Publicada en Miradas al Sur el 20/01/2013

Desde la resistencia a la victoria

El 22 de enero se cumplen tres años del segundo mandato del MAS en Bolivia. Fue fundado en 1995, pero su actual sigla la adoptó en 1999. Surgió como un órgano político del movimiento campesino de carácter antiimperialista e indigenista. Su principal logro fue articular las reivindicaciones de los trabajadores de la coca con las clases medias urbanas.
Cuenta la leyenda que la raza estaba irremediablemente vencida. Los blancos, orgullosos y déspotas, no se dignaban a considerar a los indios como seres humanos. Los habitantes del imperio del Sol soportaban calladamente la esclavitud o huían a regiones aún no exploradas por los intrusos. Y dice que un grupo se embarcó en balsas de totora y atravesó un lago hacia donde el anciano yatiri Kjana-Chuyma luchaba con la muerte. Kjana-Chuyma dijo entonces: “Suban al cerro. Encontrarán unas plantitas de hojas ovaladas. Con ellas tendrán alimento y consuelo frente a las duras fatigas y el despotismo del hombre blanco. En los viajes hará breve y pasajero el camino. En el fondo de las minas les ayudará a soportar la oscuridad y el terror. Cuando quieran saber algo de su destino, un puñado de hojas lanzado al viento les dirá respuestas. Y cuando el blanco quiera hacer lo mismo, le sucederá lo contrario. Su jugo, que para ustedes será la fuerza y la vida, para ellos será un vicio repugnante y degenerador: mientras para los indios será un alimento casi espiritual, a ellos les causará la idiotez y la locura. Cultiven esta planta. Que no se extinga”. Luego de esto, el viejo murió. Dolidos, lo sepultaron donde estaban las hojas de coca. Recordando las palabras del sabio, cada uno tomó un puñado de aquellas hojitas ovaladas se pusieron a masticarlas. Y ocurrió la maravilla. Aquél amargo jugo, comenzó adormecer su pena lentamente... (Antonio Díaz Villamil, Leyendas de mi Tierra, Editorial América)
Es difícil comprender cómo llega al poder el Movimiento al Socialismo (MAS) si no se tiene en cuenta lo que significa para unos y otros la hoja de coca y la posesión de la tierra desde lo histórico, económico, social y espiritual.
Bolivia es un país que genera un PBI de U$S 24.000 millones (según datos de 2012) y de acuerdo con el censo de 2010, tiene una población de 10.426.160 habitantes.
Según datos reproducidos por Bruno Fornillo, Bolivia tiene una superficie de 109.858.100 hectáreas (ha) y descontando las manchas urbanas, cuerpos de agua, salares, etc., la superficie objeto de saneamiento es de 106.751.723 ha, de las cuales sólo el 65% es económicamente aprovechable. Detalla entonces, que mientras que entre 1996-2005 se sanearon 9,3 millones de ha de comunidades indígeno-campesinas, en los primeros cuatro años de gestión del gobierno del MAS se sanearon 28,4 millones.
En diálogo con Miradas al Sur, el periodista Pablo Stefanoni explica: “El MAS no es un partido clásico, sino que fue pensado como el brazo político de los sindicatos campesinos y las organizaciones indígenas. Se fundó en 1995 como Asamblea por la Soberanía de los Pueblos. Al no conseguir la personería electoral se presentó con varias siglas diferentes, primero como Izquierda Unida y luego de una división en 1999 como Movimiento al Socialismo (MAS), una sigla que provenía de un pequeño grupo de la agrupación Falange Socialista Boliviana que había girado a la izquierda”. El coautor de Debatir Bolivia agrega que “la organización del MAS es compleja; es un partido sui generis que se expandió desde el campo hacia la ciudad, lo que generó tensiones ya que no podía seguir siendo el simple brazo político de los campesinos. Y si bien tiene una estructura asamblearia, desde que está en el poder, muchas decisiones partidarias se toman desde el gobierno. El MAS influye en el Estado y el Estado incide sobre el MAS”.
