perjudicando directa o indirectamente a los sectores medios y trabajadores del distrito. El principal problema de Tigre es el desequilibrio y la desigualdad urbana que genera tener más del 50% del territorio ocupado por barrios cerrados, y que no se hayan hecho obras que contengan el impacto del desarrollo inmobiliario. Una de las consecuencias son las inundaciones que sufren los barrios alrededor de los barrios cerrados. A eso sumemos la diferencia en términos de limpieza, servicio de agua potable, de cloacas, desagües pluviales, etc. La preocupación de la gestión local está en maquillar los centros comerciales, los espacios turísticos y no realizar las obras barrio adentro que permitirían integrar a la comunidad en vez de la fragmentarla. En términos de seguridad, pretenden “vender” una gestión de cámaras y patrulleros para combatir la inseguridad. El equipo de inspectores municipales actúa como si fueran policías y persiguen a los jóvenes de barrios humildes, a los trabajadores informales (carreros y cartoneros), estigmatizando a los sectores populares como los peligrosos para la sociedad. El otro problema grave es la falta de una política de asistencia primaria de la salud. Hay 20 centros de salud descentralizados –algo muy bueno– pero tienen muy pocos servicios y faltan guardias.
–¿Cómo trabaja desde la base el FpV?
–Trabajamos con los vecinos y vecinas en el territorio. Nuestra fuerza no está en un bloque de 3 concejales sino en la capacidad de estos concejales, en la militancia para expresar los intereses populares y en organizarnos junto a ellos para conseguir respuestas. Además, hemos desarrollado los Consejos de Barrio, ámbitos donde los vecinos discuten sus problemas, definen prioridades y realizan acciones para encontrar respuestas. Así, realizamos petitorios firmados por todos los vecinos que se llevan al Consejo Deliberante para ser tratados. Así, hemos logrado que se voten a favor resoluciones donde se le pide al intendente que se haga cargo de una serie de reclamos. También realizamos jornadas periódicas para desarrollar actividades deportivas, para la promoción de la salud y la orientación en de los vecinos buscando ampliar la participación popular.
–¿De qué manera desarrollan la participación vecinal?
–Allí radica la clave para que el FpV recupere el distrito para el proyecto nacional. Respuestas concretas para nuestros vecinos. Por eso, en los Consejos Barriales, trabajamos con Anses en el territorio, y asesoramos por los programas Más y Mejor Trabajo, Promotoras de salud, Programas de terminalidad educativa de adultos, etc. También hemos creado el Instituto de Políticas Públicas “Eva Duarte”, para pensar junto a sectores técnicos y profesionales de Tigre políticas de mediano y largo plazo, generando propuestas, promoviendo debates, charlas, actividades culturales, etc. Tenemos claro que como oposición local, además de criticar lo que vemos mal del gobierno municipal, tenemos que tener propuestas concretas para solucionar los problemas de nuestro Pueblo. Por eso, lo principal es manejar un eje de integración territorial. En un distrito que tiene una alta fragmentación hay que pensar las obras que integren a la comunidad, donde las reglas las cumplan todos los sectores, principalmente los más fuertes, que a veces se creen que el Estado no puede ponerle reglas. Entre las obras necesarias hay que remarcar: la necesidad de desarrollar un Plan Hidráulico Integral para realizar las obras que permitan terminar con las inundaciones; impulsar el programa Habitar de políticas de tierra y hábitat que vayan en línea con la nueva ley provincial de acceso al hábitat social; crear la figura del defensor del Pueblo de Tigre (proyecto presentado en HCD); hay que avanzar en una escuela municipal de Promotores de Salud para poner el foco en la promoción y la prevención y no en la enfermedad; hay que invertir en guaridas nocturnas y pediátricas en los centros de salud; hay que fortalecer la Subsecretaría de atención a la víctima para que atienda los casos de violencia institucional del distrito, revise los legajos de los inspectores municipales, los capacite en DDHH y promueva la participación ciudadana; crear el sistema de presupuesto participativo municipal (presentamos proyecto en HCD); creación de la Secretaría de Economía Popular para desarrollar políticas públicas que promuevan y fortalezcan a los sectores de la economía popular, social y solidaria; impulsar la escuela municipal de Artes y Oficios para darle oportunidad positiva a la juventud de Tigre, y la creación del área de prevención en adicciones que, directamente, no existe.
–¿Cómo ve la gestión de Julio Zamora en el municipio de Tigre?
