“En 2015, apoyaremos al candidato peronista que salga de las PASO”
El secretario general de la CGT analiza la conducción del movimiento obrero de los últimos años, los reclamos policiales, revela cómo entiende el momento actual, cómo fue su encuentro con el papa Francisco y cuáles son los desafíos por venir. Una charla a fondo con quien prefiere encontrar puntos de encuentro que permitan la coexistencia de todos los sectores.
Su oficina en el noveno piso del edificio sede central de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) de la calle Alsina al 400, a la vuelta de la Plaza de Mayo, es espaciosa. Detrás de su escritorio, sobre la pared, una foto de Perón; sobre su derecha, de Evita; sobre la izquierda y en el medio, pero apoyada sobre una cómoda, la imagen de Lorenzo Miguel, a quien reconoce como su mentor.
La entrevista fue realizada a pocos días de su encuentro en el Vaticano con el Papa Francisco. “La reunión fue de diez. Nos quedamos sorprendidos. Nos recibió a unos veinte y pico de muchachos, como en una reunión de compañeros. No fue nada protocolar.” Gira para mostrar una foto ampliada todavía sin enmarcar que los muestra a todos riéndose con ganas. “Mirá. Muy buena foto, muy distendida.”
–¿Cuáles fueron los ejes de esa reunión?
–Hablamos de la necesidad de trabajar juntos por el reencuentro de los argentinos; de la necesidad de trabajar por bajar la pobreza y porque los chicos vayan al colegio.
–¿Le pidió que acompañaran la reforma del Código Civil?
–No, no. Nos pidió por el trabajo en conjunto. Y es en lo que voy a empezar a trabajar el año que viene. No en la unidad, sino en el reencuentro. Un reencuentro basado en la pacificación del país, en que haya menos pobreza, en que los chicos vayan a estudiar.
–¿Cómo se trabaja por la pacificación en medio del conflicto de intereses entre patronal y movimiento obrero?
–Una cosa son los conflictos y otra cosa es el reencuentro, son dos cosas distintas. Una cosa es el reencuentro, algo que hacemos entre todos y otra es el conflicto que lo trabaja cada uno individualmente en su gremio. Lo que dio a entender es que estamos desencontrados los argentinos. La verdad es que cuando él estaba acá no era su amigo, pero lo vi con unas ganas de pacificar el mundo…
–¿Cree que a partir de su asunción haya ampliado su visión del orden mundial actual?
–No, yo creo que ya tenía esa imagen de lo que era el mundo. Entendamos que él fue el gran promotor por detener la guerra inminente entre Irán y Norteamérica. El día anterior a nuestra reunión, estuvo con Vladimir Putin hablando de estos temas. Tenemos que estar orgullosos de tener un Papa argentino. Hoy tengo la satisfacción, y lo digo con orgullo, de que cuando a Francisco lo nombraron, esa misma tarde, mientras muchos titubeaban de cómo interpretarlo, saqué una solicitada en el diario demostrando el orgullo de tener un Papa argentino; a título personal y después como la CGT y el movimiento obrero, que es profundamente católico. También tuve la suerte de acompañar a la señora Presidenta cuando él asumió.
–Sin embargo, con la cúpula de la Iglesia, el movimiento obrero ha tenido grandes problemas desde el ’55 a estos días...
–Sí, bueno. Pero se ha modernizado todo. Han cambiado los ejes del gremio y los de la Iglesia. No son las mismas cúpulas de ahora a las del ’55 en ninguno de los dos espacios... En la reunión con el Papa, nos dijo: “Si hay dos eslovenos hacen un coro, si hay dos serbios hacen una guerra, si hay dos croatas hacen un parlamento”. Y yo pensé: “Si hay dos argentinos hacen una interna”. Y creo que ése fue el mensaje. Pide que nos dejemos de internas y empecemos a trabajar por pacificar el país.
–Hablando de internas, ¿cómo ve que existan 5 CGT?
–Como movimiento obrero, siempre tenemos que tratar de que haya una CGT única. Y, por ahora, reconocida legalmente, acá hay una CGT única. Ojalá todos los compañeros lo entiendan y breguemos por estar todos juntos, más allá de las diferencias políticas o ideológicas que pudiéramos tener. Porque los problemas de los trabajadores son iguales para todos. Por eso me parece central la propuesta del Papa para el 2014.
–Usted dijo que el movimiento obrero se supo unir cuando tuvo un enemigo claro como fueron los militares. ¿Considera que la democracia, en estos 30 años, permite un juego donde 5 CGT no impliquen un movimiento obrero desunido?
