Publicada en Miradas al Sur el 27/07/2014

Entrevista. Héctor Amichetti. Sec. adj. de la Fed. Gráfica Bonaerense.

“Hay que apuntar a una reforma tributaria que permita una solución de fondo”

 
¿Cuál es la posición del gremio respecto al pedido de suba del mínimo imponible?
–Nosotros lo vemos como un aspecto a resolver para que las partidarias no pierdan efecto. Pero la suba del mínimo no imponible debe tener una discusión más amplia, a desarrollar en un contexto más profundo, donde pueda terminarse con el impuesto a las Ganancias para los salarios. Entendemos la necesidad del Estado de estos aportes para atender a los compañeros desocupados y los sectores sociales más necesitados, pero creemos que deben salir de los sectores más pudientes. Entendemos que afecta a la franja de compañeros que no están mal, pero como gremio no podemos discutir desde ahí porque eso no va a aportar una solución de fondo. Y eso algo que venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo.
–¿De qué forma cree que deberían reemplazarse esos ingresos?
–Esencialmente, con un impuesto al sector financiero incluido en un marco, no sólo de una reforma tributaria sino también en una ley de entidades financieras. Todo lo que representa un sector incontrolable de la economía que es el que más está afectando la estabilidad de un marco productivo con mayor crédito a la industria. Hoy debemos garantizar los puestos de trabajo y, así como se han recuperado tantos, hace falta incorporar al treinta y pico por ciento de trabajadores que todavía están en la informalidad. Pero las reivindicaciones del movimiento obrero las tenemos que hacer en conjunto. No podemos tomar solamente las banderas de la cuestión del impuesto a las Ganancias excluyendo los demás temas, porque esa es la responsabilidad del dirigente obrero.
–Este es un impuesto que afecta de manera muy distinta a diferentes gremios...
–Sí, es cierto que afecta de distinta manera a los diversos gremios y también es cierto que también es desparejo dentro de los mismos gremios, y que hay franjas más afectadas que otras. En una discusión franca con el Gobierno, habrá que discutir alguna variable que permita avanzar sin que afecte los recursos que aporta a los distintos programas sociales. Hay que encontrarle la vuelta a lo inmediato sin desligarse de una cuestión mayor, más de fondo. Ha habido discusiones de tipo político pero falta el debate que apunte a una solución real basada en una reforma tributaria que permita una solución de fondo.
–¿A qué porcentaje de gráficos afecta?
–Aproximadamente al 15%. Igualmente, eso varía cada vez que discutimos paritarias, más allá de que este año no pagarán quienes no pagaban el año pasado.
–¿Es Ganancias el problema principal del movimiento obrero?
–No. Lo que pasa es que resulta irritante que afecte un salario; más allá de que se aplique sobre alguno un poco más alto. Estamos claramente en contra del impuesto a las Ganancias sobre el salario. Pero creo que hay que encontrar variantes coyunturales, como ésta de elevar el piso, y apuntar a una solución de fondo. Ese recurso tiene que salir de otro lado. No nos sumamos a la posición absolutamente egoísta que critica el impuesto al salario sin buscar compensar un recurso que necesitamos para ayudar a una parte de nuestro pueblo, que son trabajadores, algunos de ellos de­socupados, trabajadores que están en una situación muchísimo más delicada que los que están pagando impuesto a las Ganancias.
–¿Cuál es hoy el mayor problema del movimiento obrero?
–El movimiento obrero hoy no tiene una línea de programa que permita entender la situación de los trabajadores de manera integral. Estamos insertos en un modelo de país en el que hay que estar definiendo un programa como el que alguna vez tuvimos, donde abordemos todo, desde qué posición tenemos respecto del desendeudamiento externo hasta la reforma financiera, pasando por la ley de inversiones extranjeras, el modelo sindical, o las obras sociales. Creo que lo histórico del movimiento obrero ha sido tener un programa de reivindicaciones que es lo que le da sustento a la estabilidad laboral, la búsqueda del pleno empleo, del desarrollo productivo, etc.
–¿Por qué cree que eso no ocurre?
–Creo que porque hemos sido muy golpeados, entonces en las estructuras sindicales aparecen muchas veces posturas más sectarias, corporativas, que a veces sostienen posturas sectoriales. Los trabajadores son parte de un proyecto nacional en el que todos estamos involucrados. Tenemos que pelear por cosas comunes. Nos han golpeado durante muchísimos años y algunos sectores sindicales actúan más en relación con los sectores empresarios que en función del conjunto del movimiento de los trabajadores. Es algo que se ha venido dando producto de la realidad política que hemos vivido en muchos años, desde la represión hasta el debilitamiento de la estructura sindical.
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