“Economistas privados y oposición tienen intereses propios detrás de sus críticas”
Entrevista. Arnaldo Bocco. Economista. Ex director
del BCRA y del Banco Ciudad, ex presidente del BICE, el economista y
docente universitario analizó las negociaciones con los fondos buitre,
el contexto en que se dio el revés del tribunal norteamericano, los
pasos a seguir y el papel que están jugando analistas privados y
opositores.
–A mí me parece muy extraño... No hubo ningún error, creo que cuando uno hace una crítica como hacen economistas privados y la oposición a un procedimiento de negociación habría que rechazarlo enteramente porque hay detrás intereses en juego. No puede hacerse una crítica descalificando, con mala intención. Está claro que hubo un precedente y por lo mismo hoy son importantes los antecedentes de las dos aperturas al canje de deuda que hizo la Argentina después del default. Y si miráramos hacia atrás con crudeza y sinceridad, deberíamos reconocer que lo más grave ocurrió en 2001; con el sobreendeudamiento iniciado en 1976, agudizado en los ’90, con el megacanje y con la implosión de la convertibilidad, proceso que llevó a tomar una actitud precipitada por parte de los gobiernos de transición 2001/2003 declarando el default de la deuda externa.
–¿Considera que se hizo lo correcto?
–La Argentina hizo en estos años todos los pasos necesarios para salir exitosamente de una situación de default; y eso es algo que se hizo verdaderamente sin condicionalidades y con la economía recuperándose, creciendo. Creo que planteado así, la de la oposición y los economistas del sector privado es una crítica fácil, retórica y que no tiene ningún sustento político. En el primero de los canjes intervino Roberto Lavagna, con Néstor Kirchner; e hicieron una negociación digna, sobre la que más allá de las opiniones de hoy fue totalmente soberana y sostenida por las fuerzas políticas en el Congreso Nacional. En el segundo, hubo un canje de deuda muy exitoso que nos llevó al filo del 93%. Estamos hablando de las negociaciones del default más grande de la historia. Tal vez pudiéramos pensar que se pudo haber calibrado en otra instancia la situación del accionar con relación a los fondos y tal vez podría haberse generado un escenario distinto; pero eso es una teoría contrafáctica y, por eso, improbable. Con el diario del lunes, todos ganamos el Prode. Cada uno hizo lo que pudo hacer en cada una de las etapas en las que le tocó actuar. No se pueden hacer análisis contrafácticos porque la Argentina hizo exactamente todo lo que pudo hacer en esos momentos. Lo grave es que hoy esas críticas sostengan argumentos no usados en los canjes de 2005/2010 y los mismos actores se encuentren en los antípodas.
–¿Que cambia con el pronunciamiento de la Corte de los EE.UU.?
–Ahora, cambia el escenario de conflicto con esa novedad. Este pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. confirma el fallo de Griesa de primera instancia del año 2012, y creo que lo aclaró muy bien la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el lunes a la noche cuando indica que abre otra instancia para la Argentina. Probablemente muy importante en términos de lo que significa la situación, que es bastante distinta a las situaciones anteriores. Y en esta instancia, creo que habrá que discutir que primero hay que defender los pasos dados y lo actuado con los bonistas que ingresaron al canje y cumplir con esos contratos y mucho después prestar atención, si se hace, a cómo se cumple con este fallo que a su vez es utilizado como una forma final de disciplinar a nuestras políticas, con riesgos para la estabilidad de la economía y la independencia lograda en esta década.
–¿Qué recomendaría hacer?
–Lo principal es no apresurarse, dar garantías ciertas a quienes legítimamente integran ese colectivo de 92% de los que ingresaron al canje y ver cómo se exploran los mecanismos de cumplimiento de los pagos con quienes tienen esos derechos adquiridos. En el caso de plantearse una negociación lo veo casi imposible, porque el juzgado de Thomas Griesa dejó de tener una posición independiente y hoy no es parte de la solución. Griesa para Argentina por acción u omisión es parte del problema. En este marco, con las restricciones introducidas y el sesgo adoptado, Argentina no tiene garantías para negociar nada. Necesita de pasos ciertos para cumplir con quienes ingresaron al canje. De otro modo no hay posibilidades de dar ningún paso porque hay un escenario donde los Fondos quieren ir sobre nuestros pagos y embargarlos, con Griesa actuando y generando un default muy grave para nuestro futuro como sociedad independiente. Aun cuando quisiera negociarse en este marco es virtualmente imposible. Griesa debiera posibilitar una suerte de amparo para que paguemos primero con los vencimientos del canje y recién liberar el camino a una negociación. Hay muchos antecedentes internacionales, pero en la medida que no haya garantías las decisiones judiciales adoptadas por los tribunales de EE.UU. son contrarias a nuestro interés nacional y no podemos avanzar contra la soberanía de nuestra política ni la independencia de nuestras decisiones. Sólo cabe esperar que haya una Justicia que desarrolle mecanismos serios para una negociación, hoy el tribunal y el propio Griesa son parte del problema, no de la solución. Al aprobar su sentencia, la Corte de EE.UU. se apoyó en la teoría del respeto de los contratos por encima de las negociaciones del canje y, por lo mismo, cerró las puertas a considerar 10 años de historia reciente. Eso que es una sentencia firme es al mismo tiempo un impedimento que obliga a que esa misma Justicia disponga posibilidades que no encierren a la Argentina. Caso contrario, si se avanza sin garantías, la historia por error será implacable con nuestro gobierno.
–¿Es realmente tan urgente la necesidad de acceso a los mercados de capitales?
–Yo creo que el problema de la urgencia es relativa; y que la urgencia la está poniendo la agenda mediática porque hay intereses que quieren empujar a que volvamos a los organismos internacionales de crédito o emitamos deuda, que es lo que se evitó en una década que la mayoría de la población y los sectores nacionales ven como ganada. En la medida que el escenario sea amigable, lo único que amerita un regreso a los mercados es si YPF necesita conseguir recursos para sus planes de largo plazo, o se vaya a colocar deuda para desarrollar en 2014 o 2015 nuevos proyectos de infraestructura. Lo que es prioritario es en el escenario presente seguir invirtiendo en Vaca Muerta, en infraestructura, en el campo social.
–En otro orden de cosas, ¿qué potencial tienen las inversiones extranjeras para reemplazar la falta de inversiones locales?
–Las empresas nacionales tienen un rol central en el desarrollo económico argentino, las empresas extranjeras tienen liderazgo en otros sectores y son importantes, pero se deben adaptar a un modelo nacional con ahorro interno e independencia en la política de largo plazo. Las inversiones son bienvenidas cuando se aplican al crecimiento de la productividad, el progreso tecnológico y al aumento del excedente que permita mejorar los ingresos y su distribución en todos los actores de la sociedad. Cuando hay capitales extranjeros que limitan los grados de libertad de la política independiente del gobierno, en cualquier país soberano, de China a Brasil o de Rusia a la India, por tomar países emergentes exitosos y soberanos, independientes, se equilibra la hegemonía entre lo nacional y los desafíos de los intereses externos. No es necesariamente malo el ingreso de capitales, el riesgo es que su poder quiera tener hegemonía del gobierno de la economía. Griesa apunta paradójicamente a eso, que pocos decidan por todos.
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