Nota publicada en Miradas al Sur el 12/08/12

La construcción territorial detrás del proyecto nacional

La entrevista se había arreglado para las primeras horas del día, bien temprano. El lugar: la oficina del intendente, en la sede de la Municipalidad de Avellaneda, un edificio moderno sobre la calle Güemes. En la antesala, en una de las paredes se destaca un pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo que, enmarcado, recuerda de dónde venimos y reclama: "Aparición con vida". Además, cuelgan varios cuadros pequeños de asociaciones civiles que agradecen la ayuda recibida. Ya en su oficina, mandan una foto de Perón, otras familiares, el termo y el mate con los símbolos de Argentinos Juniors, el club favorito de Ferraresi. A su espalda, la foto de Cristina Kirchner con el bastón de mando y el vestido blanco con el que asumió por primera vez la presidencia. La imagen tiene una inscripción irónica: "Krispados".
"No creo que haya una interna entre Scioli y Mariotto –arranca Ferraresi ante la pregunta del cronista–. Lo que hay son visiones diferentes sobre la forma de gestionar. En estas últimas dos o tres semanas hubo una rectificación de las políticas públicas de la Provincia. Se adecuaron a las políticas de la Nación. Creo que es un tema totalmente saldado", dice Ferraresi, uno de los principales referentes del Frente para Victoria en el siempre complejo tablero del conurbano bonaerense. Que la cuestión esté "saldada" no implica que las diferencias existan y se reproduzcan. Diferencias que, en el plano local, tienen por referentes a Ferraresi y Carlos Baldomero Álvarez Moreno, su antecesor en el cargo. "Tenemos visiones diferentes de la construcción del país. Nosotros estamos con el proyecto nacional que conduce la Presidenta. Desde la agrupación que él dirige (N. del R.: se refiere a La Juan Domingo) hicieron planteos fuera de tiempo. Tanto que el gobernador no participó de ningún acto de la agrupación. No sé qué nivel de respaldo tiene. Creo que ninguno", afirma Ferraresi.
–Se diría que algunos intendentes están pensando más allá de las elecciones legislativas del año próximo… Que están pensando en el año 2015…
–En lo particular, no es algo que me preocupe. Hace apenas siete meses que iniciamos una nueva gestión; tanto en la intendencia, como en la gobernación y en la presidencia de la Nación. Debemos focalizarnos en trabajar muy fuerte. La Presidenta tiene perfectamente en claro el quién, el cómo y el cuándo. Nosotros sólo debemos ocuparnos de la construcción territorial detrás del proyecto nacional. A los vecinos sólo les preocupa que sostengamos el crecimiento económico, que haya trabajo, que se hagan obras públicas, que sigan las políticas de inclusión, que mejoren las jubilaciones, que la educación siga firme y que no tengamos dificultades como los paros que hubo este año en la provincia.
Números y gestión. Las estadísticas señalan que en los 54 kilómetros cuadrados del partido de Avellaneda viven 366 mil personas. El presupuesto anual de la intendencia alcanza los 730 millones de pesos. El 48 por ciento se destina al pago de la masa salarial. "Hace unos años, los ingresos por coparticipación estaban en el orden del 30 por ciento. Hoy, representan 21 puntos porcentuales. ¿Cómo cubrimos la brecha? Con políticas locales apuntadas al crecimiento económico", dice Ferreresi.
Su análisis destaca la necesidad de depender cada día menos de la masa coparticipable y subraya que Avellaneda tiene una cierta holgura a raíz del crecimiento de la industria y de una política tributaria local que aumentó la presión "sobre los que más tienen". Ferraresi apunta que Avellaneda es una síntesis de lo que ocurrió durante los últimos años a nivel nacional en materia de actividad industrial. "Entre el '76 y la década del '90, este municipio perdió 79 mil puestos de trabajo. Del 2003 a esta parte, se recuperaron algo más de 49 mil empleos. Esto se nota en los niveles de consumo interno, en el crecimiento fabril y en los puestos de trabajo creados. También en el aumento de la población."