–No. Los trabajadores no están desunidos. Hay distintos enfoques políticos sobre cómo se tratan los problemas. Si analizamos estos últimos 10 años, no un hubo ningún ataque al movimiento obrero, que era lo primero que atacaban cuando estaban los militares. Esto es como en el barrio, atacan a uno y saltamos todos. El peronismo tiene varias vertientes y no por eso dejamos de ser peronistas. Dentro del movimiento obrero, siempre hubo dos tendencias, gente más combativa o menos combativa, gente más dialoguista y menos dialoguista, pero al final, cuando hay un problema para los trabajadores, cuando estaba el compañero Saúl Ubaldini, convocaba a un paro nacional y estábamos todos unidos. Y si hubiera hoy un problema grave contra los trabajadores, que por ahora no lo hay, vamos a estar todos juntos, ni lo dude.
–¿Cómo evalúa el momento actual del movimiento obrero?
–Nosotros ahora esperamos en marzo poder volver a discutir las paritarias libremente, como en estos últimos 10 años consecutivos, algo inédito en la historia del movimiento obrero argentino. Tampoco el mundo está hoy como estaba 10 años atrás. El mundo está convulsionado. Entre todos tenemos que tratar de seguir manteniendo este crecimiento que tuvimos en la Argentina gracias al cual se crearon 6 millones de puestos de trabajo. La UOM tenía 60 mil trabajadores y ahora tiene 250 mil. Mi objetivo es que estos 250 mil puestos de trabajo sigan vigentes.
–En conversaciones con otros líderes sindicales del mundo, ¿cómo ven la Argentina de hoy?
–Los líderes sindicales de otros países no entienden el modelo sindical argentino. Se asombran de que tengamos paritarias, de que las discutamos, de que manejemos la obra social, de que damos capacitación, tenemos escuelas... no, ellos no lo entienden.
–¿Cómo ve la tensión por la puja distributiva entre empresas-trabajadores?
–En esa relación siempre digo que tenemos que entendernos como socios. Yo tengo que bregar por que los trabajadores tengan un buen salario, pero también tengo que cuidar que las empresas crezcan. Si las empresas crecen mejoran la cantidad y condiciones de los puestos de trabajo. Después, cuando discutimos salarios, estaremos enojados unos meses; mi función es esa. Por eso, en tiempos de crisis mundial, al menos en la UOM, de los 250 mil puestos de trabajo, no perdimos ni uno. Siempre digo que tenemos que deponer actitudes conflictivas y bregar para que a todos nos vaya bien, pero a todos: a los periodistas, a los dirigentes gremiales, a los empresarios, a los políticos. Todos tenemos que tratar de hacer ese reencuentro del que hablaba al principio. Ya atravesamos el 2001, fruto de los ’90 donde la UOM se quedó sin industria. Vamos a hacer lo imposible para que este modelo industrial siga vigente. Y lo vamos a defender como sea. Me acuerdo ahora que en el Día de la Industria, en el evento que se hizo en Tecnópolis, cuando la señora Presidenta pidió que levante la mano si es que hay un empresario que haya perdido plata durante estos 10 años, no encuentra a ninguno. Imposible negar que no la habrán levantado en cantidades extraordinarias. La otra prueba es que si estaban ahí era porque ninguno perdió plata, sino no van, seguro.
–Retomando el tema de la puja distributiva, una cosa es pelear por mejoras salariales y otra muy distinta es pelear contra la desocupación.
–Claro. Nosotros tenemos que focalizar nuestro esfuerzo en que cada vez haya menos desocupados en el país, ésa es nuestra función más fundamental. ¿Qué quiere el trabajador? un salario digno, en buenas condiciones, pero también quiere que no peligre su puesto. Recuerdo siempre que veía a mi vieja y a mi viejo levantarse a las 5 de la mañana para ir a trabajar. Tenemos una generación en la que los chicos no vieron a sus padres levantarse para ir a trabajar. Te cuento algo que me impactó para siempre: en el barrio, yo tenía un amigo que había perdido el laburo y durante un año y medio se seguía levantando todos los días a las 5 de la mañana, se iba y volvía a las 3 de la tarde. Un día le pregunto por qué lo hacía y me dice: “Quiero que mi hijo vea la costumbre del trabajo”. Me quedó grabado eso, me marcó a fuego.
–¿Cómo analiza la situación del trabajo informal y cómo cree que se puede modificar en un país con una economía con un alto índice de informalidad?
–Es el trabajo pendiente que tenemos los dirigentes. Desde la CGT estamos trabajando junto con el ministerio de Trabajo y con los empresarios para ver cómo reducimos este 23 ó 25% de trabajo en negro al mínimo posible. Pronto va a salir un anuncio.
–¿Cuánto le preocupa el proceso inflacionario? ¿Cree que las paritarias permiten ganarle a la inflación?