Haciendo historia. “Nuestro movimiento representa al movimiento político de liberación del pueblo boliviano y de América latina y es el partido más grande de toda la historia de Bolivia”, dijo en 2010 Evo Morales Ayma, en su discurso por los 15° aniversario de la fundación del partido que lo llevó al gobierno.
En su corta historia, desde su fundación en 1825, Bolivia fue despojada de más de la mitad de su territorio por guerras o tratados diplomáticos. Se vaciaron a precio vil sus yacimientos de plata, estaño, petróleo, gas y plantaciones de goma y castaña bajo la conducción de clases dirigentes oligárquicas que adoraban al extranjero, que impulsaban el crecimiento de los latifundios y reprimían las rebeliones indígenas u obreras. Luego se sucedieron etapas de nacionalismos con dictaduras; donde por un lado se articulaba frente a reclamos populares y se buscaban desarrollos locales, reforma agraria incluida, o por otro, se buscaba regresar al régimen anterior, se establecían monopolios a favor de la explotación y exportación a compañías extranjeras. Se alternaban entre gobiernos liberales y conservadores pero siempre la gran masa indígena era proscripta de los procesos electorales.
Pero por la llamada crisis del Estado nacionalista de los ’80 –que incluyó una traumática hiperinflación– se instaló el neoliberalismo imponiendo apertura irrestricta al comercio internacional, expansión del capital monopolista y la privatización de los recursos naturales y los servicios públicos. Así, a la llamada “Guerra del agua” del 2000 (una insurrección popular contra la privatización del servicio del agua donde por ley se exigía una licencia para acumular agua de lluvia), le siguió la “Guerra de la Coca” de enero de 2002 contra la embajada norteamericana que exigía la prohibición de los mercados de la coca; y la “Guerra del Gas” de 2003 en oposición a la exportación de gas a Estados Unidos por puertos chilenos, que derivó en la demanda de nacionalización; todas ellas con movilizaciones, represión y muertes.
En el medio, la hazaña electoral de 2002, donde Evo Morales alcanzó un sorprendente segundo lugar, muy cerca de Gonzalo Sánchez de Lozada, el ganador.
“Nacionalización sin indemnización” se leía en las paredes, reclamando la recuperación de los hidrocarburos. La consigna fue tomada como bandera por el MAS y la sumó a las de la defensa de la democracia frente al interés golpista de la derecha.
Según Lorgio Orellana Aillón, sociólogo boliviano de la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba, “el desplazamiento del MAS hacia la centro izquierda debe entenderse como un fenómeno básicamente sociológico. Es resultado del aumento del peso político de las clases medias urbanas dentro del movimiento. El devenir del MAS es la expresión de la dialéctica entre los campesinos y las pequeñas burguesías urbanas, entre un movimiento de clase antiimperialista y un movimiento de clases medias intelectuales básicamente democrático. Y que el mismo Evo señalaría como una “alianza entre la identidad cultural y la capacidad intelectual”.
Quién es Evo. “Siempre hubo más evismo que masismo. Sin Evo el MAS no podía ganar. Como el MAS está integrado por sindicatos cocaleros, gremios urbanos, mineros, sectores medios, profesionales, es una suerte de democracia corporativa sin una estructura orgánica muy definida que pueda articular todas esas tensiones, lo único capaz de mantener todo eso unido es el liderazgo de Evo Morales”, agrega Stefanoni.
Cuando era niño, Evo vivió en una casita de adobe y techo de paja de tres por cuatro metros (dormitorio, cocina, comedor, todo junto); al lado, el corral para sus animales. A los seis años, junto a su padre y hermana fue a Tucumán, Argentina, a trabajar en la zafra de la caña de azúcar. Siempre le gustó el fútbol y cuenta que cuando las llamas estaban pastando las gambeteaba una por una con una pelota.
