Publicada en Miradas al Sur el 02/06/2013

Conquistas laborales y desafíos pendientes
El trabajo en la argentina. El Ministerio de Trabajo de la Nación detalló esta semana en un extenso informe la pelea que se dio en la última década para regularizar el trabajo y para generar más fuentes de empleo a pesar del contexto internacional adverso.
En un encuentro realizado esta semana en el Ministerio de Trabajo y del que participó Miradas al Sur, el ministro Carlos Tomada y su equipo presentaron un informe sobre el empleo en la Argentina y sobre los esfuerzos desarrollados en la última década por regularizar las relaciones laborales. También se habló de los talleres clandestinos y del hecho inédito en el país de llevar adelante el período más largo con paritarias anuales que genera una cultura que naturaliza la discusión de las condiciones laborales.
Empleo. La reunión en el Ministerio de Trabajo dio el marco en el que se formalizó la entrega de un informe sobre la evolución reciente del empleo asalariado registrado en el sector privado y otro sobre la evolución de la población ocupada en el primer trimestre de 2013 sobre los que Tomada revisó algunos puntos que justificaría la afirmación de que, pese al contexto internacional adverso, el empleo privado registrado no sólo no cayó sino que creció. Además, este dato es compatible con los últimos datos publicados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) según los cuales el aumento del desempleo se produjo por un incremento en la tasa de actividad más que por una destrucción de puestos de trabajo; y que esta dinámica es el resultado del proyecto socioproductivo vigente desde 2003.
Según revela el informe, durante el año 2012, al igual que en el 2009, la crisis económica internacional condicionó la evolución de la economía argentina, hecho que afectó la dinámica laboral instalada desde el año 2003 que se centra en la creación de empleo de calidad (registrado en la seguridad social) por parte de empresas privadas.
La marcada desaceleración del crecimiento del empleo asalariado registrado el año pasado respecto de la expansión que había registrado en los últimos diez años podría evidenciar también dos hechos descriptivos del proyecto socio-productivo vigente para enfrentar las dificultades del contexto adverso: primero, que a diferencia de lo que ocurría sistemáticamente en el pasado, las empresas privadas no destruyeron puestos de trabajo registrados. Y, segundo, la capacidad que presenta la estructura productiva para restablecer el crecimiento del empleo, hecho que se confirma en el primer trimestre de 2013 dado que el sector privado ha vuelto a crear puestos de trabajo formales.
De acuerdo con información elaborada a partir de los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), la cantidad de asalariados registrados en empresas privadas de todo el país creció 1,3% en el año 2012, lo que implica la creación de alrededor de 80 mil puestos de trabajo. Si se tiene en cuenta que la tasa de crecimiento observada en el año 2012 es inferior a las tasas anuales verificadas desde el año 2003, el aumento del 1,3% en el empleo privado en 2012 contrasta con el crecimiento promedio del 9,1% alcanzado entre los años 2003-2008, incluso con la expansión del 3,7% en los años 2010-2011(luego del inicio de la crisis producida por el sistema financiero internacional).
Sin embargo, en un contexto internacional como el actual donde las empresas de países desarrollados reducen su personal; en la Argentina, el empleo formal no sólo no se contrajo, sino que evidenció un crecimiento moderado.
Asimismo, otro aspecto destacado, según el documento dado a conocer por Tomada, fue que a partir del crecimiento alcanzado en 2012 la cantidad de empleos privados registrados en la seguridad social localizados en las empresas del ámbito privado es un 80% superior al nivel observado antes de la implementación del actual patrón productivo (en el año 2002). Esto implica que el total de las empresas privadas del país crearon algo más de 2,8 millones de empleos formales durante los últimos diez años.
Según el informe, de los 34 sectores económicos analizados, menos de la tercera parte presentó una dinámica contractiva durante el 2012 y continuó disminuyendo su empleo en el primer trimestre de 2013. Este conjunto se encuentra encabezado por la construcción (de donde proviene aproximadamente la mitad de los puestos de trabajo que se perdieron en el año) y los servicios inmobiliarios y empresariales.