–Tiene dos grandes problemas: primero, que el intendente no tiene autoridad política porque es un títere de Massa que no puede decidir nada… no tiene el respeto de sus secretarios y hasta la mujer de Massa está en el gabinete. Lo segundo, es que el municipio gobierna pretendiendo quedar bien con los sectores sociales altos de Tigre, perjudicando directa o indirectamente a los sectores medios y trabajadores del distrito. El principal problema de Tigre es el desequilibrio y la desigualdad urbana que genera tener más del 50% del territorio ocupado por barrios cerrados, y que no se hayan hecho obras que contengan el impacto del desarrollo inmobiliario. Una de las consecuencias son las inundaciones que sufren los barrios alrededor de los barrios cerrados. A eso sumemos la diferencia en términos de limpieza, servicio de agua potable, de cloacas, desagües pluviales, etc. La preocupación de la gestión local está en maquillar los centros comerciales, los espacios turísticos y no realizar las obras barrio adentro que permitirían integrar a la comunidad en vez de la fragmentarla. En términos de seguridad, pretenden “vender” una gestión de cámaras y patrulleros para combatir la inseguridad. El equipo de inspectores municipales actúa como si fueran policías y persiguen a los jóvenes de barrios humildes, a los trabajadores informales (carreros y cartoneros), estigmatizando a los sectores populares como los peligrosos para la sociedad. El otro problema grave es la falta de una política de asistencia primaria de la salud. Hay 20 centros de salud descentralizados –algo muy bueno– pero tienen muy pocos servicios y faltan guardias.
–¿Cómo trabaja desde la base el FpV?
–Trabajamos con los vecinos y vecinas en el territorio. Nuestra fuerza no está en un bloque de 3 concejales sino en la capacidad de estos concejales, en la militancia para expresar los intereses populares y en organizarnos junto a ellos para conseguir respuestas. Además, hemos desarrollado los Consejos de Barrio, ámbitos donde los vecinos discuten sus problemas, definen prioridades y realizan acciones para encontrar respuestas. Así, realizamos petitorios firmados por todos los vecinos que se llevan al Consejo Deliberante para ser tratados. Así, hemos logrado que se voten a favor resoluciones donde se le pide al intendente que se haga cargo de una serie de reclamos. También realizamos jornadas periódicas para desarrollar actividades deportivas, para la promoción de la salud y la orientación en de los vecinos buscando ampliar la participación popular.
–¿De qué manera desarrollan la participación vecinal?
–Allí radica la clave para que el FpV recupere el distrito para el proyecto nacional. Respuestas concretas para nuestros vecinos. Por eso, en los Consejos Barriales, trabajamos con Anses en el territorio, y asesoramos por los programas Más y Mejor Trabajo, Promotoras de salud, Programas de terminalidad educativa de adultos, etc. También hemos creado el Instituto de Políticas Públicas “Eva Duarte”, para pensar junto a sectores técnicos y profesionales de Tigre políticas de mediano y largo plazo, generando propuestas, promoviendo debates, charlas, actividades culturales, etc. Tenemos claro que como oposición local, además de criticar lo que vemos mal del gobierno municipal, tenemos que tener propuestas concretas para solucionar los problemas de nuestro Pueblo. Por eso, lo principal es manejar un eje de integración territorial. En un distrito que tiene una alta fragmentación hay que pensar las obras que integren a la comunidad, donde las reglas las cumplan todos los sectores, principalmente los más fuertes, que a veces se creen que el Estado no puede ponerle reglas. Entre las obras necesarias hay que remarcar: la necesidad de desarrollar un Plan Hidráulico Integral para realizar las obras que permitan terminar con las inundaciones; impulsar el programa Habitar de políticas de tierra y hábitat que vayan en línea con la nueva ley provincial de acceso al hábitat social; crear la figura del defensor del Pueblo de Tigre (proyecto presentado en HCD); hay que avanzar en una escuela municipal de Promotores de Salud para poner el foco en la promoción y la prevención y no en la enfermedad; hay que invertir en guaridas nocturnas y pediátricas en los centros de salud; hay que fortalecer la Subsecretaría de atención a la víctima para que atienda los casos de violencia institucional del distrito, revise los legajos de los inspectores municipales, los capacite en DDHH y promueva la participación ciudadana; crear el sistema de presupuesto participativo municipal (presentamos proyecto en HCD); creación de la Secretaría de Economía Popular para desarrollar políticas públicas que promuevan y fortalezcan a los sectores de la economía popular, social y solidaria; impulsar la escuela municipal de Artes y Oficios para darle oportunidad positiva a la juventud de Tigre, y la creación del área de prevención en adicciones que, directamente, no existe.