Tenía 12 años cuando supo del Golpe de Estado que dio Hugo Banzer Suárez. Iba con su padre caminado hacia Cochabamba. “Recuerdo la carretera repleta de gente que arrojaba cáscaras de naranja o plátano… Yo recogía esas cáscaras para comer”, recuerda. Luego, trabajó de ladrillero, panadero y tocó la trompeta en la Banda Real Imperial. Más tarde migró a la zona cocalera del Chapare. Allí fue Secretario de Deportes de su sindicato, y luego Secretario General. En 1989, en un homenaje a los compañeros caídos en defensa de la coca, policías rurales lo golpearon y arrojaron al monte, creyéndolo muerto.
En 1997, llegó al Parlamento como diputado uninominal por Cochabamba con el 70% de los votos. Y en 2002 elaboró un programa que incluía la convocatoria de una Asamblea Constituyente y la recuperación de los hidrocarburos.
Según Stefanoni, “el derrumbe de todos los partidos políticos que se habían agrupado en la llamada megacoalición para sostener el statu quo durante la crisis de 2003 contribuyó a que el MAS pudiera transformar la rebelión en las calles en un triunfo electoral”.
En diciembre de 2005, Evo ganó las elecciones presidenciales con un sorprendente 53,74% de los votos, frente al 28,59% de su principal opositor, Jorge “Tuto” Quiroga, que había sido vice de Banzer. “Desde Tiwanaku empieza una nueva era para los pueblos del mundo, sólo con la fuerza del pueblo vamos a acabar con el estado colonial”, dijo Evo al asumir y resucitaba imágenes del levantamiento aymara liderado por Túpac Katari en 1781, inspirador de todos las revoluciones independentistas de la época.
En 2008, se sometió a un referéndum revocatorio donde ratificó su cargo con el 67% de los votos. En 2009, a través de una Asamblea Constituyente conformada por los representantes de todos los sectores del país y con récord de participación que superó el 90%, se aprueba la nueva Constitución por más del 61% de los votos.
Logros. En 2006, inició un “proceso de nacionalización de los recursos del país”, específicamente, las reservas de gas. También reestatizó la mina de estaño de Huanuni. Al año siguiente, rescindió el contrato de servicios de agua y saneamiento del departamento de La Paz y reestatizó el Complejo Metalúrgico Vinto. En 2008, nacionalizó Entel, la mayor telefónica en Bolivia, hasta entonces en manos de Telecom. También ése año, el Estado adquirió la totalidad de la Compañía Logística de Hidrocarburos Boliviana (CLHB) de capitales alemanes y peruanos. Además, concretó la compra de más del 50% de las acciones de la petrolera Andina, hasta ese entonces filial de Repsol YPF. Recuperó la mayoría accionaria (51%) de Chaco, (entonces de la British Petroleum) y el 50% de las acciones de la petrolera Transredes (en manos de Ashmore y Shell). En 2009, se estatizaron todas las acciones de la empresa AIR BP Bolivia, que daba el suministro de combustibles de aviación en los aeropuertos. En 2010, se inició el proceso de estatización del sector eléctrico y se decretó la estatización de la tercera parte de las acciones de la principal cementera del país. En 2012 se anunció la nacionalización de la Transportadora de Electricidad SA y se nacionalizó la mina de Colquiri.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo en la gestión de Evo Morales, el producto interno bruto (PIB) creció un promedio del 5,2% por año logrando picos de 7,1%; y en 2010, el Banco Mundial (BM) modificó la calificación de Bolivia, de país de ingresos bajos a país de ingresos medios.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano, escribió en su último libro Los hijos de los días: “Por algo será que la bandera indígena de los Andes rinde homenaje a la diversidad del mundo. Según la tradición, es una bandera nacida del encuentro del arcoiris hembra con el arcoiris macho. Y este arcoiris de la tierra, que en lengua nativa se llama tejido de la sangre que flamea, tiene más colores que el arcoiris del cielo”.
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