Un repaso del presupuesto agrega que el 17 por ciento de los recursos se destina a educación y cultura. Los números oficiales marcan que la inversión en obra pública ronda los 60 millones anuales. La recolección de basura y el barrido de las calles representan el 14 por ciento del presupuesto. Al igual que en otras intendencias del conurbano bonaerense, el servicio está concesionado –Proactiva Avellaneda S.A.– y se completa con el trabajo de cooperativas. En materia de seguridad, el municipio adhirió al Programa Protección Ciudadana, un convenio firmado entre la Nación y la Provincia que implica una inversión fija –por fuera del presupuesto– de 14 millones de pesos al año. Con ese financiamiento se sostiene una estructura de 120 cámaras y se incorporarán otro centenar, además de 15 patrulleros. El recurso permite, además, pagar el combustible para los móviles y los salarios.
–¿Está de acuerdo con la municipalización de la Policía?
–Es complicado. La seguridad es responsabilidad del gobernador, aunque la gente identifica el tema como municipal. La provincia, además de déficit económico, tiene déficit operativo. Hoy, por ejemplo, en Avellaneda tenemos unos 20 policías menos que en 1991. Con el ministro de Seguridad provincial acordamos lanzar una convocatoria orientada a incorporar en la fuerza a unos doscientos vecinos para que, luego de capacitarse, se queden en el partido. Hoy, en Avellaneda, contamos con unos 400 efectivos. La intención de incrementar la dotación policial existe, pero no veo jóvenes con intención de inscribirse.
–¿Cómo está funcionando el programa Participación ciudadana?
–Empezaron participando tres mil vecinos, al año siguiente eran cinco mil y este año ya son quince mil. En más de cien asambleas se abordan temas que van desde cuestiones de seguridad hasta pedidos comunitarios. Es un proceso donde vamos aprendiendo todos. Al principio se juntaban algunos y pedían una lamparita más en tal lugar, pero ahora se piensa en conjunto. Parece que ahí, los chicos la tienen más clara: un grupo, por ejemplo, pidió una pista de skate; hicieron toda una movida y quinientos de ellos la votaron. Es una muy buena herramienta para identificar búsquedas locales.
–¿Qué diferencias nota entre las políticas públicas de la década del ’90 y la actual?
–Abismal. En la actualidad, en apenas un año, el Estado nacional invierte lo que el Ente del Conurbano invertía en seis.
–¿Cuál es el déficit de cloacas del municipio?
–Tenemos cubierto algo más del 80 por ciento. Firmamos un convenio con Aysa, licitamos varias obras y estamos construyendo las últimas plantas de bombeo y los conectores principales. Antes de terminar la gestión vamos a cubrir la totalidad del municipio y hacia fin de año todos los habitantes van a tener agua de red.
–¿Y el déficit de viviendas?
–Implementamos Villas Cero, un programa de urbanización. Hasta el momento, entregamos unas 2.400 unidades y estamos construyendo cinco mil más. Hay una serie de políticas del Gobierno Nacional con unidades que se entregarán a través de diferentes sindicatos. Además, está Pro.Cre.Ar con una buena inscripción, aunque nos faltan terrenos. Antes, me preguntaba sobre las diferencias con la década del ’90. En el tema habitacional es contundente: en esos diez años se construyeron en Avellaneda unas 500 casas. Desde 2004 hasta el final de mi gestión vamos a estar en las 7 mil.
–Desde un municipio industrial como Avellaneda, ¿cómo ve las disputas en la CGT?
–La fractura no es buena para nadie. Moyano se equivoca. ¿Cómo puede ser que coincida con al Sociedad Rural? No hay duda de que le hizo paros a Menem. Sin embargo, cada día que pasaba teníamos menos trabajadores y menos derechos. Si los paros hubieran conseguido mejoras, la década del ’90 debería haber sido extraordinaria. No fue así.