07 de Noviembre de 2014
Entrevista. Patricia Cubría. San Fernando.
Entrevista. Patricia Cubría. San Fernando.

–¿Cómo describiría la situación actual de San Fernando?
–Es la misma que sufren los otros distritos de zona norte, donde el massismo gobierna para los ricos, en función de los ricos, y donde los barrios populares quedan totalmente abandonados a la buena de Dios. Los militantes todos los días construyen para ayudar en los barrios, a pesar de las políticas represivas contra compañeros que hacen una pintada o una actividad política. Hoy tenemos en puerta el intento de desalojo de las familias de la villa de San Rafael. Son familias muy humildes que viven ahí desde hace más de 30 años. Las que quieren desalojar sin darles una solución adónde ir. Directamente, les mandaron una topadora.
–¿Cómo es la forma de hacer política del intendente Andreotti?
–Sigue una lógica empresaria, propio de un contador a quien no le interesa la más mínima construcción política. Los sectores más humildes cargan con un suplicio todos sus días. En estos días de temporal, caminando por las calles de los barrios, los vecinos nos decían que éramos los únicos que nos habíamos acercado. “Ni siquiera se han acercado a hablar con nosotros o a ver cómo estábamos”, nos decían. El Estado municipal está totalmente ausente de los problemas sociales. Andreotti siempre utilizó el partido político que fuera necesario para mantenerse en el poder. Fue en la lista del FpV pero podría haber estado con cualquiera. Pero hoy está con Massa porque está convencido de eso y las políticas de Massa se aplican en el distrito.
–¿Cómo es la militancia de base del FPV?
–Los compañeros tenemos tareas concretas. En San Fernando tenemos un local en la 18 y Avellaneda; otro en la villa San Jorge, al fondo, contra el paredón viejo, donde la mayoría de las compañeras son mujeres, y donde todas han padecido violencia de género. Todas militan en el movimiento de mujeres del Evita. Y son ellas las que ayudan a las otras compañeras a salir de la situación de violencia. Algo muy particular es que nuestros compañeros son militantes que viven en los barrios, en las villas. Son vecinos que generaron espacios comunitarios allí mismo. Conformamos en Villa la Esperanza, por ejemplo, una cooperativa de trabajo muy grande que nació con el Programa Argentina Trabaja.
–¿Cómo se trabaja políticamente en vivienda, salud y educación?
–Son temas muy diferentes. El tema de la economía popular es algo que hace falta instalar porque es una solución a la necesidad urgente de la barriada. Falta organización entre los desocupados, que tampoco tienen representación sindical ni un espacio institucional que los contenga. Necesitan una solución estructural estratégica y creemos que la alcanzaremos con más años de gobierno popular. En salud, las salitas están absolutamente vaciadas. No encontrás un pediatra nunca. En el tema escolar, desde el esquema nacional hemos tratado de dar respuesta a algunos problemas, pero nos desbordan. Le cuento un caso: Corina Rodríguez era consejera por San Fernando antes de ser concejal. Un día se incendia completamente una escuela del barrio, a la vuelta de nuestro local. Era un lugar donde los chicos almorzaban y tomaban la leche. Esto no podía dejar de funcionar, más allá de que fueran a una escuela cercana. Conseguimos cubiertos de campaña, mercadería, facilidades y hasta un subsidio para la obra por parte del Ministerio de Educación de la Nación. Y cuando estábamos dentro de la escuela quemada hablando con la directora, aparece Corina a los gritos cuestionando lo que hacíamos. Todo esto había empezado cuando las mamás nos dijeron que les estaban dando unos sándwiches de pan viejo que rozaban lo insalubre. Corina nos maltrató e impidió que se instalara allí un comedor, que nunca se reabrió en la otra escuela. Finalmente, armamos nosotros un espacio en un club con todo lo que habíamos conseguido. Ya pasó más de un año. Hoy la obra sigue sin empezar. Hay una comisaría cerca, la misma en la que le pegaron a Sandra Cabo por haber ido a denunciar un caso de violencia de género.
–¿Cómo se vive la violencia en los barrios?
–La violencia institucional está a la orden del día. En un radio de una manzana, una escuela prendida fuego, los pibes sin tener adónde ir a comer, vas a hacer una denuncia de violencia y te rajan a trompadas, algo más que complicado y que tiene que ver con la lógica de la formación de las fuerzas de seguridad, que son violentas, discriminatorias, patriarcales, machistas, y no tienen problema en golpear a una mujer. Entonces no sorprende que se sigue la vida de los pibes con casos de gatillo fácil.