Empleo en el ministerio. Finalmente, al cerrar la presentación del informe, el ministro Tomada detalló que cuando asumió, en su cartera, había 1.200 empleados y 1.400 en condición de servicio, es decir, trabajadores que facturaban al Estado por las tareas realizadas y que no gozaban de vacaciones, ni aguinaldos, ni de ninguno de los beneficios que otorga el trabajo registrado. En ese sentido, subrayó que, actualmente, los empleados en blanco son 3.856 y que han quedado en condición de prestadores de servicio 189, pero que igualmente cobran aguinaldo y vacaciones. Esto parecería dar respuesta a las acusaciones mediáticas presentadas por el dirigente de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, Julio Piumato, según las cuales en el Ministerio de Trabajo el 75% de los empleados están precarizados. “El Ministerio de Trabajo es el más proactivo en tener a todo el personal regularizado”, señaló Tomada.
Negreros. La presentación del informe en el Ministerio de Trabajo habilitó retomar un tema que ocupó las noticias de varios medios: el descubrimiento de nuevos talleres textiles clandestinos. “La mayoría de los talleres textiles se encuentran en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense”, revelaron luego de que esta semana personal de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) allanara cuatro talleres textiles clandestinos en el barrio porteño de Floresta donde esclavizaban trabajadores. Allí, además de menores de edad, trabajaban en situación irregular el 99% de los trabajadores. Incluso, se constató que una familia vivía en condiciones inhumanas con su hijo menor de edad en una habitación del lugar de trabajo.
Según informó Télam, en uno de ellos apresaron al dueño, que quedó detenido junto con su esposa y su hermano, que oficiaba de encargado. El detenido se encontraba inscripto en la AFIP como monotributista y declaraba ventas anuales inferiores a los 72.000 pesos. Sin embargo, tenía 19 empleados que producían cerca de 1.100 jeans semanales.
Sólo en 2012 y 2013, la AFIP fiscalizó a más de 240 talleres textiles en la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires. Más del 90% de los trabajadores no se hallaba correctamente registrado.
Entre ellos, se encuentra con pedido de declaración indagatoria el titular de Falabella, Juan Luis Mingo Salazar, por presunta explotación. La citación fue realizada por el fiscal Federico Delgado a pedido del juez Claudio Bonadío. También están citados los empresarios Héctor y Gustavo Mitelman y Robert Egber Tupino Yncacutipa.
El objetivo de las inspecciones es combatir la dación clandestina de trabajo, la entrega de tareas sin previa habilitación, la falta de inscripción de los obreros ocupados, el pago de los salarios inferiores al mínimo vigente, el incumplimiento de beneficios sociales y de Seguridad Social y la verificación de toda la documentación referida a la relación patrón/empresario/dador de trabajo obrero a domicilio.
En ese sentido, desde el Ministerio de Trabajo revelaron que desde el 2007 se han realizado inspecciones en 1.138 talleres por denuncias sobre irregularidades dando inmediata intervención a la autoridad administrativa local. Se recordó que en la legislación argentina, la inspección del trabajo no necesita orden judicial de allanamiento para ingresar y que pueden contar con el auxilio de la fuerza pública. Se observó también que la Ley 12.713 comprende a aquél personal que realiza “trabajo a domicilio”, que es el que se lleva a cabo en la vivienda del obrero, o en un lugar elegido por él, o en la vivienda o local del tallerista, para un patrón o intermediario y que para hacerla cumplir se requiere de la colaboración del trabajador, puesto que sin su ayuda se dificulta detectar la dación clandestina y controlar la entregas de tareas.
Según la investigación, en los talleres allanados trabajaban personas “con cama adentro” que cobraban en mano 1.500 pesos luego de que el empleador les redujera mil, por la comida y vivienda.
http://sur.infonews.com/notas/conquistas-laborales-y-desafios-pendientes