–Las paritarias son un derecho de los trabajadores que nos dio el compañero Kirchner. Cuando asumí en el año 2004, la UOM no tenía paritarias desde los ’90 y teníamos un salario oficial de $2,35 la hora. Estamos recomponiendo el salario pero tiene que ser de modo paulatino. Lorenzo Miguel decía que el pollo come el maíz de a uno; no los come todos juntos.
–¿Ve un 2015 con candidato obrero?
–¿Lo dice por mí? No. Ya estoy grande, lo que me queda por dar es consejos; poner mi experiencia al servicio de los jóvenes. Nosotros apoyaremos al presidente que salga de la interna peronista de las PASO. El que sea peronista, tiene que participar en la interna peronista. Si no participás en la interna, para mí, no sos peronista. Soy peronista desde la primera hora, y todo aquel candidato que quiera representar al peronismo que se presente en la interna. Al que salga de esa interna, yo lo voy a apoyar, se llame como se llame. Y si es un compañero del movimiento obrero, mejor todavía.
–Pero hay candidatos que apoyan un proyecto privatizador, en línea con el que dejó al país sin industria…
–Si hace eso, no es peronista...
–¿Menem no era peronista, entonces?
–Con esto de los festejos por los 30 años de democracia, ¿escuchaste lo que decía Menem? Yo me quería morir, hablaba de revolución productiva y salariazo, eso nos prometió y nosotros lo compramos, y nos hundió. Me quería morir…
–¿Coincide con que en los ’90 condujo la CGT un dirigente de Camioneros justamente porque la industria estaba destruida y que ahora cambió porque cambió esa situación?
–Eso del gremio que le toque dirigir la CGT es circunstancial, porque también estuvo la construcción, empleados de comercio, hubo tantos. Eso no quita que el gremio mayoritario no tenga preponderancia. Se elige más o menos al compañero que uno ve que está capacitado para conducir la CGT, más allá de que sea un gremio chico. Nosotros lo que tenemos que aprender es que si a vos te eligen Secretario General de un gremio yo te tengo que respetar porque tus compañeros están contentos con vos. Yo tengo que respetar a todo el mundo y no soy quién para cuestionarlos si sus compañeros están de acuerdo con él.
–Algunos sectores reclaman democratizar más los gremios. ¿Qué mirada tiene sobre eso?
–La verdad es que no comparto con quienes cuestionan la democracia sindical. Y pongo como ejemplo mi gremio: para ser dirigente gremial de la UOM, tenés que tener las condiciones que te pide el estatuto, ser o haber sido delegado y tener un 3% de firmas que avalen tu candidatura. Tal como ocurre con los partidos políticos, si no tenés firmas no podés presentar.
–¿Qué opina de los acuartelamientos y la extensión de las policías provinciales para reclamar mejoras salariales?
–Yo lo que te digo es que hay que pacificar la Argentina, entre todos. Lo que vimos estos días a mí me entristece como argentino. Que haya habido once muertos... si vos me decís que en el año 2001, con toda la pobreza que había, con los compañeros que no comían, que no había fábricas, que los pibes iban descalzos a pedir comida… pero hoy, con 6 millones de puestos de trabajo, con 3 millones de jubilados, todo el mundo está siendo contenido, no les falta comida. Yo no voy a estar en contra de los reclamos salariales, pero sí de los métodos. Tampoco son los mismos métodos en una fábrica que con una fuerza de seguridad… la Policía no puede dejar zonas liberadas, nos tiene que dar seguridad… Yo siempre recuerdo que Techint tiene hornos, y que puedo hacer un paro de 50 días, pero no puedo abandonar el horno… no lo puedo dejar parado, porque son pérdidas esenciales… y la seguridad también es esencial, así como el médico tampoco puede abandonar una guardia. No sé qué les pasó por la cabeza, no lo puedo entender. Aprovecho para llamar a reflexión a todos los muchachos. Por favor, pensemos en el país.
–Moyano apoyó el reclamo policial y nunca repudió la extorsión…
–Pregúntele a Moyano.Yo no opino del compañero Moyano. Es mi estilo, yo nunca hablo mal de un compañero.
–El diputado Fernando Chino Navarro dijo que la amenaza del paro de Moyano es una extorsión al pueblo argentino. ¿Qué opina?
–Yo no creo que ningún dirigente gremial hace un paro general por una extorsión; si uno hace un paro general lo hace para pedir un mejor salario para los trabajadores, eso es lo que haría yo...
–¿Cuál será el mayor desafío para el movimiento obrero para el 2014 y de cara al 2015?
–El reencuentro de los dirigentes gremiales, y que el 2015 nuevamente, entre todos, trabajemos para que haya un presidente peronista.
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