Entrevista. Darío Díaz Pérez. Intendente de Lanús.
“Cuando el peronismo se hizo neoliberal, los pibes se fueron”
Díaz Pérez: "La patria es defender los intereses de los argentinos". (Foto de JUAN ULRICH).
Darío Díaz Pérez es el intendente del Partido de Lanús, desde el 10 de diciembre de 2007. Fue congresal del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires y secretario del PJ de Lanús desde 1997. Llegó a la intendencia ganando las elecciones generales de 2007 por el Frente para la Victoria, con el 33,94% de los sufragios. En las elecciones generales de 2011, resultó reelecto pero con el 40,72% de los votos.
En diálogo con Miradas al Sur analizó las nuevas vertientes del peronismo, señalando que “el kirchnerismo fue un proceso muy fuerte en el que no todos se sintieron invitados a participar”. Díaz Pérez entiende que el peronismo fue el resultado de una encrucijada histórica que se venía forjando con reclamos y huelgas obreras que iban dando forma a la constitución de la clase trabajadora. “El peronismo fue un salto evolutivo que entendió que la lucha de clases y que la lucha por las conquistas gremiales sino se conseguían por la vía política se volverían imposibles”, identifica.
–¿Qué cree que generó los quiebres que habilitaron y todavía habilitan el neoliberalismo dentro de amplios sectores del peronismo?
–El tiempo empezó a dejar a la vista que el imperio y los poderes hegemónicos no iban a quedarse quietos observando a los países alborotadores del statu quo de sus colonias, como el nuestro. Entre las cosas que interpreto como débiles, aparece que como el peronismo no forjaba un elemento de teoría firme, se abrazó fuertemente a la forma doctrinaria con un marco ideológico determinado y fue infiltrado por agentes del poder económico que entendían que la única forma de quebrarlo era desde adentro. Así, aparecieron dirigentes que respondían a ideologías empresariales, liberales y que quebraron y deformaron su confianza y credibilidad. Pero pasó el tiempo y producto de una crisis terminal, aparece también desde el seno del pueblo y desde el seno del peronismo, siendo crítico y por centroizquierda, esta demanda que asume Néstor Kirchner y que impulsa Cristina.
–¿Cómo ve a las nuevas vertientes del peronismo?
–Algunos dirigentes venían con una formación política e ideológica que eran aliados al peronismo profundo, pero creo que siempre fueron alianzas, nunca los ideólogos o conductores del proceso. Y eso es lo que estamos viendo hoy; fuimos descubriendo de a poco que algunos que teníamos al lado, tenían un perfil neoliberal. Nos acompañaron durante un tiempo, pero hoy sienten que algunas de las contradicciones naturales que se generan por el desgaste lógico de 10 largos años, podrían ser aprovechadas por los sectores de intereses no nacionales. Mucha de esta dirigencia les presta hoy alegremente el nombre del peronismo, como lo intentaron otras veces. No van a tener éxito y me animo a vaticinar que esto se terminará descubriéndose en poco tiempo. Porque acá todo se termina resumiendo a la dicotomía patria y antipatria. Porque la Patria no se limita a cantar el Himno Nacional, Aurora y la Marcha de San Lorenzo. La Patria es defender los intereses de los argentinos fuertemente, sin influencias. Y cuando pensamos que las AFJP tienen que estar en manos del Estado nacional, popular, progresista y transparente, no es lo mismo que armar unas AFJP paralela, como han propuesto algunos durante la campaña. Ahí también es pueblo o antipueblo. Creo que los nacionalismos están tomando forma y se están preparando para conformar la etapa del continentalismo que aquél viejo extraordinario que fue Perón, planteó hace mucho tiempo.
–De cara al 2015, ¿cómo cree que se ordenará el peronismo, incluido el kirchnerista?
–Yo creo que hay una parte del debate que se viene dando dentro del campo popular que con la presencia del gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se esclareció bastante. La ausencia de Cristina y de la conducción directa de ellos nos va a traer algunos problemas de ese debate ideológico, donde se corre el riesgo de que se postergue lo ideológico por lo de siempre, por el poder y por lo pragmático. Imagino que van a venir momentos de definiciones complejas, no va a poder ser todo tan unívoco como ahora. Tal vez, y ojalá no, tengamos que aceptar algún tipo de pragmatismo para no perder lo central ni el objetivo primario, pero imagino que con la ausencia activa de Cristina presidenta, algunas dificultades respecto de las definiciones de los proyectos podemos tener. Así y todo, hay un terreno armado por nosotros, los cuadros secundarios, los auxiliares, donde lo que se ha avanzado en términos político-ideológicos que nos hará jugar lugares importantes.
–¿Se refiere a que van a ejercer algún tipo de condicionamiento a quien asuma la conducción?
–Palabras más, palabras menos, creo que los que estamos comprometidos con este proyecto vamos a reclamar que quien se haga cargo cumpla con todos los valores esenciales del proyecto. Y si olfateamos alguna desviación, estaremos anunciándola.
–¿Rompiendo filas?
–No sé si hace falta tanto, pero cuando los cuadros políticos del peronismo, al menos del que hoy está en el poder, toman posiciones públicas, es muy fuerte. Creo que eso condiciona a cualquier gobernante para no equivocarse, más allá de pequeñas correcciones o alteraciones. Esas grandes definiciones van a asegurar de que no se aparte del esquema. Además, algo que este proyecto ha formado como garante es la participación de los jóvenes, que a su vez nos condiciona e interpela también a nosotros los cuadros auxiliares. La participación juvenil es un termómetro, cada vez que el proyecto peronista se hizo neoliberal, los pibes se fueron.
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